Torrecilla de los Ángeles - Caceres

Cuando venias de Coria y te aproximabas a Villanueva,desde la más remota lejania podias divisar a lo lejos unas montañas blanquecinas de las arenas sacadas de nuestras minas.Eran montones de arena que nuestros mineros a base de espuerta o carretilla iban amontonando dia a dia en los alrededores de aquellas galerias.
Al terminar la guerra civil con una España desolada y hambrienta,fueron muchas las personas que encontraron en nuestro pueblo algo con que poder comer.Testigos de estos sinsabores tenemos a la familia de tio Felipe y tia Paca,de tio Ambrosio y tia Ramira,de tia Faustina y tio Gabino,de los padres de Florencio Perez y de tantos y tantos.Todos ellos con el tiempo se fueron integrando entre nosotros,y hoy dia todos sus descendientes son considerados como unos más de nosotros.

De la misma manera que hoy vemos acudir a las fábricas a los obreros,asi también se podia ver en nuestro pueblo acudir a los minero a su trabajo.Cargados con su herramienta la merienda y otros enseres,enderezaban el camino que a diario recorrian.Gente con rostro cansino y curtidos no le quedaba más remedio que el esfuerzo y el sacrificio,para que con un poco suerte aliviar tantos pesares.Dura fué su vida metidos en las entrañas de la tierra escarbando para encontrar ese anhelo soñado que nos daba un poco de felicidad.Cuando el pico no era suficiente,no quedaba más remedio que acudir a los barrenos,tarea dificil y peligrosa a la que habia que prestar mucha atención.Con los cartuchos que los compradores del mineral les facilitaba,conforme a la legalidad vigente,mediante agujeros practicados en la roca y en las que se introducia el cartucho se provocaba la explosión,ocasionando con ello un gran desprendimiento de materiales que facilitaba poder seguir avanzando.Estos agujeros en la roca se hacian a golpe de maza y barrena siendo algo costoso en tiempo y en esfuerzo.Los cartuchos de dinamita eran parecidos a los puros habanos hasta en su mismo color,y una vez colocados se le ponia en su extremo un detonador con un trozo de mecha que se prendia a distancia y con cerilla.

jacintoP. CONTINUARÁ

Las Minas era una explotación que hacian alguna personas autorizadas por el Ministerio Industria y con unos limites perfectamente delimitados.En ellas podian extraerse los minerales que sus tierras contenian,pues no solamente se encontró el estaño como el más abundante sino que también habia en menos cantidades Wolframio y Hierro.
Los mineros era gente que trabajaba por su propia cuenta,pues al ser estas explotaciones de baja rentabilidad,no era posible el mantener unos obreros de forma indefinida y asalariada.El minero tenia la libertad total para iniciar su trabajo donde quisiera,asi como también hacerlo sin tener que contar con el permiso de nadie.Solo le era exigible el hacerlo dentro de la propia demarcación,pues de lo contrario podria violar intereses particulares.Nadie tenia un sueldo diario asegurado,por lo que la desesperación era frecuente en la mayoria.El azar jugaba su papel,pues algunos más afortunados podian a veces mostrar un rostro más amable y feliz ante tantas desventuras.Otros,con menos suerte,y cansados de tanto trabajo sin la menor recompensa,abandonaban transitoriamente y aceptaban uno en la agricultura que algún rico les ofrecia.
Es de recordar aquellos que en ocasiones encontraban una buena bolsa como se les llamaba,y con la que les proporcioaba alguna peseta tan dificil de obtener.La alegria de la familia y compañeros no podia ser más grande,y esta felicidad venia marcada por la celebración de grandes comilonas en algunas tabernas del pueblo.Alli todos junto y contentos,se despellejaban cabritos de los que entonces abundaban,se cantaba y se bailaba que acompañados de vino tantas penas se olvidaban.A eso de la madrugada y con la cabeza caliente,se despide la bullanga para volver al trabajo que el nuevo dia nos depara confiando pueda ser de aquellos con que soñara.

jacintoP.

Para las mujeres maduras y las jovencitas en general,salvo la época de recogida de la aceituna y alguna otras labores agricolas,no quedaba otro recurso que el hacerse de una buena palangana y un zacho manejable para remover y lavar las tierras que se sacaban de las orillas de los rios mayormente.

Eran tandas de mujeres las que durante todo el dia,fuera de sus casas,lavaban y lavaban cantidades de tierras en las que podia encontrarse algunos gramos de cestaño.De regreso por las tarde y una vez limpio y secado el mineral,acudian a los sitios de venta que convenientemente pesado recibian alguna peseta en recompensa de tato esfuerzo.Yo vrecuerdo a mi madre que era una gran conocedora del estaño,cómo pesaba en una romana pequeña aquellos gramos o kilos que algunas llevaban.Cómo en algunas ocasiones con soplos continuados,limpiaba el mineral para arrojar la arena que llevaba y que podia ser objeto de un peso engañoso.Cómo también en otros casos lo rechazaba porque no tenian la pureza requerida.cómo surgia el enfado de qienes eran victimas del rechazo y la palabreria a lo que daba lugar.Mi madre al contrario que mi padre,era más exigente a la hora de comprar,por lo que le valió el tener menos simpatia.Ignoraban todas ellas,que a la hora de vender el mineral en la fábrica,no se hacia a ojo de buen cubero,sino mediante unos análisis quimicos que decidian su precio.

