Aquél palurdo de hombre. LLorando va una mujer por todas partes que pasa, al no poder olvidar lo que sucede en su casa. Ésta mujer que les cuento sencilla buena y honrrada, tuvo la mala fortuna de ignorar con quién casaba. Un hombre rudo del Pueblo que por tener cuatro fincas, en en Él los ojos pusieron tanto pobres como ricas. No pareció mujeriego en todos sus años mozos, ni nadie pudo pensar lo que se piensa de otros. Fue a la hora de casarse en una primera noche, cuando ésta buena mujer comprendió algo que esconde. Fueron pasando los días y semana tras semana, y aquél palurdo de hombre ni desnuda la miraba. Sin ya saber lo que hacer ante tanto desencanto, la vida convierte en llanto por mucho tiempo después. Ante tanto sufrimiento sin solución esperar, ni corta ni perezosa se dirige a confesar. El remedio que le dio el cura la confesó, es que solo piense en Dios y se olvide lo demás. Pero siendo tan difícil dicha carga soportar, a unos cuantos lo cuenta y todos se enterarán. Terminan por separarse como lo más natural, y ella encuentra de nuevo un machista de verdad. Él que salió del armario con puerta tan bién cerrada, declarándose Orgulloso también pareja encontraba. Y aquí termina la historia de una mujer femenina, que al casarse con un Gay le vino la rruina encima. jacintoP. |