Villanueva de la Sierra - Caceres

Seguro que muchos nos acordamos del cine de tío Emiliano los domingos,de como nos intentábamos colar sin pagar,y también de las carameleras tía Jovita y tía Asuncion,que primero se ponían en la plaza y luego se iban a la puerta del cine,y como la mayoría no teníamos dinero nos apelotonabamos delante del puesto de los caramelos y metiendo la mano por donde podíamos tratábamos de birlarle alguna golosina,que no era tan fácil.Un saludo.

Muy bueno Rubarías, yo era uno de aquellos chavales que no tenía ni una perra chica y efectivamente a la puerta del baile que por la noche se convertía en cine en la plaza trataba de coger un puñado de chochos sobretodo a tía Asunción o bajo los balcones del ayuntamiento cuando llovía. O cuando tenía algún dinerillo entraba en la rifa de un caramelo que costaba al principio un real y más tarde dos con una baraja.Tenía 10 cartones con 4 cartas pegadas a cada uno. Barajaba la otra y sacaba una carta y se llevaba el caramelo quién la tenía en su cartón.
Buenos recuerdos de la niñez.

Saludos

Vicente.

Borrado por el usuario.

que bueno es entrar aqui y leer estas cosas. muchas gracias

Los álamos del Lejio

Cuentan las lenguas de los mayores, que hace años, en terrenos del “ Egido”, en las inmediaciones del “Escape” y a orillas de la laguna, crecían unos descomunales y centenarios álamos negros, de ancha copa y fuertes ramas, con troncos tan grandes y robusto cubiertos de una agrietada corteza gris oscura, llena de cicatrices, cuarteada por la lluvia, la intemperie y su avanzada edad, que cuatro personas con sus brazos extendidos, no lograban abarcarlos entre sus manos.

Sus ramas, tan gordas como el cuerpo de un hombre, se elevaban majestuosas y firmes buscando tocar con las cogollas de sus altas copas las cercanas nubes de algodón que ociosas y en silencio vagaban por el cielo.

Las alargadas, dentadas y verdes hojas de sus ramas, al ser mecidas por el viento y chocar entre si, producen un agradable y melodioso soniquete que semeja las voces de un minúsculo coro infantil que susurra una adormecedora canción de cuna.

Algunos del lugar, dicen recordar, que según le contaron sus abuelos, hace años, un desapacible día de invierno, una sobrecogedora y ensordecedora tormenta lo invadió todo y un refulgente y eléctrico rayo se desprendió del cielo y cayó con tanta fuerza y poder destructor que su impacto fue brutal y fulminó en un instante al más grande de ellos, quebrando y partiendo en dos mitades varias de sus robustas ramas.

Con el paso de los años, el ataque mortal de la grafiosis, se enquistó en las venas de sus ramas y raíces, y taponó su vasos conductores impidiendo el paso de la sabia.

El hasta entonces invencible e indomable álamo, llegó pronto a secarse y el ennegrecido hueco de su inmenso tronco, sirvió de castillo inexpugnable en juegos infantiles, de refugio a los muchachos para ocultarse y liar un pitillo y también en ocasiones a los mozos, que se metían en él para guarecerse y jugar a las cartas.

¡ Véte tú a saber, para que cosas más!

Quizás fueron plantados, según cuentan las crónicas del lugar, aquel lejano y festivo día de un martes de carnaval de 1805, cuando el señor cura Don Ramón Vacas Roxo, a los efectos párroco del pueblo, acompañado de los clérigos, maestros y autoridades, procedieron a la plantación de álamos en la Fuente de la Mora, el Egido y ¡porqué no!, aquel otro que creció en su tiempo en el paredón de la Iglesia.

¡ Quién puede dar fe de ello !

*
De lo que si me acuerdo, son de aquellos grandes eucaliptos, creo que eran tres, que había en la era del tío Germán, y de haber jugado y trepado en la niñez por sus nudosas, intrincadas y retorcidas raíces, hasta encaramarse uno en lo más alto de la pared.

