Trinidades - Caceres

EL PERRO SARNOSO

La Real Academia de la Lengua explica así el significado de ASESINAR:
(De asesino).tr. Matar a alguien con premeditación, alevosía, etc.
Esta introducción tiene algo que ver con lo que voy a comentar sobre “El perro sarnoso” de Juan Ramón Jiménez. (Poeta andaluz, Premio Nobel de Literatura en 1956
mientras permanecía en el exilio desde su segunda patria, Puerto Rico) .
En 1914, cuando fue escrito “Platero y yo” pocos escritores españoles, como ocurre hoy en día, se atreverían a llamar ASESINATO a matar a un animal, en este caso que os voy a contar, UN PERRO.
Me gustaría recordar que , como todos sabéis , en este año empezó la Primera Guerra Mundial .
Juan Ramón Jiménez no era tonto, y nadie duda de su conocimiento de la escritura y del lenguaje.
Conscientemente , Juan Ramón tuvo la valentía de llamar a las cosas por su nombre, MATAR A UN ANIMAL ES UN ASESINATO, todo esto en unas circunstancias en las que en el mundo morían asesinados millones de seres inocentes, tanto humanos como animales.
POR DESGRACIA, AUNQUE HAYAN PASADO CASI CIEN AÑOS, EN ESPAÑA SEGUIMOS CON LA MISMA MENTALIDAD, CON LAS MISMAS DIVERSIONES SANGRIENTAS, Y EL MISMO COMPORTAMIENTO HACIA LOS ANIMALES. SIN NINGÚN RESPETO HACIA SU VIDA.
PLATERO Y YO

EL PERRO SARNOSO (XXVII)

Venía, a veces, flaco y anhelante, a la casa del huerto. El pobre andaba siempre huido, acostumbrado a los gritos y a las pedradas. Los mismos perros le enseñaban los colmillos. Y se iba otra vez , en el sol de mediodía,
lento y triste, monte abajo.
Aquella tarde, llegó detrás de Diana. Cuando yo salía, el guarda, que en un arranque de mal corazón había sacado la escopeta , disparó contra él. No tuve tiempo de evitarlo. El mísero, con el tiro en las entrañas, giró vertiginosamente un momento, en un redondo aullido agudo, y cayó muerto bajo una acacia.
Platero miraba al perro fijamente, erguida la cabeza. Diana, temerosa, andaba escondiéndose de uno en otro. El guarda, arrepentido quizás, daba largas razones no sabía a quién, indignándose sin poder , queriendo acallar su remordimiento. Un velo parecía enlutecer el sol, un velo grande, como el velo pequeñito que nubló el ojo sano del perro asesinado.
Abatidos por el viento del mar, los eucaliptos lloraban , más reciamente cada vez hacia la tormenta, en el hondo silencio aplastante que la siesta tendía por el campo aún de oro, sobre el perro muerto.

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Hasta aquí el relato.
Como he comentado anteriormente resalta la expresión “el perro asesinado”.
Llamar asesinato al hecho de matar a un perro, tanto en aquella época como en esta ( hemos avanzado muy poco) es una muestra de valor y de inteligencia.
¿Alguno de vosotros ha leído en algún periódico actual dando la noticia de la muerte de algún perro por algún individuo que se le llame “ASESINATO” Y AL INDIVIDUO QUE LO HA MATADO “ASESINO”?
MATAR A CUALQUIER ANIMAL, aunque sea un perro sarnoso ES UN ASESINATO.