Maestro rural Del anecdotario de un maestro rural Rolando José López Desde Formosa Procedente de mi Entre Ríos natal, llegué a la joven provincia de Formosa (apenas cinco años antes había dejado de ser “Territorio Nacional”) a comienzos del ciclo lectivo correspondiente al año 1961. Traía bajo el brazo mi título de maestro rural –y no mucho más- expedido por la Escuela Normal de Maestros Rurales “Dr. Juan Bautista Alberdi”. Prontamente, en la entonces Inspección Técnica Seccional de Escuelas Nacionales, me designaron director de la Escuela Nacional nº 162, sita en el paraje denominado “Santa Fe”, a unos 80 kilómetros al norte de la localidad de Las Lomitas y unos 20 al suroeste de Fortín Cabo 1º Angel Lugones. Al año siguiente recibí idéntico nombramiento para la Escuela Nacional nº 128 del paraje “San Martín Nº 1”, conocido también como “La Posta Uno”, que se situaba a unos 35 kilómetros al este de Fortín Lugones. Y desde 1963 a 1969, siempre como director “interino”, en la Escuela Nacional nº 178 del paraje “Pozo Navagán”, unos 15 kilómetros al norte de “Santa Fe” y 20 al suroeste de Fortín Lugones. Por entonces sólo los primeros 45 kilómetros de Las Lomitas a Fortín Lugones, correspondían a una ruta (de tierra, claro). Lo demás eran serpenteantes, estrechas y precarias “picadas” abiertas en la selva formoseña a fuerza de hacha, pala y machete. Andando el tiempo aprendí que los cuatro parajes mencionados se encontraban dentro de lo que fuera la última “Zona Militar” del país –escenario de actuación del heroico “Regimiento de Gendarmería de Línea”- y donde el Gobierno Nacional diera por finalizada la “Conquista del Desierto Norte” el 31 de diciembre de 1917.
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