También recuerdo con nostalgia y alegría esas dominicales tardes de fiesta, cuando todo el mundo se arremolinaba en las cercanías del viejo local arrendado por tío Antonio “ Jabonero” y la tía Mariana, que servía para todo, tasca y café, puesto de aceitunas, consigna de paquetería…, y donde la gente bailaba sin parar al son del saxofón y la suave música del acordeón, acompañados ambos por el compás y ritmo de la batería.

Los muchachos y muchachas, se colaban sin pagar entre los barrotes de las rejas de madera y corrían entre la gente que bailaba; en algunas ocasiones, requeridos y azuzados por algún mozo o moza, se empeñaban y esforzaban en dar continuos empujones a determinadas parejas de novios para intentar que sus sensuales y ardorosos cuerpos, llenos entonces de vigor juvenil, se arrimasen o al menos tener el consuelo de rozarse.

Atentas, sentadas en los estrechos, cojos e incómodos bancos de madera pegados a la pared del salón, como aviesas e interesadas celestinas y vigilantes arpías, sin quitar ojo, las madres y abuelas observaban el ir y venir de sus hijas y sus nietas, viendo quién las sacaba a bailar, estudiando con deliberada, egoísta y manifiesta intención, la conveniencia o no de dar su aprobación a los posibles y fogosos pretendientes que se les acercan.

**

En las calurosas y sofocante tardes del largo verano, las frondosas y tupidas ramas de los eucaliptos daban una sombra tan acogedora y fresca, que la tía Asunción y tía Jovita, se plantaban allí, sentadas en sus desvencijadas, pero cómodas y ligera sillas bajas de madera de torneados brazos, con sus asientos de junco trenzado por manos expertas.

Colocada en la placidez de sus jaldas, descansa la pequeña caja de madera, rebosante y llena de caramelos, pastillas de burra, pipas, bazokas, regaliz y el paquete abierto de” Bisonte o Celtas Cortos”, para vender los cigarrillos por suelto a los mozos y a un lado, los marrones “sobres sorpresa” guardando en su interior los tebeos, con las trepidantes historietas de aventuras del “Capitán Trueno” y el “Jabato” o las épicas y heroicas batallas de acorazados “de Hazañas Bélicas”.

Alrededor de ellas, se arremolinaba un ingente y numeroso grupo de muchachos, que con la exigua y corta paga recibida, pugnaban por comprar un cartón de a perra gorda, para participar en la rifa y si la esquiva suerte te acompaña y toca, poder llevarte de la caja como premio, cosas de valor hasta los dos reales

Mientras se realizaba el sorteo, unos, los más despiertos y espabilaos, aprovechaban el barullo y la confusión del momento, para al menor descuido meter la zarpa en el cajón y llevarse algún que otro caramelo pegado entre sus ágiles dedos; otros para zambullir las suyas en la calderilla y llevarse un buen puñáo de chochos.

***
Las cuadrillas de los recién remudaos y afeitados mozos, entre baile y baile salen a la calle y fuman un pitillo pegados a la sombra de la pared y miran con manifiesto anhelo y deseo, el garboso y provocador andar de las apuestas mozas, que pasan ante ellos pavoneándose con manifiesto descaro, exhibiendo sus amplios y coloridos vestidos nuevos domingueros, mientras hablan entre sí, mirando de reojo y picardía con la mejor de sus sonrisas marcadas en las alegres mejillas de sus caras.

En los descansos del baile, los hombres se acercan en corrobla hasta la barra del bar, para tomar un chato de vino o una cerveza “ Gavilán” y sus mujeres, más prudentes, unas beberán un refresco“ Mirinda” de naranja o limón, y otras pedirán una burbujeante gaseosa fresca de las “Paradoras”..

Las parejas de novios ya formales, al salir a la calle, el novio sacará del bolsillo del pantalón, su limpio pañuelo moquero para echar en él, las dos perras gordas de chochos que acaban de comprar.

