San Vicente de Alcántara - Badajoz

..Y esque hoy,al llegar a Casa del trabajo con un poco de hambre,he abierto mi nevera,me llamò la atencion dos cosas..Lo primero,Unos filetes rusos,lo segundo,envasado al vacio..y como su etiqueta describia PANCETA IBERICA SALADA!

Y aqui estan mis añoranzas,ahora se llama asi,y yo en Casa la preparo con poco de tomate rallado y ajo.Pues hoy,recordé a una gran mujer,que hace ya muchos años,siendo muy pequeño,y al quedarme mis padres en su Casa..

Con toda su Santa paciencia,partia con su navaja,y sobre moteco de pan duro,ponìa un taquito de Tocino viejo de la Matanza curado en Sal,estaba tan delicioso,que aprendì que se escondia en una habitacion pequeñita,bajo las escaleras.Se hacia Llamar lacena,y embuelto en un trapo gurdaba ese oro blanco.

Oro,que hace un momento he partido en tacos,he cerrado mis ojos..y he pensado en esa mujer,se llamaba Justa morera y era mi abuela.

Como sé que sabia leer,quiero decirle desde aqui,que aunque le cambien en nombre,y me falte tambien la lacena,apartir de ahora,lo partirè en taquitos,y sobre todo que nunca,nunca,apesar de Los cambios..olvidarè esas pequeñas cosas por las que se diò a querer!

¡que bonito!algo parecido me pasaba a mi.te felicito sutol por contar esa cosas tan maravillosas que nos pasaban antes.nosotros cuando nos dejaba mi madre a casa de mi abuela,me acuerdo que sacaba por la tarde el plato del chorizo y el lacon,que quedó de amediodia.que tiempos aquellos.me acuerdo que ibamos a comprar por las tardes con ella,y compraba chocolate,para nosotros,y cuando llegabamos a casa le deciamos,abuela queremos chocolate de ese,y nos decia que no,y hasta que el chocolate no llevaba unos dias en casa no nos lo daba.jaja.¡que vida aquella!

Pues yo me acuerdo, que como no teniamos nevera poniamos la leche, para que estuviera fresca en el poyo de los asaos ,que era una repisa que habia debajo de las escaleras, donde se ponian los cantaros y los asaos para que estuviera todo fresquito y por la noche antes de acostarnos me decia anda ves a buscar el cueceleche,le echaba la nata para atras y que vasos de leche tan buena con una nata gorda,eso si que era leche no el aguachirri de ahora . |que bonito recordarlo¡

jo, ya no me acordaba de eso, a mi tambien me daban el tocino en taquitos con el trocino de pan, que bonito lo has contado.

recuerdo una feria de san miguel que mi madre la pobre compro unas chuletas de cordero(la primera vez que yo iba a probarlas)las dejo con el machaito de ajos en la cantaera de la cocina para cuando viniesemos de la feria freirlas, y cual no seria la desagradable sorpresa cuando llegamos y el puñetero gato del vecino se las habia comido, nos quedamos sin chuletas y con un buen enfado de mis padres con el dichoso gatito, si lo coge mi padre aquella noche seguro que el bicho aborrece las chuletas pa siempre, esta anecdota la recordamos muchas veces en casa y mi hermana y yo, ahora nos reimos pero yo aquella noche me senti muuu desgraciada jajaja

Creo que este hilo llegará lejos, porque igual que yo, creo que todos tenemos bonitos recuerdos de nuestros abuelos, algo que siempre se nos quedó grabado en la memoria.
Mi abuela siempre ponía en la mesa para acompañar todas las comidas una"escuilla" con aceitunas y otra con pimientos en vinagre.
Sólo el recordarlo se me hace la boca agua.
Y todas las mañanas, antes de irme a la escuela, me preparaba la leche con un huevo batido para que estuviera bien alimentad@. Y no tengo colesterol.

Querido Sutol (y demás participntes de este hilo), que hermosos son los recuerdos de la niñez ¿verdad?. En mi casa, a los trocitos de pan con tocino, como tú lo cuentas, los llamabámos y seguimos llamando "merendiñas".
Yo también les he dado y sigo dándo merendiñas a mis hijos, pero las suyas son de chorizo... jamón... es no veas cómo han cambiado los tiempos!!! No saben lo que se pierden ¿verdad?.

