El ministro Blanco no se corta un pelo con el AVE El último marrón que el Gobierno saliente ha dejado al próximo tiene nombre y precio: nueva estación del AVE en Ourense, con un coste de 67 millones de euros. No es una estación cualquiera, está diseñada por uno de los arquitectos más prestigiosos y más caros del mundo, Norman Foster, que facturará 4 millones por su trabajo. Posiblemente esos 67 millones sean poca cosa comparados con otras cifras de gastos o deudas que están descubriendo los ayudantes de Rajoy en el traspaso de poderes con los ministros de Zapatero. Pero en en este caso importa más el fuero que el huevo. La adjudicación de ese proyecto ha salido adelante por deseo del ministro de Fomento, José Blanco. Éste, en huida hacia adelante por el escándalo de los 200.000 euros en la gasolinera, quiere envolverse en la bandera galleguista, multiplicando las inversiones públicas en su tierra natal. Y, en una muestra de "conducta poco ejemplar" para los tiempos que corren, |