Uno al lado del otro, cogidos del brazo, hablaran del futuro y de sus cosas y pasearán a lo largo de la carretera, a la sombra de los verdes álamos y florecidas acacias, mientras un ensordecedor griterío y algarabía de muchachos y niñas jugando entre los juncos, al pío, la catarroma, tres novillos, al burro o la reja, llega hasta ellos desde el alfombrado manto verde de la transitada y concurrida pradera de la laguna.

Enfrente al otro lado, junto a las paredes de la viña de Durán, en las escuelas, desde lo alto de su sólido pedestal, rodeado de un sencillo jardín, un apuesto y marcial soldado, Inocencio Rubio, fallecido en la lejana y fatídica batalla africana de Annual ante las tropas rifeñas, sujeta con firmeza el mosquetón entre sus manos en descanso y mira altivo, con fijeza hacia “Dios Padre“, observando impávido e inmóvil todo lo que sucede a su alrededor.

Una caterva de muchachos deambula por las inmediaciones de la laguna pisando el barro y fango de su ribera, mientras se afanan y entretienen en cazar con sus tiradores y piedras las esquivas y saltarinas ranas que se esconden y ocultan entre las espesas hierbas y los cimbreantes juncos de sus orillas.

En la preciosista paleta de colores del difuminado y lejano horizonte de las onduladas cumbres de la Sierra de Gata, un decadente, rojo y plomizo sol canicular, cada vez más apagado y perezoso va ocultándose tras ellas paso a paso, hasta llegar a desaparecer y sumirlo todo en una intensa y penetrante oscuridad crepuscular.

( Para Rubarias y Vicente).

te olvidastes, de la madre de TACONINO

Sí pero la madre de taconino fue bastante después.

Vicente.

Amigo Izquierdo: Por lo que comentas y a los tiempos a que haces referencia, debemos ser aproximadamente de la misma edad.
Yo conocí lo que quedó de aquel hermoso y corpulento álamo del lejío tal y como tú lo describes. Era un tronco inerte de unos tres metros de altura que había sido rajado por la mitad por los efectos de un rayo traicionero. Todavía se le notaba la gran herida por la que se le había escapado la vida. Una herida mortal de necesidad, negra como si se hubiera producido por una necrosis fulgurante. A su lado y haciéndole compañía un enorme montón de jaras se hacinaban prestas para encender el horno de pan situado enfrente y regentado por el matrimonio Plácido y Emiliana en aquellos tiempos.
Tenía yo entonces alrededor de 8 años.
Recuerdos emocionantes.

Saludos

Vicente.

Gracias Manolo, por tus halagadoras palabras, pero mi modesta prosa y mi pobre pluma, sólo pretenden recuperar y reflejar recuerdos, relatos, anécdotas y hechos acaecidos en el pueblo durante mis años de infancia,ya lejanos.

Hace años que venía pensando en hacerlo,pero la dejadez y la desia lo han ido retrasando y muchas de las historias pasadas que la gente mayor contaba, por desgracia se han perdido, pues ellos ya no están aquí junto a nosotros.

Mira si soy olvidado, que el pequeño relato escrito hoy," La fuente del Correal",quería dedicarselo a tu hija Gema, símbolo de las generaciones venideras y a tu suegra Juana,imagen viva de tiempos pasados.
¡ Vá por ellas!

Un cordial saludo.

Amigo Vicente:
Permiteme que asi te llame,pues aunque somos de distinta edad, ya voy para los cincuenta y siete, en lo que si conincidimos es en el cariño que le tenemos a nuestro viejo pueblo.
Por tus relatos,vivencias,recuerdos, forma de ver las cosas y contarlas, parece que las vivieras ayer mismo. A mí, por desgracia no me sucede lo mismo.
Casi todos los días durante años, pasé por la puerta de tu casa a encerrar las cabras y echar el pienso a los burros y no veas el miedo que pasaba en esos oscureceres, cuando se iba la luz y a golpe de farol encendido, con la llave temblando entre las manos, no atinaba con la cerradura de la puerta del corral pues pensaba y miraba más a las puertas del cercano cementerio, no se fueran a abrir.
La ventana trasera de tu casa daba al corral de tio Fernando Matillas, padre de tu buen amigo "Goyo", y me acuerdo perfectamente de la fisonomia y la cara de tu padre y de tu madre, pero no así de tí y tus hermanos.

