Destino: La arboleda, nuestra arboleda Soy un loro y voy a reverberar lo que han anunciado otros foreros, como Sisonero, anteriormente. Quitaron la arboleda, la arrancaron de cuajo: ¡Qué palabra más gruesa y fea! La apartaron de sus hijos, de aquellos niños que se cobijaban a su sombra, que jugaban a los juegos de la inocencia y del descubrimiento mutuo, de aquellos muchachos que esculpieron su nombre fabricado por letras enamoradas en los troncos recios e incorruptibles de los eucaliptus. Hay leñadores de hachas afiladas dispuestos a talar cuantos árboles se interpongan en su camino, cuantas arboledas taciturnas, henchidas de sabiduría y amor se crucen en su senda de ladrillo, mucho ladrillo y poca compasión. Pero nuestra arboleda de movimientos subliminales, aquella que agita sus brazos infestados de abejas trabajadoras, de hojas medicinales, capaz de filtrar los secretos que se escapan de los solanos y los cierzos, siempre estará donde siempre la recordarán. En este ángulo apartado de la materia. En este foro donde todos pugnamos en una sola dirección. En la dirección de otro rincón apartado que, a duras penas, aparece en los mapas, donde su cruzan los suspiros, los anhelos de una raza de mujeres y hombres recios, trabajadores, forjadores de leyendas y de culturas mal comprendidas por otros. Aqui, querida arboleda, está una tus infinitas moradas. Aquí te añoramos continuamente, aquí te leemos y aquí te queremos. ¡Un abrazo! Agur |