Santiago del Campo - Caceres

·” ESTA ESPAÑA MIA ESTA ESPAÑA....
Son las seis de la tarde 3 de octubre,un día aciago para la historia de España.
Paso de puntillas por los peores sentimientos tribales que hoy sufrimos los españoles. Algo que se repite en el tiempo. El odio entre los ocupantes de la 'vieja piel de toro'. La más vil de la condición humana. Ni a Maquiavelo se le hubiese ocurrido tan refinada maldad. “Fuera de nuestro país”,nos dice la airada 'tribu 'almogábar' desde su utópica Arcadia feliz. Dejemos lo aquí.

Me contaba el abuelo Luciano: una noche bajo el cielo estrellado de agosto; cálido
sin luna. Instalados en una mullida cama de paja para pasar la velada en su huerta, guardando el exiguo melonar -uno de sus menguados ingresos- una sugerente y misteriosa noche. Allá por 1944. noche calma: el viento no movía ni una hoja. Sólo el apagado murmullo de algún ave nocturna o el estridente cric cric, de un grillo parrandero.
Mientras mirábamos la bóveda celeste o lo que él llamaba “Camino de Galicia”.la vía láctea. Una pequeña colina nos separaba de cualquier punto de luz del pueblo. Nuestras pupilas terminaron acostumbrándose a la oscuridad total. Ninguna luz se divisaba por los alrededores. Salvo las de la lejana ciudad..

, Con apenas ocho años escuchaba absorto las historias no escritas que despertaban mi curiosidad, de un mundo que aún desconocía. Eso y los relato de la abuela Pascuala
en sus andanzas como huevera por la capital. A la que tomaba el pulso desde su punto de vista personal. El ambiente que se respiraba en una pequeña ciudad como Cáceres donde como muchos otros sitios se padecía, más que escasez; hambruna. No exageraba cuando nos contaba que la gente se comía las cascaras de naranjas, patatas o lo que tuviesen a mano. .
A qui si quisiera resaltar, como humilde cronista de esa época (ya que nadie lo hizo) en
mi pueblo. La resistencia callada de familias numerosas. Donde hubo fallecidos. Los dos más pequeños de seis hermanos. Precisamente sobrinos de la abuela. Y compañeros de
párvulos. Aún me revuelvo en la almohada al recordarlo.¡nadie sentiría remordimiento por
el hecho de dejar morir de hambre a dos criaturas.!

“El año 34 (comentaba el abuelo) ya hubo problemas de odios familiares en las elecciones generales. Que ganaría la república.” iba desgranando sus recuerdos,
de manera pausada para centrarse. El silencio daba para hilar recuerdos, sin
apremio alguno. Yo con la vida por descubrir, él ya de vuelta con su castigado corazón. dándole problemas. Eramos dueños de la noche, del tiempo y el espacio. Libres, sin amo. Una experiencia que no deseo a nadie y, que me tocaría vivir a no tardar.
Cuando aún no había cumplido 12 años; con un sueldo de dos pesetas (siempre el mismo durante 5 años) eran lo que había en el Santiago de la época.

- Proseguía el abuelo- “Era un matrimonio sin problemas; las elecciones del año 34 los enfrentó.” La mujer dando su voto a los republicanos, las 'izquierdas' de la época”. “El marido debía ser un conservador no evolucionado del S. XIX”. Contaba el abuelo recreándose en el proceder de éste. En un Cáceres, años treinta. Una ciudad anclada en el pasado donde se concentraban pequeños y grades terratenientes. Amparados por unas leyes retrogradas que eran las que primaban en ese tiempo. En un atrasado medio rural donde los caciques eran protegidos de la monarquía corrupta de Alfonso XIII.
“ Fue tal el 'berrinche,' que al pobre hombre le dio un 'yuyo'.” Y quedó postrado en la cama. Si su mujer se acercaba a darle algún alimento, era recibida con escupitajos”.
- Concluía el abuelo-. Retazos de la España del siglo XX. emilio rey cerro.