Esplugues de Llobregat - Barcelona

¿Elecciones en junio?

Las muestras de descomposición del tripartito podrían propiciar un adelanto electoral

Los problemas internos del Govern tripartito y del propio PSC han activado la posibilidad de que el presidente Montilla no agote la totalidad de la legislatura -el 1 de noviembre se cumplen cuatro años desde las elecciones anteriores- y se vea obligado a un adelanto electoral.

Algunas fuentes socialistas hablan de la posibilidad de que las elecciones se convoquen alrededor del mes de junio, aunque el presidente Montilla intentará evitar el adelanto, porque es un firme partidario de agotar la legislatura.

Desde hace tiempo, Esquerra Republicana, que ya mira hacia las elecciones, está marcando distancias con el PSC y algunos de sus dirigentes han cuestionado la reedición del tripartito, con el propósito de resaltar un perfil propio.

Además, las encuestas electorales son cada vez más favorables a Convergència i Unió, y la agudización de la crisis económica, que perjudica fundamentalmente al Gobierno de Zapatero, también incide sobre el Ejecutivo catalán.

A pesar de todo, la dirección del PSC y Montilla confiaban en que podrían agotar la legislatura, y que sólo una situación excepcional, como una sentencia del Tribunal Constitucional que aplicase un recorte considerable al Estatuto, podría provocar un cambio de las previsiones.

Sin embargo, ha surgido un nuevo elemento que ha sorprendido a los dirigentes del partido y, sobre todo, al propio Montilla: el desafío lanzado por el sector más nacionalista del PSC.

El planteamiento de Ernest Maragall, apoyado de forma contundente por Antoni Castells y con menos fuerza por Montserrat Tura, es un elemento que podría cambiar los planteamientos iniciales del presidente de la Generalitat.

El dato fundamental es que estos tres dirigentes del PSC son, además, consejeros del Govern tripartito, y este hecho es un elemento diferencial que traslada la crisis desde el partido al Ejecutivo que dirige Montilla.

Aunque el PSC ha intentado quitar importancia a esta situación, el propio Montilla se vio obligado a contradecirse a sí mismo en 24 horas. Pasó de desautorizar a Maragall a defender su posición, después de que Castells hubiera expresado su firme apoyo al consejero de Educación.

Todos estos elementos han empezado a crear un escenario político que dificulta el propósito de Montilla de agotar la legislatura. El adelanto electoral empieza a ganar puntos, y junio parece el momento adecuado.

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