Malus presagius. Aquella niña tan guapa con un cuerpo exuberante, con tan solo trece añitos tiene cosas que contarles. Como le gustó el placer lo mismo que gusta a todos, bién pronto supo de él y luego cargó con todo. Sus padres despreocupados de las andanzas de ésta, pudieron vivir tranquilos hasta que vieron la panza. Preguntándole a la niña por el padre la criatura, nada supo responder porque todo fueron dudas. Mas para poder saber con certeza de su padre, al ADN acudieron de una lista interminable. Por fin se supo del padre y otros muchos que no fueron, pero si que todos ellos picaron en el anzuelo. Es la historia más real que algunas veces sucede, cuando una jovencita hace lo que no se debe. jacintoP. |