Ése Cristo que... Ése Cristo que ahora sabes se encuentra en la Ermita solo, espera tu compañia para que le cuentes todo. Acércate donde está y besa sus piés llagados, y pídele con fervor lo que te hace desgraciado. Si acaso te da su mano que también pudiera ser, no tengas miedo ninguno y dásela tú también. Nada puede preguntarte porque todo lo conoce, pues sólo quiere ayudarte a que te sientas dichoso. Pregúntale sin temor, pregúntale y no te calles, éso que te hace sufrir y que no lo sabe nadie. Fué con tanta devoción todo cuanto le pedia, que aquél Cristo de la Cruz olvidado tantos dias, su mano clavada da al que en el mismo confia. Nadie lo podia creer cuando en el Pueblo contó, que el Cristo aquél de la Ermita fuera su amigo mejor. Desde entonces y hasta ahora sin que pase una semana, a ése Cristo de mi Pueblo por las tardes visitaba. jacintoP. |