Santiago del Campo - Caceres

CRÓNISTA DE PASO.
“Es peligroso asomarse al exterior”...! Dudas si es por sacar la cabeza por la ventanilla de ese tren, de vapor o lo complicado que es arriesgarse por el ancho mundo a buscarte la vida sin punto de referencia. Para que se entienda. Era yo uno de esos extremeños de posguerra que lo intentaba todo para escapar de la miseria generalizada de la España de los 50. Es obvio que en ese tiempo encontrar un empleo era más difícil que cazar un mirlo blanco entre unos matojos nevados.
Acababa de dejar atrás la adolescencia y era la hora de intentarlo. Como 'bracero', según los cánones del franquismo. Servia para todo. Pues venga a lo que salga. Eso había sido ya mi primer
comienzo casi desde los siete años. Así que con este bagaje 'asomarse al exterior' era un peligro 'calculado'. Había dejado mi pueblo, Santiago; sumido en la ensoñación de épocas pretéritas. Sus casas de pizarra sin encalar le daban aún un matiz de la edad media. Era un tiempo en el que el agua escaseaba, en esos veranos tórridos y, había que pedir vez junto a un pozos del centro. Las nuevas generaciones creen que todo ha sido tan fácil como aparenta. Sin agua sin servicios sin nada. Todo esto que hoy poseemos ha sido con el sudor de esta generación que ahora se esta yendo en silencio.
Del antiguo puente, solo queda alguna foto, ya que siguiendo lo dictados de la modernidad fue derruido. De construcción sólida, cal y canto, era un icono. Bajo sus arcos, a la sombra jugábamos a las cartas. Unía el norte del pueblo con el sur. En las largas oscuras noches de invierno, único punto de conexión entre norte y sur. La luz llegaría ya en 1951,la que había era de un motor: de gasoil errático y sin potencia.
El puente tenía tres grandes ojos. Como la coplilla de marras. “El puente tiene tres ojos./ Yo tengo dos solamente/ pero contando el del c.../ tengo los mismos que el puente. Canción con un matiz un tanto obsceno. Típicas del acerbo local. Como esta; donde el alcalde prohibió, y el municipal hubo de pregonarlo de esta guisa.” Se prohíbe terminantemente cantar por la calle el cantar que dice... “Si, tu madre no quiere, pum pum querida Irene...” seguro que le suena.. ? La picaresca y una sexualidad reprimida por los curas, los primero en vulnerarla. En un pueblo con una población de millar y medio de habitantes, en su máximo apogeo. Las cosas acababan saliendo a la luz. Secretos de alcoba y alguno tan aberrantes,como algún supuesto incesto.
El sexo es como una válvula. Oí a un profesos en las charlas que nos daban a los sindicalistas. años
70 ”Si el poder te reprimen en sexo, todo lo demás lo tienen conseguido”.Puro y duro franquismo.
Las andanzas por el mundo a que me refería al principio, han sido un acicate a tener en cuenta. Desde que contemplaba extasiado en mi primera niñez el paso por los cielos de mi pueblo aquellos vetusto aviones de hélices 'pavas'. Que me anunciaban que había otro mundo para conocer. Hasta llegar a viajar en los modernos reactores por del mundo.

Bastaba con poseer unas cuantas fanegas de terreno en lo 40, ya podías tener uno de esos braceros por un jornal de miseria, sin un horario previo. Desde la aurora hasta que podías divisar el cuarto creciente de la luna. O sea de noche. Con la matanza como sostén y la cabra para la leche del desayuno. Los propietarios tenían un estatus tan bien urdido como una incipiente burguesía, que tenía los días contados. Todo se iria al carajo con la estampida hacia las ciudades industrializadas. Madrid Barcelona bilbao, ya en los 70.
Las hueveras. Mujeres arriesgadas haciendo de arrieros tras su burrillo, para surtir a la capital de los productos del campo. Fueron muriendo sin ser reemplazadas. Así acabarían los tiempos de leyenda de estas esforzadas mujeres por esos caminos. Una gesta que tuvo su apogeo años 30 del pasado siglo. Ya son historia. A todas esas personas que conocí, un merecido recuerdo de gratitud por su esforzada labor de aportación al conjunto del pueblo Emilio Rey