A MI MANERA A MI MANERA. La tarde iba alargando las sombras el viento arreciando, terco inclemente, el ciprés casi vencido, estoico insolente, las hojas voladeras como alfombras. .. Pensando que noviembre no es primavera esa tarde recorrí un largo tramo del camino me encontré en el trayecto a un vecino, esos que se ponen la vida por montera. Respiré hondo y solté un suspiro leve al divisar a Elsa con un gesto cansado, tenia sus manos frías como la nieve. El corazón me bajó a un ritmo más discreto cuando le di un beso un tanto apasionado: así queda más cálido el final de este soneto. Emilio Rey |