De noche y de madrugada. Por aquellos arenales de arenas tan amarillas, desde lejos divisamos el Pueblo de Torrecilla. Ésos montones de arenas que a lo lejos divisamos, dieron de comer a muchos en años que yá pasaron. A base de pico y pala y barrenos que estallaban, muchos kilos mineral los mineros encontraban. Con la venta el mineral y el buén precio que pagaban, grandes noches de taberna todos éllos disfrutaban. Se bebia y se comia, se cantaba y se reia, se comian buenos cabritos que era lo mejor que habia. Qué noches más placenteras todos en buena armonia, con la cartera bién llena enseñada a estar vacia. De noche y de madrugada cuando mi Pueblo dormia, algunos mineros cantan, cantan llenos de alegria. jacintoP. |