Santibáñez el Bajo - Caceres

Este articulo de opinión es de FELIX BARROSO GUTIERREZ,que en el día de hoy 23/5/2019,a salido publicado en EXTREMADURA PROGRESISTA.

Estamos en vísperas de triples elecciones y nunca viene mal para los espíritus cargados de inquietudes y con un sentido progresista de la vida traerles una gavilla de reflexiones, siempre impregnadas también de ciertos efluvios libertarios, poéticos, románticos y épicos (¡fuera la épica de los caminos imperiales hacia Dios!), dispuesta a construir una España de todos y no de unos cuantos; una España sin "hackers" ni "crackers"; sin cruces levantadas por el odio y la homofobia; donde todos los muertos descansen en los camposantos de sus pueblos; sin instituciones antidemocráticas, parasitarias y que se creen el ombligo del mundo por cierta gracia divina o de un dios que solo existe en sus rancias leyendas y en la que las cavernas solo cobijen las huellas de nuestra gente de la Prehistoria y las estalactitas y estalagmitas, no las huestes nostálgicas de un pasado de oscuridades, de negras escuadras del amanecer y de espesa sangre corriendo por las cunetas.

Triples elecciones donde nos jugamos el vertebrar la Europa de los pueblos o seguir cebando a la actual Europa de los mercaderes. Donde se debate el llenar de contenido la España vaciada (dentro de la cual está nuestra región extremeña) con políticas rompedoras, audaces y transversales o seguir royendo los cuscurros de siempre. Y donde también está en juego el futuro de nuestras ciudades, villas, lugares y aldeas, que no es lo mismo una corporación rebosando imaginación y agudeza mental y proyectos cargados de libertad, igualdad, solidaridad y fraternidad, que otra ultraconservadora, que solo ve a este país con el ojo diestro y que se alía y defiende los intereses de las todopoderosas oligarquías de las finanzas y la tierra.

Cerramos la columna de nuestra PINGOLLA con una romántica referencia a esos "hackers" que encabezan el título de la misma. Platonismo, idealismo y sana ironía. Todo sea porque el domingo, 26 de mayo de 2019, las urnas ayuden a levantar esa España con la que soñamos y que, sucintamente, hemos trazado más arriba.

Y como siempre, unas fotos para el aperitivo, que el resto de los platos se saborean pinchando en la columna azul de arriba. Fotos de un siniestros "hackeadores"; dibujo de Elena Nevado, alcaldesa de Cáceres; la Cruz de los Caídos como símbolo del odio y la homofobia; alegoría del ojo azul (composición poética); el "emérito" rey Borbón, ataviado de cazador de elefantes, con sus mamporreros; otra del mismo monarca vestido con las estrafalarias ropas de la rancia y feudal aristocracia; la alcaldesa de Cáceres (PP), jurando no sabemos por qué; añeja foto de franco-fascistas custodiando una cruz de los caídos; el esqueleto del "hacker" teclea el ordenador; ojo azul con pulpo (alegoría): ojo azul en rostros con rasgos lobunos (alegoría); un "hacker" maniobrando sibilinamente; el susodicho monarca con sus "primos" los plutócratas y tiranos del Golfo Pérsico; el mismo que vista y caza con uno de sus amantes: la princesa Corinna y otra más de la prostitución del símbolo de la Cruz por los franco-fascistas de turo Imágenes de: Universia, SUR, Chivacity, CA'NOVA, Cryptidibit, J.C.H. y SoySanador.

¡Salud y que haya suerte el domingo!

Hará un par de lunas cuando, estando sentado ante mi ordenador, de repente, me apareció un aviso en forma de tireta escrita. El mensaje era inquietante: “su whatsapp está siendo hackeado”. Acto seguido, asomó sus hocicos una segunda tireta: “su whatsapp se encuentra abierto en otra computadora”. En la pantalla, hizo acto de presencia una foto que iba y venía, difuminándose a veces, hasta que acabó por desaparecer. Jamás había visto tal foto pero conocía a la persona que en ella aparecía. Hay bellos ojos que no se olvidan en la vida, como no se olvidan otras tantas cosas que interiorizamos en lo más profundo y de las cuales la memoria guarda fidedigna imagen.

Un servidor solo sabe cuatro cosas de informática y no es ésta disciplina que le encante mucho. Desconocía quién, cómo y cuándo andaba “hackeando” mi whatsapp, y la verdad es que me importaba un pimiento. No tengo nada que ocultar y, cuando por hache o por be deseo que mis prosas o mis versos solo las compartamos quienes mi persona considere oportuno, pues busco otros caminos. No le di la mayor importancia a tal “hackeo”, pero la foto me impactó por su hermosura y, en algunas de esas tardes en que hago un alto en mis rastreos etnoarqueológicos por esos campos de dios y del diablo, compuse un trío de poemas en honor de tan esplendorosa lindeza. Esperemos que, como me ha ocurrido otras veces, nadie coja el rábano por las hojas, se ponga gafas de grueso aumento y vea fantasmas donde solo hay sentimientos sinceros, que uno no va por la vida con dobleces ni hipocresías, y menos aún faltando al respeto a quienes merecen todo mi cariño y aprecio.