Espero que un día de estos nos veamos en el pueblo.
Un cordial saludo.

Amigo Izquierdo: Nuestra diferencia de edad es de 5 años puesto que yo en la actualidad tengo 62. Cuando yo marché del pueblo tú tenías 13 por lo que comentas. Estoy haciendo memoria quién puedes ser al conocer todos los dueños de los corrales de la calle del cementerio. No quiero meter la pata pero si me das una pequeña pista seguro que se quien eres por la sencilla razón que también sabía los hijos que cada cual tenía por aquel entonces. Hablas de miedo por la proximidad del cementerio, canutas las pasaba yo cuando mis padres me decían que fuera a echar de comer al burro que teníamos en la cuadra cuando era de noche. Y más teniendo en cuenta lo que le sucedió a un vecino que vivía muy cerca de mi casa. No doy el nombre al tener familia viviendo actualmente en el pueblo. Resulta que el matrimonio en cuestión estaba construyendo un corral en el castillo. El señor se levantó a las 4 1/2 de la mañana para continuar con la faena pero en vez de ir por el camino normal, enfiló la calle del cementerio al haber una trocha justo antes de la autopsia por la cual se llegaba antes. Pues al llegar a ese punto, se quedó paralizado al ver que de la cruz del cementerio salía una y otra y otra por arriba, por abajo, por la derecha y por la izquierda. Así pasó un tiempo que él no supo calibrar. Una vez que volvió en si salió corriendo a su casa. Su esposa le preguntó lo que le pasaba al encontrarlo muy nervioso a lo que el marido le contó la visión que había tenido. La esposa se lo contó a algunas vecinas y el cachondeo fue general sobre todo entre los hombres que decían que había tenido miedo. Yo no se fue miedo o no pero a mi me afectó de tal manera que tenía pánico el ir a la cuadra una vez llegada la noche.
Lo que acabo de contar es verídico.
Por lo tanto el miedo es libre y a unos les afecta más que otros. Por aquellos tiempos yo era un tanto miedica.

Saludos.

Vicente.

Izquierdo es el primer apellido de mi madre Agustina,casada con mi padre Juan " el músico", y hasta los ocho años viví en el Pósito, en la casa que estaba entre tio Laureano y de tío Eliso.
¿ Te acueradas ya de mi ?. Mi nombre es Nemesio, pero en el pueblo soy "Mesio".
Vicente, un saludo.

Amigo Mesio: Ahora me acuerdo perfectamente de tí y como no de tus padres. A tu padre lo llamaban Juan el músico porque siendo yo un niño tocaba el saxofón en el baile del tío Emiliano, la trompeta Antonio hermano de Florencio el practicante y Yerbel la batería que luego marchó a vivir a Valencia. Me acuerdo también cuando vivíais en el Pósito y cuando os fuisteis a vivir cerca de la plaza donde el piso bajo
era el baile y el primero como bar café. Muchas partidas a la subasta he jugado en dicho café con gente de mi edad por aquel entonces.
Tenía yo entonces 16 años. Años de ilusiones y de castillos en el aire y que debido a la adolescencia parecían hacerse realidad.
Me acuerdo como con tus pocos años recorrías el baile entre la gente y siempre vigilado por tu madre que a la entrada cobraba y que creo que por aquellos tiempos era de tres pesetas.
Una vez escritas estas lineas, es mi deseo agradecerte las historias con las que nos deleitas y te animo a que continúes. Son recuerdos del pasado y que nos ilusionan sobremanera a los que vivimos lejos del pueblo que nos vió nacer y que no olvidamos.

