recordando a "yedy" RECORDANDO A“YEDY “ Mi amigo del foro 'Manuel 60'. Me pasa un sentido recuerdo, a modo de elegía. Por la muerte de su amigo del alma ( con su elaborado estilo académico con que nos tiene acostumbrado).Sobre su can, Un perro negro azabache. De pelo largo y mirada confiada, de talla media y orejas grandes según veo en la foto. Que por la biología de la especie canina, murió de viejo a los 15 años. Y como pasé por la misma experiencia. Le comunico mi sentir' porque se lo que esto significa. Separarte de un amigo incondicional y familiar. Siempre atento a tus gestos. Mirando si por fin te decides a moverte del dichoso tresillo, donde permaneces somnoliento. Con las ganas que el animal tiene de retozar o echar una rápida meada en el campo. Con el hocico te levanta el brazo y si hubiese podido te agarraría de la mano. “¡venga perezoso”! ¡cuanto tenemos que aprender de nuestros perros! ¡ Cuanto cariño y que pocas exigencias!. Mi perra era raza alemana o lobo, pequeña, de pelo corto. Fuimos un día al Rastro y al salir, un perrito con solo meses, nos siguió. Tenía entonces un Ford Fiesta. Iba con el hijo. La subimos y ya no hubo manera de separarnos de la perrita. Viajó a Benidorm, Almuñecar, Extremadura. Cuando no era posible llevarla. Se quedaba en el pueblo con la Hermanita monja que estaba de permiso. Dormía siempre cerca de sus dueños. Eso para ella era imprescindible. Vino la otra hermana de Madrid una de las veces, y... ¡“Este perro a la calle!” les rompió la cortina de la entrada; ladró hasta que le abrieron la puerta. Cuando nos quedábamos en Cáceres, le preparabamos una alfombra u otra cosa. Y le hacía ver que tenía que dormir ahí. Nos subíamos al piso de arriba y pasado un tiempo con mucho sigilo para que no la oyera, por la escalera. ´La tenía arriba a mi lado. No consentía quedarse sola mucho tiempo. lo mordía todo. Una vez en Benidorm destrozó un tresillo, en Cáceres otro de polípiel. Menos mal que eran de poco dinero. Una anomalía fisiológica hizo que no tuviese descendencia, una especie de vaginitis. Cuando entraba en celo se escapaba con los perros que la rondaban, pero al penetrarla se quejaba amargamente y se interrumpía la cópula. Era sumamente feliz cuando la llevaba a por espárragos a la dehesa. Y cuando dejaba la carretera para rodar por camino. Ella no lo veía, lo sentía y ladraba de contenta porque habíamos llegado. Cerca ya de los 15 años se quedó sorda. Le abría el maletero y ¡arriba! Saltaba sola. Luego con los años le daba la orden, me miraba fijamente como queriendo decir, “¿no ves que ya no puedo”? Esos largos 15 años, la sentíamos como uno más de la familia. Así llegó a sentirse. Eso si, tenía un menú distinto, arroz con cuellos y cabezas de pollo. Nunca comió pienso. Temerosa como suelen, a los ruidos de cohetes, si podía se escapaba y no atendía a las ordenes. Siento haber sido demasiado duro alguna vez por desobedecer. Aunque a mi me tenia por el jefe del clan. Solía hacerlo con los demás miembros de la familia. Una mañana nos despertó con un agudo quejido. Dormía bajo una camilla, era otoño y hacía frío. Nos levantamos para ver que le ocurría. Estaba tumbada aplanada y vi que tenía una taquicardia exagerada. No podía oir por su sordera. No se si llegó a sentir el calor, la cercanía y proximidad que le dimos en ese momento. No tardó en morir su corazón dejó de latir.. Esa misma mañana la envolví en una tela azul, y en el coche la llevé donde ahora hay unos pinos. Pedí .una pala al portero, de estas estrechas y cabe una fosa a su medida. Y unas lágrimas que como un bálsamo me resistí a reprimir. Nublaron mis ojos al despedirme. Después de dejar gravada con la navaja una tabla pinchada; la leyenda. “ YEDY, TE QUEREMOS” emirey |