Sabemos, por lo poco que en realidad conocemos sobre estos laberintos informáticos, que hay “hackers” y “crackers”. Parece ser que ya hay algún diccionario hispano que ha castellanizado estos términos y habla de “hákers” y “crákers”, con tilde; no obstante creemos que la Academia Española de la Lengua (RAE) aún no ha sido la última palabra, por lo que seguimos empleando los términos ingleses. Por cierto, me he comido a propósito la R de la RAE, ya que me parece toda una imbecilidad y una anacronía que nuestra Academia Española de la Lengua tenga que llevar delante la palabreja “Real”, como si no tuviéramos bastante ya con aguantar a unos reyes en este país a quienes nadie ha elegido, como parte de esa institución antidemocrática denominada “monarquía”.

Abundando en los bastardos mundos de la realeza (permitidnos un inciso), nos acabamos de enterar que Albert Félix Humbert Théodore Christian Eugéne Marie de Saxe-Cobaurg et Gotha; o sea, el rey emérito Alberto II de Bélgica para entendernos, acaba de ser condenado por la Corte de Apelación de Bruselas a abonar 5.000 euros diarios a Delphine Böel, una belga que asegura que es hija de tal monarca. El jubilado Albert, que ya peina octogenarias canas, se niega a que le realicen las pruebas de ADN. Por ello, cada día que pase sin realizarse esas pruebas de paternidad tendrá que pagar a tocateja los cinco mil euritos de rigor. Desgraciadamente, en este país al que llaman España, el rey emérito: Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón Dos Sicilias (¡pero que se crearán estos tíos colocándose tan kilométricos y rimbobantes nombres!), como es inviolable y cuenta con la confabulación y la campechanería de sus corruptos colegas de la Magistratura y de otros políticos (no solo de derechas) que blindan sus depravaciones, se ha ido de rositas cuando ha tenido que pasar por trances semejantes al de su colega Alberto.

En las página de el libro “Juan Carlos I, El Rey De Las Cinco Mil Amantes”, su autor, el excoronel del Ejército Español, Amadeo Martínez Inglés (encarcelado y defenestrado por la alta cúpula franco-juancarlista de tal institución), afirma que el “cazador de elefantes” ha llegado a tener más de 20 hijos fuera de su matrimonio. Nadie lo ha desmentido. Y cuando alguno de éstos ha exigido pruebas de ADN a monarca de tan alegre bragueta, de inmediato tanto el Tribunal Supremo como el Constitucional (con la anuencia y apoyo del “establishment”) no han admitido que se llevaran a cabo. ¡Ay de la España Católica, Apostólica y Romana! ¡Vergüenza y asco de monarquía bananera y de quienes sustentan a esa casta borbónica, siempre parasitando las arcas públicas y dejando todo un reguero de corrupción desde que el francés duque de Anjou trepara, en 1700, con el nombre de Felipe V, al trono de España!

Pero andábamos hablando de los “hackers” y los “crackers”. Todo apunta a que ambos pertenecen a la especie de los bucaneros; pero los “crackers” son más redomadamente corsarios y flamean más alta la bandera de las tibias y la calavera. Seguro que fue uno de estos últimos quien, no hace muchos chubascos, trastabilleó malévolamente por las redes y arrugó, manoseó y baboseó un texto escrito por mi persona (rechazado días antes por una “hoja parroquial” de tirada regional), donde denunciaba la doble cara, tal que un bifaz del Achelense, de la que aún sigue con la vara de mando en el Ayuntamiento de Cáceres. El próximo 26 de mayo abandonará el Consistorio, después de que las cloacas de la polítiquería regional (el PP y sus intrigas) hicieran su trabajo, y marcha de cabeza a la Asamblea de Extremadura, pues la metieron con cuña de número 6.

Doña Elena Nevado del Campo, hermana de doña Magdalena (encabeza la lista al Congreso por el partido ultraderechista VOX), es todavía la alcaldesa de Cáceres. Siempre se jactó (las hemerotecas lo dicen todo) de que, en la capital cacereña, no quedaría una sola huella del franquismo y que sería muy escrupulosa con la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Pero he aquí que, de la noche a la mañana, mostrando la cara opuesta del bifaz, a medida que el PP, de la mano de ese desbocarrado Pablo Casado (“masterizado” y no magíster y escasamente pasteurizado), se iba arrojando a la cuneta de la derecha extrema, vino a decir públicamente que “la Cruz de los Caídos de Cáceres es el símbolo de la paz que sellaron nuestros abuelos y que esa cruz no se ha tocado ni se tocará mientras no vengan otros y nos roben la identidad”.

