Hablar por hablar Paseando por un pequeño bosque de pinos y alguna que otra encina recién regados por la mucha lluvia que caía. Me refugio en una chabola medio derruida, y allí me encuentro con unos cuantos como yo, que paseando paseando habían llegado al lugar. Uno de ellos explicaba que un ladrón había entrado a su casa en una ocasión y que estuvo a punto de morir. Le animaron a que contase la historia y el se animó. -Resulta que un día estando en su casa de campo entró un ladrón de noche en ella dispuesto a saquearla, con el ruido se despertaron tanto él como su mujer. El ladrón al verles se puso nervioso y se dispuso a acabar con ellos. -Lo siento, pero como me han visto debo acabar con vosotros-, dijo el caco, contaba el amigo de la chabola. -Empezaré por la señora por eso de ser un caballero. - ¿Como se llama señora? -María Jesús, me llamo- contestó la señora. -Joder, no podré matarla, así se llamaba mi madre y no podría hacerlo. El amigo de la chabola desvencijada siguió su historia. -Se dirigió entonces a mi, me preguntó lo mismo que a mi mujer. -Señor, acabaré con usted y después me iré, pero antes dígame su nombre. El amigo del paseo entre risotadas y casi atragantándose con un bocado de pan, dice: -Tranquilo señor ladrón que yo me llamo Jose Luis, pero el el pueblo todos me llaman María Jesús. |