Un abrazo.

Vicente.

Amigo Izquierdo:
Los duendes informáticos me han tenido unos dias sin poder
funcionar con el ordenador.
Reparadas ya las incidencias que lo impedian,te quiero enviar
estas breves palabras para animarte a seguir exponiendo en este
foro tus relatos maravillosos y para agradecerte tu amabilidad
en haber pensado en mi niña,Gema, y en mi segunda madre,Juana.
Sabes que tengo una fibra emocional muy sensible y me has dado
en todo el centro. Gracias amigo. Un fuerte abrazo. Manolo

Hola izquierdo,no se quien eres pero con tu relato me acabas de transportar directa mente a mi infancia y mi juventud, de las cuales tengo tantos y tan buenos recuerdos vividos en nuestro pueblo.Gracias por alegrarme el día.Un saludo



(Rubarias)

Os he querido dedicar estas humildes pero sentidas lineas, a Vicente, aunque me acuerdo mas de su padre Tio Basilio" Calderilla", el tamborilero, que de él y a tí que no sé quién eres, pero que me distes la idea para escribirlas.

Yo soy un hijo de Lucio(camorra) me llamo Emilio,un saludo.

hola a todos un saludo por lo menos da gusto escuchar cosas,recuerdos
y no las zizañas por politica y por no poner bien algunas palabras,
que de ortografia sabemos todos mejor o peor,yo no soy de ahi pero si me lo permitis me gusta leer y si puedo opinar un saludo.......

Hola Emilio: Soy Vicente tú no te acordarás de mí no se si eres el mayor de los hermanos si es así te recuerdo un tanto vagamente. De quién si me acuerdo es de tus padres Lucio y Cita. Pero lo que más recuerdo es que tu padre hace 50 años, era un excelente cazador puesto que día que salía de caza era rarísimo que no llegara a casa con alguna perdiz, conejo o liebre. Entonces había mucha más caza que ahora. A ver si te acuerdas de un perro que tenía tu padre un setter irlandés rojo fuego con una planta sensacional de la cual se sentía orgullosísimo por lo bien que cobraba las piezas que abatía.

Un cordial saludo.

Vicente.

Hola Vicente:Soy Emilio yo no me acuerdo de ti posible mente mis hermanos mayores(Antonia y Miguel)si se acuerden ya que no tienen mucha diferencia de edad contigo ¡ya les preguntare¡,de quien si me acuerdo perfecta mente es de tus padres.
por lo que leo en tus mensajes veo que tienes buena memoria,pues te acuerdas perfecta mente tanto de las personas como de las costumbres y lugares de nuestro pueblo.
Es cierto que mi padre era un gran cazador y de los muchos perros que tubo ese que tu comentas se llamaba ¡leal¡era tan grande que yo me subía en el y el perro corría conmigo a cuestas.
Yo actualmente vivo en Asturias,anteriormente viví en Pamplona diez años muy cerca de Gregorio,si algún día vienes por aquí dímelo y me acercare a saludarte y charlar un rato contigo.

Un saludo.


Emilio

Hola Emilio: De tu hermana Antonia me acuerdo perfectamente aunque hace muchos años. La recuerdo de unos 9 o 10 años delgadita y alta para su edad y la cara la estoy viendo en estos momentos y no así la de tu hermano que aunque lo recuerdo no lo tengo tan nítido. En cuanto a donde vives, soy un enomorado de Asturias y a mi esposa y a mí nos gusta recorrer dicha geografía de vez en cuando. Nos solemos hospedar en Gijón y nos quedamos sorprendidos al comprobar que siempre hay cosas nuevas que visitar como le he comentado recientemente a mi amigo y usuario de este foro y además nacido en Asturias, Manolo Trapote.
Tomo nota para poderte saludar en la primera ocasión que tenga de volver nuevamente a esa hemosa tierra de Asturias.

Un saludo.

Vicente.

