Alcollarín - Caceres

Te envío algunos datos para tu historia.Son algunas anécdotas aue van llenas de cariño:

Todos recordamos a Don Agustín, el médico, que solía pasear con una flor en la mano y nos hacia sonreir cuando, tras "peerse" la olía.

También me han referido que, en una ocasión cuando alguien fue al comercio de Juanita preocupada por si los alimentos estaban frescos y podían causar mal- estar a su hijo, ésta respondió: "Déjate de pamplinas que, en tiempos de Anselmo el cojo, con un cuchillo casi oxidado se partía el queso, chorizo y se metía en la lata de sardinas y nadie s puso malo"

Gracias enerro 24. Quiero contar una historia veridica de Alcollarin:
Era un día de verano con un calor de horno. En la plaza de la Iglesia se instalo unos títeres, en los que venía además de payasos, algunos animales y música de violines que tocaban “Islas Canarias”.
Hubo una gran procesión de sillas, ya que en aquel tiempo había que llevarlas, para ver cualquier espectáculo que venía a nuestro pueblo.
Todos teníamos que pagar una entrada para entrar a excepción de los niños menores de dos años que fueran acompañados por sus madres.
Una madre cogió a su hijo ya mayor de siete años, al cual le arropo con una toquilla, le cogió en brazo y se fue a entrar con él como si fuera un pequeño, para de esta forma no pagar.
Al entrar el portero, que para la ocasión había, con educación la dijo.
-Oiga Usted Señora, este niño no es pequeño. Tiene que pagar por él.
La madre se quedo lívida. No sabía qué hacer. El niño que ya era mayorcito, no se le ocurrió otra cosa, para salvar a su madre en apuros, que decir
MAMA TETA. MAMA QUIERO TETA.
Tanta gracia le hizo al portero, que dijo
Anda entra y que no se entere nadie.
NOTA: No se dicen quienes fueron los protagonistas. Si quieren ellos se puede decir.