Fui testigo en más de una ocasión cuando se llevó una partida de miles de kilos a la fábrica.Cómo lo primero que se hacia era removerlo todo para obtener una buena mezcla y de alli perfectamente triturado sacar unas muestras que se llevaban al laboratorio quimico.Estas muestras,se le daban una al vendedor,y otra se quedaba la fábrica para que en sus laboratorio y con sus quimicos hicieran el análisis.A la vista de los resultados por ambas partes,se aceptaba su conformidad que era la que realmente imponia su precio.

De todas las mujeres que fueron unas verdaderas heroinas del lavado diario,recuerdo en especial a Lucia y Encarna,dos amigas inseparables que nos dejaron un buen recuerdo.

A pesar de nuestras diferencias sociales,la verdad es que no existia tal cuando los domingos nos juntábamos todos en el baile,pués alli todos éramos uno.

No olvido a Encarna,que una mañana de verano se encontró a mi madre desesperada buscándome un paquete de tabaco para saciar mi apetito.Sin más y en un acto de agradecer,me llevó a casa un paquete no sé si de su hijo,y a la vez pudimos recordar viejos tiempos.Gracias Encarna,te mereces lo mejor.


jacintoP.

Hubo un personaje que nos vino de Montehermoso sólo y sin familia alguna,sin otros enseres que una palangana y un zacho,y que se acomodó en el lugar que primero encontrara,como podian ser aquellas majadas abandonadas.
Era pequeño de estatura,y vestia con la ropa que unos y otros le daban.A veces llevaba una chaqueta,que más bien parecia un abrigo,y unos pantalones que le sobraba una cuarta por debajo de los piés.Tenia una abundante barba que lo identificaba en cualquier parte,pués entonces nadie la llevaba sino por pura dejadez como le pasba a este buen hombre que se llamaba Julian.Tenia una cabeza redonda que acariciaba un cabello desgreñado y sucio como toda su persona.
Solia pasarse todo el dia metido en el rio lavando la tierra del mismo modo a como lo hacian aquellas mujeres que en mi relato anterior comenté.Por las tardes sobre el anochecer,se acercaba al pueblo para poder vender aquellos gramos de estaño que el dia le habia deparado.Mi madre que lo trataba con generosidad y comprensión,le pesaba cuanto llevaba y le abonaba lo que viniera al caso,que por desgracia nunca era mucho.También aprovechaba para darle alguna ropa vieja con que pudiera cambiarse alguna vez.
No he vuelto a saber nada del mismo puesto yo abandoné el pueblo definitivamente y han transcurrido vdemasiados años,por lo que con toda seguridad ya no se encontrará entre nosotros.Creo sin dudarlo,fué uno de tantos que tuvieron que sufrir la pobreza de la que tanto sufrieron en la posguerra.
Mi recuerdo para este hombre bueno,trabajador y desgraciado,que sólo tenia como alimento un trozo de pan con morcilla.jacintoP.

En mi escrito anterior,di a conocer que los mineros en su duro trabajo diario encontraban a vesces obstáculos que el propio pico era capaz de salvar,por lo que no quedaba otro remedio que el acudir a los cartuchos de dinamita que los compradores del mineral les suministraban.

Era frecuente por entonces en verano,el poder ver en los rios que tenemos charcos diseminados en los que aparecian nubes de pececillos alegres que invitaban a su captura.Todos habiamos saboreado algún plato de estos animalitos recien fritos con un sabor exquisito.

Por necesidad tal vez más que por degustación,se solia acudir a la caza de los mismos,unas veces utilizando raices machacadas venenosas,y otras veces por procedimiento peligrosos que son el origen de esta historia.

Un Señor vecino del pueblo y que vivia en el barrio Cantarranas como se le solia llamar,un dia se armó con su cartucho,mecha y detonador para como otros con distintos procedimientos poder llevar a la familia algunos de aquellos pececitos que como hemos dicho también sabian.La fotuna no le acompaño,y sin que lo quisiera,el cartucho le explotó en la propia mano causándole para siempre la pérdida de la misma.

Yo recuerdo aunque de forma muy vaga por tantos años trnscurridos,el momento en que lo acercaron al pueblo con su cara ensangrentada y con un brazo colgando al que le faltaba la mano.Como sucede en estas ocasiones,la gente se arremolinaba con la curiosidad de ver lo sucedido.Los familiares llorando,y otros como gesto de solaridad tratando de paliar a la familia tanto sufrimiento.

No puedo asegurar si en aquella ocasión teniamos algún médico en el pueblo,pues era frecuente esto sucediera has que vino Dn Jeremias que se quedó con nosotros por más tiempo.Tuvo al menos la suerte que se libró de morir,y tiempo después pudimos verlo de nuevo desarrollando las faenas que su estado le permitia.Cierto es,que quedó marcado de por vida,de lo que también creo perdió un ojo y cantidad de cicatrices en la cara que jamás desaparecerian.Desde este accidente y sus consecuencias,a este buen hombre se le conoció en el pueblo para siempre como tio Primitivo el manco.


jacintoP.

Buenas noches, un placer saludarlo, soy estudiante de 3º Grado Ed.Primaria, estoy realizando un trabajo sobre las minas de Torrecilla de los Ángeles y creo que es un relato espectacular para poder comprender a grandes rasgos lo que un día fueron las actuales minas devastadas del pueblo.
No existen documentos escritos a cerca de esta mina ni nada al respecto.
Agradecerle sus memorias y la gran utilidad que ha ofrecido respecto a mi trabajo.
Un saludo