Santa Cruz de la Sierra - Caceres

Estamos en la segunda mitad del siglo del siglo XV cuando gobernaba en Castilla Enrique IV “el impotente”, hijo de Juan II y de María de Aragón, y hermanastro de Isabel “La Católica”.

Enrique IV tenía como hombre de su máxima confianza, que hacía y deshacía a su antojo a don Juan Pacheco, Marques de Villena, Maestre de Santiago, el que de vez en cuando pedía a su rey castillos o ciudades y este se las concedía. Así no es de extrañar que le pidiera la ciudad y fortaleza de Trujillo y se la concedieran sin problemas, salvo un discreto rechazo por parte del alcaide del castillo de Trujillo llamado Gracian de Sese.

Se dice que cuando el Marques de Villena iba de viaje para tomar posesión de Trujillo, en Mérida le acometieron unas terciarias, conocidas también con el nombre de malaria o fiebres palúdicas, producidas por el mosquito anofeles, que le debilitaron tanto que le hicieron meterse en la cama varios días. Cuando quiso reanudar de nuevo el viaje no pudo hacerlo a caballo debido a su agotamiento y solo se consiguió mediante una litera, logrando llegar a Santa Cruz de la Sierra donde tuvo que alojarse por el agravamiento de su enfermedad.

Don Juan Pacheco, Marques de Villena, mando a un criado de su confianza con una carta para el alcaide Sese, ofreciéndole la villa y castillo de San Felices en Galicia más dinero, con el ánimo de poder ocupar Trujillo sin problemas, lo que fue aceptado.

A los pocos días de estar en Santa Cruz de la Sierra se le presento una apostema (absceso) en la garganta que creció en exceso, se abrió, sangro y acelero su final, muriendo el 4 de octubre de 1474. Se dio cuenta a sus hijos Diego y Beatriz y al rey que según cuenta la historia lloro su muerte y dio a su hijo Diego, Trujillo en las misma condiciones que se la dio a su padre, más el ducado de Trujillo y le encomendó el cuidado de su hija Juana “La Beltraneja”.

Poco tardo Diego López Pacheco (hijo del Marqués de Villena) en llegar a Santa Cruz de la Sierra para trasladarlo a enterrar en el monasterio del Paular de Segovia, pero antes se acerco a tomar posesión de Trujillo, que se celebro con toda solemnidad, según lo tratado con Gracian de Sese al que otorgo lo que se le prometió. Dicen que a Galicia fue Sese a coger sus propiedades, donde le mataron a pedradas.

Por esta época el rey Enrique IV buscaba casorio para la hija a la que siempre considero suya, Doña Juana llamada “La Beltraneja” y ofreciosela al rey de Portugal Alfonso V. A Diego López Pacheco, nuevo Marques de Villena, encomedole el rey que mirara por su hija Juana “La Beltraneja” procurando la boda si podía con el rey de Portugal, que después se produjo.

En diciembre de 1474 murió Enrique IV, siendo sepultado en el Monasterio de Guadalupe, junto a su madre doña María de Aragón. Apenas se supo en Segovia el fallecimiento del rey, se apresuraron a proclamar a su hermana Isabel heredera de Castilla y León. A partir de aquí hubo luchas entre los partidarios de doña Juana “La Beltraneja” y doña Isabel “La Católica”. En nuestra tierra fue partidaria de doña Juana, el Marques de Villena don Diego, su hermana doña Beatriz Pacheco condesa de Medellín y los Duques de Plasencia don Álvaro de Zuñiga. Por parte de doña Isabel “La Católica” su más ferviente servidor fue don Luis de Chaves.

Al final la Reina Católica montó en Guadalupe su cuartel general y les hizo entrar en disciplina a los Villenas y a otras ilustres familias, no sin antes haberles derruido castillos y desmochado palacios.