La verdad es que nos quedamos dolidamente perplejos antes tales afirmaciones, porque es rotundamente cierto que numerosos investigadores (serios, honestos, independientes y rigurosos) han dejado meridianamente claro que las llamadas “Cruces de los Caídos” fueron levantadas como una arma de guerra por los sublevados contra el legítimo y constitucional Gobierno de la II República Española. Mi buen amigo, el eminente catedrático Ángel Iglesias Ovejero, ha escrito que “El Caudillo venía a ser un nuevo emperador Constantino, protector y protegido por la Iglesia, vencedor gracias a la señal de la Cruz (in hoc signo vinces)”. Nada que ver esas cruces con el símbolo cristiano que representa la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado, a tenor de lo que dice la Santa Iglesia de Roma. Las cruces del franquismo son parte consustancial de una realidad represiva, de exaltación permanente de la tiranía y sevicia de un régimen dictatorial y de la impunidad histórica del mismo.

Además, tales cruces han sacralizado una guerra civil provocada por una serie de militares alzados en armas, apoyados por la derecha política y económica y las milicias parafascistas españolas, por la Alemania naZi y la Italia fascista, los 100.000 moros que se trajeron de Marruecos, por el dictador portugués António de Oliveira Salazar y sus “Viriatos” y por parte de una Iglesia Católica que no tuvo empaño en denominar tal conflicto con el nombre de “Cruzada”. Por lo tanto, dichas cruces no son símbolos de reconciliación y de paz, sino toda una permanente exhibición de la fuerza y el dio de quienes las levantaron, muchos de ellos responsables de un terrible genocidio, del que nunca fueron juzgados ni condenados.

Nos “hackearon” nuestra crónica por decir lo que hemos dicho y por pedirle a la señora Nevado que no se tirara al monte, lanzando exabruptos y retorciendo la verdad histórica. Igualmente, porque no osara insertar esas cruces en nuestra identidad. Mejor es que las insertara en la suya, a tenor de lo que parece su cercana compatibilidad con el franco-fascismo. Y porque le exigimos, así mismo, que dejara en paz a nuestros abuelos, miles de los cuales todavía siguen tirados en barrancos y cunetas.

Los peones bien pagados (“hackers” y “crackers”) de los conjurados derechoides, que si ahora en la pugna electoral se tiran los trastos de la cabeza volverán a la misma camada una vez se conozca el veredictos de las urnas, seguirán haciendo de las suyas. Este periódico también ha recibido en sus propias carnes las dentelladas de tales cachorros, puestos al servicio de quienes solo creen en la democracia si los resultados electorales les son propicios y a quienes les unen numerosos tics, ademanes, musicologías, actitudes y aptitudes cargados de nostalgias imperiales por un régimen genocida al que aún no han condenado y si algunos lo han hecho, ha sido a regañadientes. Y no muy lejos quedan los que son republicanos en la calle pero monárquicos entre las bambalinas y los boatos institucionales.

Éstos deben saber, como decía el anarconsindicalista, escritor y activista alemán Rudolf Rocker que “el socialismo no vendrá porque deba venir con la inalterabilidad de una ley natural; solo vendrá si los hombres se arman de la firme voluntad y fuerzas necesarias para llevarlo a la práctica. Ni el tiempo, ni las condiciones económicas; solo nuestra convicción interior, nuestra voluntad, podrá tender el puente que conduzca del mundo de la esclavitud asalariada a la tierra nueva del socialismo”. Y para ese camino no necesitamos ni a reyes ni banqueros, a aristócratas ni obispos, a terratenientes ni al Íbex-35.

Que las urnas del domingo, 26 de mayo de 2019, repartan suerte. Nosotros, para desintoxicarnos de tantos “hackers” y “crackers”, nos vamos en compañía de nuestro ya veterano poeta, a recorrer con él los mundos de las musas de carne y huesos. A soñar con los ojos más bellos del mundo.

HACKEANDO
¿Hurgó alguien en mi computadora?
¿Acaso un “hacker” medio alcohólico
o un “cracker” vestido de apostólico,
o tal vez una bruja hechizadora?
Bienvenidos por llegar a buena hora.
Gracias por provocarme tierno cólico
al mostrarme, aunque fuese en plan diabólico,
mi ojo azul, que me azara y me enamora.
Bien podrían trambos tres en este mayo
incursionar con su arte demoníaco
y, puestos a hacer de su capa un sayo,
en el ordenador entrar a saco
y, ante la urna, instruir al gitano y al payo
a enarbolar con mano izquierda el taco.

Buenas noches.