Mataró - Barcelona

El textil catalán ha destruido 15.000 empleos en los últimos dos años

@D.M. Barcelona - 19/08/2010 06:00h

La ardua competencia de las prendas fabricadas en China, con el aumento de sus exportaciones hacia Europa tras la liberalización comercial, y la pérdida de competitividad por los elevados costes salariales y de producción son las principales causas del declive que padece Cataluña en el sector textil.

Otrora región impulsora en España del sector manufacturero y de confección textil, junto con la Comunidad Valenciana, Cataluña está perdiendo fuelle en este sector. Lo que se traduce en cierre de fábricas, más de 2.000 empresas en la última década, y en la consiguiente destrucción de puestos de trabajo. “Aquí sólo podemos aspirar ya a crear y a innovar, pero la fabricación la tenemos que deslocalizar hacia China y otros países asiáticos, con lo que el sector debe reconvertirse o las pequeñas y medianas empresas, como las grandes, acabarán cerrando”, asegura a El Confidencial un directivo de una de las pocas textiles que quedan en la comarca barcelonesa del Maresme.

Y es que los datos que manejan los sindicatos, y que trasladarán en septiembre a la Consejería de Trabajo de la Generalitat, no son nada buenos para el sector textil catalán en cuanto a empleo y presencia de empresas en el territorio.

Según el último recuento estadístico que ha realizado el sindicato UGT de Cataluña, y al que ha tenido acceso este diario, se han perdido en los dos últimos ejercicios 15.218 empleos y se han cerrado desde 2008 un total de 1.229 fábricas y centros de producción y confección de tejidos para moda o para la gran industria textil. “Muchas empresas no han reaccionado a la competencia textil más barata china y han querido seguir produciendo, pero el mercado es el mercado y si no se han renovado apostando por la innovación no han podido sobrevivir y esto ha tenido un grave coste para el empleo”, aseguran fuentes sindicales consultadas.

El sector textil y de la confección catalán ha sufrido los efectos de la crisis en forma de una intensa destrucción de empleo en los últimos dos años. Las compañías del textil que se han visto obligadas a cesar la actividad suman 456, pero concentran el grueso de empleos destruidos: un total de 13.966. Por el contrario, las empresas de confección que han cerrados en Cataluña desde el año 2008 suman 773, lo que equivale a 1.252 puestos de trabajo menos en el sector.

Falta de crédito

La actividad vinculada al textil y la confección ha visto agravada una situación ya de por sí delicada en los últimos años por la creciente competencia que llega de países con unos costes mucho menores que Cataluña, sobre todo asiáticos. Además, las compañías también se han visto en algunos casos asfixiadas por la falta de acceso al crédito que ha conllevado la crisis económica y financiera mundial. 11.053 personas se vieron afectadas en el sector por un expediente de regulación de empleo entre 2008 y 2009, y otros 2.277 trabajadores entre enero y mayo de este año, según cifras del Departamento de Trabajo de la Generalitat.

La competencia china ha sido uno de los principales causantes del declive del sector en Cataluña y en el resto de España, aseguran desde los sindicatos. En 1995 la Organización Mundial de Comercio (OMC) decidió que en el plazo de una década se acabaría con los aranceles comerciales para textiles y vestidos. Ese periodo de tiempo se cumplió el pasado mes de enero. Ante semejante liberalización, la industria española debe mejorar su competitividad. La satisfacción de la demanda, la agilidad en la gestión de la cadena de suministro y el desarrollo de una logística integral son clave para sobrevivir en el mercado global. La adhesión de China a la OMC ha añadido una nueva dimensión a la supresión gradual de las cuotas. A medida que han aumentado las exportaciones de China a la UE (en algunas zonas se han, como mínimo, triplicado), los precios han llegado a desplomarse hasta un 75%.

Por su parte, la patronal española del textil, el Consejo Intertextil Españo, lleva años alertando de la renovación que debe emprender el sector en España para evitar cierres. "Es absolutamente necesario afrontar un nuevo ajuste industrial y social porque las empresas se verán obligadas a redimensionarse en función del mercado, lo que en muchos casos afectará a numerosos puestos de trabajo", aseguran desde la patronal. El CIE pide a las administraciones apoyo para que las compañías puedan llevar a cabo los ajustes sociales e industriales necesarios "más allá del fomento de la inversión en I+D y de la internacionalización".

Entre los que han abandonado el negocio textil en Cataluña, hay muchas marcas conocidas, como DB Apparel (fabricante de Unno, Abanderado y Princesa), que anunció en mayo el cierre de su fábrica de Mataró. DB Apparel ha presentado al Registro Mercantil las cuentas de su último ejercicio, entre junio de 2008 y junio de 2009. El balance: pérdidas de 22,8 millones de euros.

“Los trabajadores eran conscientes de que la situación de la compañía era mala”, aseguró ayer Sergio Moreno, responsable en UGT del sector textil. La compañía, que antes de 2006 tenía cinco plantas en Cataluña, las ha ido cerrando todas. Las últimas, las dos de Gerona, hace un año. En junio de 2006, la dirección de DB Apparel ya cerró otras dos fábricas en Cataluña y llevó a cabo un ajuste de plantilla en la planta de Mataró (Barcelona). En concreto, en los municipios de Olvan e Igualada, lo que supuso el despido de 276 trabajadores.

Al igual que entonces, la compañía argumenta este que clausura de las factorías es necesaria para reducir costes y garantizar la viabilidad de la planta de Mataró (Barcelona) y del almacén logístico de Pina de Ebro (Zaragoza), que suman una plantilla cercana a los 500 trabajadores. Por otro lado, el grupo Pasarela, fabricante de hilados y tejidos de fibras artificiales y sintéticas, también ha decidido poner fin a la producción en Reus (Tarragona) y Holstaric (Gerona).

Burberry también ha liquidado sus oficinas de Barcelona, donde diseñaba y gestionaba colecciones exclusivas para el mercado español desde 1960; y la emblemática Pulligan presentó el concurso de acreedores a finales de 2009.

Otra “víctima textil” en Cataluña ha sido Stylmode, que opera en el mercado con la marca Nuria Balaguer. La compañía, con sede en Balaguer (Barcelona), ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a sus 45 empleados, lo que supondrá el cierre de su fábrica. La empresa, fundada en 1996, se ha visto afectada por la caída de las ventas provocada por la crisis económica, que ha llevado a los compradores a restringir su gasto y a buscar precios más bajos. La compañía se caracteriza por mantener dentro de la empresa todas las fases del proceso de producción de las colecciones, desde el diseño hasta el patronaje y la fabricación. Ante la situación económica, Stylmode ha optado por cerrar su fábrica.

Stylmode, propiedad del grupo cárnico Vall Companys, lleva años ajustando su actividad a la coyuntura del mercado. El año pasado, la compañía ya llevó a cabo una decena de despidos para tratar de mitigar su situación.

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