Izquierdo :
He de decirte que tus relatos me parecen una verdadera obra
literaria.Y ya que hablas de Vicente voy a contar lo siguiente.
Yo a Vicente sólo le conocía por medio de este foro.En el verano
pasado Goyo Serrano que tuvo la oportunidad de comer con él en
Pamplona despues de 40 años de no verse,me comentaba a mi y a mucha
gente del pueblo lo gran persona que era Vicente y lo mucho que
quería a su pueblo.
La vida,querido Goyo, proporciona a veces momentos emocionantes.
Hoy en Madrid,respondiendo a una llamada de Vicente,pude conocerlo
personalmente y efectivamente me pareció todo un señor,muy afectivo,
totalmente enamorado de Villanueva - a la que no lleva sólo en el
corazón,sinó tambien en la cabeza porque se acuerda de todo -muy
orgulloso de sus padres y con unos recuerdos muy claros de todas
las costumbres y avatares del pueblo en su ambivalencia (momentos
gratos como las matanzas,momentos menos gratos o mas duros cuando
había que hincar el hombro en los olivares)y en todo momento
con una emoción propia de los bien nacidos que aman el sitio donde
nacierón y a los padres que le dierón el ser, y !como no! a todos
los amigos que con él crecieron en aquellas circunstancias muy
diferentes a las actuales.
Enseguida conectamos y yo le decia que por su sencillez pareciamos
dos amigos que nos presentimos pero que,hasta hoy,no nos conocimos.
Gran persona Vicente y excelente embajador de su pueblo.
Yo que he conocido muchas personas me he dado cuenta de la clase
y el estilo,sencillez y preparación que adornan la figura de
todo un señor villanovente llamado D.Vicente Garcia Tovar.
Gracias,Vicente, por tu amistad y por los buenos momentos que me
has brindado en este nuestro primer encuentro. Y muchas gracias
por el regalo que me has traido (desde luego piensas en todo)
Un fuerte abrazo.Manolo

Querido amigo Manolo: No te puedo contestar en prosa por que no podría estar a tu altura en los panegíricos que me dedicas.
Permíteme que imitando a Umionmendía te conteste humildemente al gran momento vivido en tu compañia.

He conocido a un amigo
a un amigo de verdad
por internet hasta ahora
hoy de forma personal.

Mucho nos hemos escrito
muchos mensajes en red
ahora en forma de palabra
y hoy por primera vez.

Querido amigo Manolo
han sido unas horas plenas
sentados en una mesa
con dos cañas de cerveza.

Hemos comentado cosas
y también alguna anécdota
parece que eres del pueblo
tu integración es perfecta.

El paseo por el centro
y por la plaza Mayor
fue de lo más agradable
haciendo tú de anfitrión

Aquí tienes un amigo
para todo lo que quieras
te he conocido hoy
mi amistad es muy sincera.

Un fuerte abrazo

Vicente.

ke tochos macho paso de leerlos

En justa correspondencia,
porque aquí nobleza obliga,
hoy respondo a un amigo,
que me tenía en intriga.

Porque tienen sus escritos
una dosis de cordura,
con unas citas preciosas
llenas de gran frescura.

Pero haberlo conocido,
cómo digo en comentario,
ha sido sin duda digo
un suceso extraordinario.

Mejora personalmente
y no digo cosa nueva,
el gran amigo Vicente,
hablando de Villanueva.

Tanto en verso como en prosa,
o de forma literal,
eres amigo Vicente,
en todo....!sensacional!

Es tu persona la prueba,
con tu empaque y tu tronio,
de porque es Villanueva,
la cuna del señorio.

Recibe un fuerte abrazo,con todo el agradecimiento, de tu buen
amigo Manolo.

PD.Ya sabes que tendremos una cita,cuando te sea propicio,en
nuestro amado pueblo.

!Ah! Vicente, no se me olvida la promesa que te hice.
En marcha está ya. Te tendré al corriente.
Un fuerte abrazo, Manolo