¿QUIEN CREEIS QUE SE ESCONDE TRAS LA OUIJA? 27 de noviembre de 1992. Viernes. Comisaría de Vallecas 04-18, Madrid. A las 02.30 horas en el domicilio de Concepción Lázaro, en la calle Luis Marín número 8 se personaban el inspector jefe José Pedro Negri, acompañado de tres policías. Minutos antes había recibido en la centralita de la comisaría del Distrito de Vallecas la desesperada llamada de auxilio de Máximo Gutiérrez, el dueño de la casa en la que se encontraban. El motivo por el que fue requerida su presencia era porque en el interior de la casa de los Gutiérrez-Lázaro se estaban produciendo fenómenos paranormales. EL INFORME POLICIAL El lógico escepticismo con el que los oficiales cruzaron el umbral del inmueble se acabó transformando en un auténtico pavor cuando los fenómenos extraños lejos de desaparecer con la presencia de los oficiales, continuaron manifestándose con mas fuerza si cabe. Poco después abandonaron el lugar convencidos de que lo que habían vivido no poseía una explicación lógica o racional. Y así lo reflejaron en el expediente que redactaron para dar parte del acontecimiento, un documento importantísimo en el que queda patente la posibilidad de que los Cuerpos de Seguridad en la madrugada del 27 de Noviembre, se toparan con un verdadero poltergeist...a las 02.40 horas por el canal 7 de H-50 llama el Z-2 y manifiesta que una vez se ha entrevistado con la familia y observado en el interior de la casa, según comunica se le ha puesto el vello de punta (...) que estando sentados con toda la familia pudieron oír y observar como la puerta de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron luego, se abrió de forma súbita y totalmente antinatural, lo que provocó que uno de los agentes desenfunde su arma reglamentaria. Momentos después pudieron percatarse y observar como en la mesita que sostenía el teléfono y concretamente en un mantelito, apareció una manchita color marrón consistente que el Z-2 identifica como babas(...) Que en recorrido que hicieron por las distintas habitaciones de la casa observaron un crucifijo de madera al que el fenómeno, al que estamos haciendo referencia, le había dado la vuelta, arrancándole el cristo adherido al mismo. Que según manifiesta una de las hijas, tomó el cristo del suelo y lo adhirió detrás de la puerta de la habitación junto a un póster, produciéndose de forma súbita y extraña tres arañazos sobre el citado póster... Pese a que el asunto Vallecas estalló a finales de 1992, difundiéndose con rapidez a través de los medios de comunicación nacionales, los hechos habían comenzado un año antes. OUIJA MORTAL Tras una larga y penosa enfermedad el padre de Concepción Lázaro fallecía con sus facultades psíquicas y físicas mermadas. El anciano, víctima de enajenación mental, se mostraba amenazante con cualquiera que entrara en la habitación en la que habría de pasar sus últimos días, especialmente con su hija, para la que instantes antes de morir, tuvo unas inquietantes palabras. “Te haré mucho daño en la vida”. Semanas mas tarde la tragedia continuaría cebándose cruelmente con los integrantes de la humilde familia. Estefanía, la hija mayor de Máximo y Concepción, comenzó a sufrir extrañas convulsiones que desembocaron en un estado de coma aparente, los médicos no daban con el mal que aquejaba a la joven, una dolencia, que según se supo posteriormente se desencadenaría a raíz de una práctica de una sesión de ouija, los asistentes a la experiencia afirmaron que, una vez iniciada la sesión, el vaso utilizado como master para el contacto, estalló, repentinamente y de la nada surgió una neblina que se introdujo en la nariz de Estefanía. Las jornadas posteriores al suceso fueron un calvario para la joven y sus familiares que no encontraban respuesta para lo que estaba sucediendo. Los ataques catalépticos eran cada vez mas frecuentes y al recobrar la conciencia no cesaba de repetir que veía un pasillo con mucho humo y personas cogidas de la mano que la llamaban insistentemente. Seis meses después del fallecimiento del abuelo, Estefanía entró en coma irreversible y no volvió a despertar jamás. A partir de esos momentos la tranquilidad no regresó jamás al hogar de los Gutiérrez Lázaro. Los fenómenos paranormales empezaron a manifestarse en forma de simples golpes en la puerta del salón, a los que no prestaban apenas interés. No obstante los leves sonidos con el tiempo se convirtieron en insoportables aporreos, la familia asustada, decidió colocar dos sillones y una mesa de mármol obstruyendo la entrada, pero estos elementos, aunque de gran peso, fueron empujados y desplazados por una fuerza descomunal que se hallaba al otro lado. Los inquietantes acontecimientos se vieron acrecentados cuando un cuadro que contenía la fotografía de la joven finada empezó a arder bajo el cristal protector, cayendo al suelo con estrépito. La madre no daba crédito a lo que estaba observando. La imagen de su hija había sido partida por unas llamas sobrenaturales que aparecieron cuando nadie lo esperaba. Con el paso de los años los fenómenos han continuado produciéndose de forma espectacular: “En una ocasión –cuenta Concepción- mi hijo Maximiliano, el pequeño estaba en la cocina y fue a coger un chorizo. Entonces, un palo salió volando y se clavó en la longaniza, no le pegó en la cabeza porque se dio cuenta a tiempo. Luego se ha grabado voces en donde se oye la de una mujer que dice “mamá, mamá” y gritos desagradables. Además al novio de mi hija Marianela cuando dormía en la habitación al lado del salón una sombra se le puso literalmente encima, y esa sombra ya la han visto mis hijas arrastrarse por el suelo de la habitación. “Otras veces los perros han salido volando sin que nadie los cogiera, en fin que hemos que tenido que pasar muchas noches todos metidos en el salón por miedo a lo que pasaba en esos momentos en la casa”.
|