EL CRISTO DE LOS ESTUDIANTES. Por los años (1.737) se dice que vivió Antonio López del Río, cacereño y temeroso de Dios, el cual tenía en su casa un bello crucifijo traído de Madrid donde lo había adquirido y que al parecer hacía milagros. Motivo para el acercamiento de muchos cacereños y lo llamaron “Cristo de la Piedad”. Al Prelado de aquella época no le agradaba que fuera un domicilio particular donde estuviera expuesta dicha imagen milagrosa y determinó llevarlo a la ermita de la Paz. Se crea una cofradía y para que no se sienta quejoso el dueño del crucifijo, le nombran hermano, pero este no se siente gustoso con la solución y después de una situación violenta y enconada por un tiempo, el episcopado acuerda y ordena trasladar la imagen a la iglesia de Sto. Domingo. Esta decisión si la acepta el propietario. Hoy aquel Cristo sigue en esa iglesia y es conocido como “Cristo del Calvario” o “Cristo de los Estudiantes”. Obra del siglo XVII. Procesiona en las mañanas del Viernes Santo. |