Campo Lugar - Cáceres

En contra de lo que es mi tendencia natural, que no es otra que la de poner los ojos como huevos fritos ante el visionado de comida , voy a basar mi comentario en otros elementos adyacentes y no por ello menos importantes, pero vamos...no nos engañemos...lo importante son las migas...¡Qué carajo!

En el consumo de migas extremeñas hay varios factores a tener en cuenta, uno de ellos es la correcta correlación entre la cantidad de migas y el acompañamiento,...acompañamiento este, que podría ser musical, pero no lo es; me refiero a los pimientos, ajos, "torregnillos", medallones de choricito y demás efectos subsidiarios que acompañan a la ingesta de las migas, ¿Cómo es posible hacer la suficiente cantidad de estos, como para no quedarse largo o corto con las migas? Porque he de significar la mala ostia que se le pone a uno cuando llega con ganas de más migas y no quedan pimientos, ni chorizo, ni ná... y al contrario igual, bueno igual…, igual, ¡no!, pues si tienes de lo otro y lo que te faltan son migas... jode bastante, pero es más llevadero... si, definitivamente es más...llevadero.

El siguiente foco de atención que quiero significar es la blancura de la pared, lo limpio y rayado que está el suelo, que si bien es de cemento, no se aprecia en él ni un mal grano de arena ni resto alguno que desmerezca la majestuosidad de las migas y siendo como es, habitual en estas ocasiones ponerse a hacer estos menesteres en el lugar menos vistoso de la estancia por la posibilidad de manchar, admira a éste que comenta el hecho que el lugar menos vistoso sea de esta calidad en lo que a limpieza y cuidado se refiere.

Excelente el detalle de acompañar la composición, con la garrafa de vino, pues si las migas son en sí mismas de trago trabajoso y de cierta dificultad, al ser acompañadas con un vino de la zona hacen que el riesgo de "añurgamiento" sea menos elevado, sobre todo por la cantidad de vino que cabe en la garrafa y que servido este en la jarrita de barro, sea casi imposible un accidente "no deseado", pero no quiero basar mi análisis en el vino ni en la excelente calidad y cantidad de sobra conocidos por este y otros analistas de más renombrado prestigio; sino en la limpieza de la garrafa, el cuidado extremo con que manos pulcras y de minucioso esmero han dejado este elemento que en sí mismo no tiene una belleza digamos que similar al resto, con una limpieza tal que maravilla a los ojos que lo ven, haciendo de una simple garrafa una visión digna de ráfagas de regocijo y dicha. Si es que hasta el corcho…está limpio y cuidado, maravilla terrenal que admira en nativos germánicos su afán por el orden y la limpieza y sin embargo nosotros de meridional origen y extremeño extracto cuando queremos…, queremos y aquí, ¡demonios!, aquí está la prueba.

Toca el turno en este análisis fotográfico a la excelente “jechura” de la herramienta culinaria que descansando de un ajetreo simpar reposa lánguida y melancólica sobre las migas…, cual si fuera fiel guardián del preciado tesoro que bajo ella se halla, metálico cuerpo estilizado y recio, cabeza generosa y agujereada que sin miedo a fuegos purificadores separa y despega las migas en símil moderador de concordias pasajeras, formas que llevan a quien las ve a un irrefrenable deseo de blandir su rectilíneo cuerpo acabado en curvada terminación que afirman y facilita su manejo cual fiel Tizona, en fin, fijo me , estimados Campuseños en el artificio que manos humanas y españolas llevaron a cabo para la consecución de herramienta tal que envidiar no debe ni a metal, ni a manufactura extranjera, ni diseño ni estilo que si bien a alguno, parecer pudiera raqueta de pádel, antes fueron las migas que el foráneo deporte y además que cada cosa vale para lo suyo, que si difícil ha de ser remover las migas con una raqueta, más difícil aún ha de ser intentar dar a una pelota con la espátula extremeña y metálica que admiro sin recato.

Termino este análisis de la fotografía, haciendo extensivo mi felicitación, en primer lugar al paciente que migó las migas, al que preparó el fuego y cocinó con esmerada limpieza los ajos, pimientos, choricitos y torreznos, (Que aunque no aparecen, seguro estoy de que no se hallaran lejos, ¿A no ser que sean migas ligth´s…? y en este caso las migas pierden bastante…, bueno felicitaciones extensivas al fotógrafo y a los comensales, pero mi felicitación más efusiva y admiradamente superlativa a las manos que mantienen cada uno de los elementos con tanta limpieza que maravillan y que mi admiración provocan, y en los cuales hoy es mi deseo fijarme y fijar la atención de ustedes, pues si premio ha de ser tener posible acceso a manjares exquisitos, premio también merece la persona que tan limpia consiguió que fuera la instantánea que en este año de nuestro señor analizada queda…

Que tengan un buen dia.