Torrecilla de los Ángeles - Caceres

Recordando y siempre recordando porque tengo la suerte de poder hacerlo,hoy me viene a la memoria la llegada al Pueblo de un Cura ya entrado en años con su bonete a diario y su cabeza tonsurada.Nuna supe de donde era y tampoco de dónde venia,pués con los años que contaba seguro tenia a sus espaldas bastantes cabalgaduras.

Se marchó a vivir a la casa parroquial,un caserón grande y destartalado propiedad de la Iglsia para dar cobijo a cuantos sacerdotes nos visitaran.

No viniendo cargado con familia alguna-cosa algo extraña-tuvo la necesidad de tenerse que buscar álguien que le cuidara y le diese compañia.Dicha asistencia recayó en tia Avelina,una mujer separada que le cuidó hasta su muerte.

Quién ésto escribe,seria por entonces un chaval con unos siete,ocho o nueve años,por lo que pueden hacerse la idea de lo que habrá llovido y de los pocos que queden puedan conocer y tal vez acordarse de ésta historia.

Me hice monaguillo y aqui me tienen ayudando todos los dias a vestir y desvestir a Dn Juan en todas las celebraciones.Atocar las capanas cada vez que fuera necesario y a llenarle las vinajeras cada dia.A tenerme que aprender algo asi como un nuevo catecismo,en latin,para responder durante la liturgia.A la asistencia de tanto entierro que me dababan más ganas de llorar que a los propios familiares con las cosas que oia salir de la boca de aquellas nietas.Y con todo el trabajo que conlleva
servir a Dios y a la Iglesia gratuitamente.

continuará....

Como iba diciendo ayer,me hice monaguillo -no de apellido como lleva el buén Presidente extremeño que tenemos-y me entregué a todas las labores que conlleva dicho oficio.

Deseoso como los demás de tener alguna perra chica,que no un real siquiera,me fastidiaba mucho que el bueno de Dn Juan-porque lo era- no se le ocurria tener algún detalle económico conmigo,por lo que me puse en rebeldia y dejé el cargo.

Ante tamaña insolencia,tia Avelina,por más señas prima hermana politica de mi madre,acudió a la misma a explicarle el caso con el disgusto correspondiente del pobre Dn Juan.Mi madre,me echó la reprimienda correspondiente y no me quedó otra que volver ayudar a vestir a diario a Don Juan,aunque no por ello obtuve ninguna gratificación.

La única recompensa económica que tuve de monaguillo,fué el dia que contrajeron matrimonio Claudiano Mangas con Engracia la de tio Cirilo.Ése dia,aparte de la felicidad de los novios y sus familiares,también la tuve yó con un real,un real de los de entonces que me dió el padre del novio tio Mangas.Éste hombre,en los últimos años de su vida,los vivió en Torrecilla,y se hizo famoso por su aprendizaje de sacamuelas.

El tiemo fué pasano,y a Dn Juan como a todos porque nadie se libra de ello,le llegó su hora.Le llegó la hora de despedirse de tia Avelina y del Pueblo entero.

En un entierro como el de otro cualquiera sin más pompas,me lo llevaron al Cementerio-hoy viejo-y en una fosa en el mismo suelo me lo metieron.Dicha fosa,estaba situada junto a la misma pared que lo separa del pequeño cementerio que llaman de los no bautizados,es decir de los que van al Limbo.No sé si verdaderamente van al Limbo o no,pero lo que si sé con certeza es que alli si que iban.


jacintoP.