La Navidad también es compartir... En estas fechas de consumismo exagerado quizá nos vendría bien acordarnos de esas criaturas desamparadas que viven la crisis desde que nacieron y llevan en su cuerpo la marca del hambre. (NIÑO BLANCO, NIÑO NEGRO) Niño que vas a la escuela envuelto en ropa de marca, con cartera y bocadillo y nunca nada te falta; muy cerca de donde estás, hinchado que no saciado, vive el niño negro, triste y del progreso olvidado. Nació bajo un sol de arena con estrellas por pañales y desde su nacimiento lleva la marca del hambre. Le da lo mismo ser niño que ser adulto o anciano, porque sabe que el destino se le escapó de las manos. Con lo que cuesta un capricho todo el año se mantiene, si le dicen que hay un Dios el niño no lo comprende. En ese techo de estrellas, en ese suelo de arena se entretiene con las moscas que a su negra piel le llegan. Pero él nació para eso: para que cuenta te dieras de que aquello que te sobra lo emplees de buena manera. Él no puede darte nada pues de todo le privaron, y te manda una sonrisa cargada de dientes blancos. Niño blanco que te duermes con un beso de cariño, acuérdate que muy cerca de donde estás hay un niño que con sólo aprovechar aquello que tú no quieras, le da las gracias a Dios aunque de hambre se muera. De "Entre la luna y la palabra" (2005) |