Logrosán - Caceres

Debido a mi trabajo yo me movía bastante por Logrosán y los pueblos de los alrededores en los años citados, por lo que tuve ocasión de conocer a un chico que estudiaba en el Colegio de Logrosán -por eso me dirijo a los estudiantes de aquella época- aunque ignoro de dónde era y también su nombre. Lo cierto es que este joven -debía andar sobre los 18 años- además de sus estudios, parece ser que la única afición que tenía era el ciclismo. Tenía una bici de carreras y en numerosas ocasiones -casi a diario- pude verle en sus entrenamientos solitarios en los puertos de Guadalupe y Alía, en los que en algunas ocasiones en que yo no tenía demasiada prisa le seguía durante varios minutos con el coche y, ciertamente, escalaba de una forma increíble, tanto que ya lo hubieran querido para sí algunos profesionales. Otras veces le encontraba llaneando en las enormes planicies que hay entre Trujillo y Cáceres -tener presente que desde Logrosán a estos lugares, con ida y vuelta, se colgaba a las espaldas unos 200 kilómetros-, y, si verle escalar era admirable, llaneando puede decirse que era una auténtica máquina: Bastante encorbado, la cabeza muy baja buscando la mejor aerodinámina y un ritmo endiabladamente sostenido en las piernas. Un día que había pinchado a unos seis u ocho kilómetros de Cáceres, muy cerca de la bifurcación de Sierra de Fuentes, paré un momento para hablar con él mientras arreglaba el pinchazo, pues como es de suponer no tenía coche de apoyo ni nada, marchaba en solitario, como ya he dicho. La cuestión es que me ofrecía a llevarle, y agradeciéndome el ofrecimiento, se negó rotundamente diciendo que una vez reparado el pinchazo volvería a Logrosán sobre su bici. Recuerdo que le pregunté si pensaba o aspiraba a ser ciclista profesional, pues a mi parecer -le dije- tenía facultades para ello, a lo que me contestó que no estaba seguro de ser lo suficientemente bueno, pero que en cualquier caso él no corría pensando en ser ciclista, pues no le gustaba serlo, sino que lo hacía porque disfrutaba haciéndolo, sin ninguna otra intención ni aspiración...
Poco tiempo después, quizá uno o dos meses, dejé de verlo en las carreteras y alguien me comentó en Logrosán que se había marchado del Colegio y del pueblo en unión de su familia, pero no sabían donde.
Me gustaría saber que fue de este amante de la bicicleta, pues yo actualmente como jubilado que no tiene demasiados quehaceres, suelo dar muchos paseos en bicicleta y es raro el día que no me acuerdo de él. Si alguien supiera algo del mismo, como su nombre, dónde fue a parar, si continuó sobre las dos ruedas... en fin, cualquier cosa, le quedaría muy agradecido que me informara de lo que pudiera, pues me gustaría contactar con él para recordar y comentar aquellas sus pequeñas ¿o grandes? aventuras, y hacerle saber que fue su recuerdo el que un día me hizo comprar la bicicleta con la que ahora trato de mantenerme en el mejor estado físico posible.

Yo también lo recuerdo pero no sé nada de él. El nombre... ¿podía ser Pepe "Docebalas"?