Un recuerdo que guardo con mucho cariño de mi abuela paterna, es que cada vez que iba a su casa y estaba cociendo el puchero, cortaba una corteza alargada de pan, la "mojaba" en la perola y me la daba para que la comiera, me encantaba! ...lo malo era cuando tocaban judias verdes guisadas o alguna otra verdura por el estilo, es que no me gustaban nada de nada

Estos hilos si que molan!!!
Besos

como se van viniendo cosas a la memoria, me acuerdo de mi abuela con una rebanada de pan sobre el pecho y sobre ésta picando las migas con un pañito en la falda para las migas

Yo recuerdo a mi abuela paterna,Joaquina Ruán,"la pavina",untando los quesos con aceite,mimandolos,para despues guardarlos en una olla grande para todo el año.Y como batía el bizcocho que me hacía cuando yo llegaba en el verano,en aquel baño de barro vidriao que conservo como si fuese oro.Necesitaría meses para escribir tantos recuerdos bonitos,pero... no puedo evitar las lagrimas mientras escribo.!La quería tanto...!

Poty.. Ya somos dos Los que soltamos lagrimas,y esqueestan facil cerrar Los ojos y vivir esos momentos...

Gracias a todos,con un poquito de cada uno,no hace falta meternos con nadie y recordar o escribir tantas cosas,y asi dar un pequeño omenaje a quienes nos enseñaron a disfrutar de CUALQUIER cosita!

Cómo me habeis hecho llorar. Como dije al principio de todos mis mensajes, a mí me trae el pueblo, recuerdos increibles, que además cerrando los ojos me veo de niña en la calle larga corriendo o en la puertita jugando, con dias preciosos con mucha luz con olores de melón sandia y bollo de pascua; y como no, el recuerdo que yo tengo de mi abuela es que despues de comer nos decia que iríamos a la habitación a coger un meloncito para cada nieto, "era pequeñito y super amarillo" que olian de muerte. Dios mio, tengo tantos recuerdos de mi infancia dentro de mi, que cada vez que hablo de ellos se me caen las lagrimas de la añoranza que tengo de aquellos tiempos.

como se nota que nos hacemos viejos´
(sobre todo yo)que bonito son estos
foros recordando el pasado sobre todo
los que marchamos,un caso curioso que
nunca entendí por que la chacina en
alburquerque era (o es)picante diferente
a la nuestra

un saludo (no abusemos de los tocinos y
demás que no es bueno para la salud) BROMA

Los que teníamos bares en casa, despertar en verano cuando eras crío era una mezcla de olores y obligaciones. La cocina estaba en plena efervescencia ya a las 9 de la mañana, había ajos, cebollas, pimientos rojos y carne, mucha carne. Los peroles comenzaban a cocinar lo que luego se vendería en el bar, y yo aún no había desayunado.
El desayuno consistía en colacao y en galletas maría compradas a granel en la tienda de la esquina, y si no había, ibas en un momento y las comprabas. Llevábamos puesto el rocky ¿os acordais? era esa bermuda del mismo color que la camisa de tirantes, y que todos los niños usábamos en verano a principios de los 80, lo más cómodo que he usado en mi vida, y las sandalias de plástico, que te servían para meterte en el río. Que prácticos que eran los años 80, jeje.
Después del desayuno a hacer los recados, normalmente para el bar, vete aquí y compra pan, aquí tal cosa para los aperitivos, los huevos en cá modesto, y así con todo. Te desligabas, si podías, no antes de las 12 de la mañana, y luego a ver qué surgía para ese día. Imprescindible llevarse al perro. La mejor excusa: Me voy a ver a la otra abuela.

A la otra abuela no la podías ir a ver en ese momento porque te obligaba a quedarte a comer, y comía a las 13h, demasiado pronto para los horarios de mi casa y para mis planes y es que casi acababa de desayunar, la excusa era para escaparse al río con la perra y pegarte un baño antes de la comida, cosa harto difícil con padres que regenten bares pues es cuando el trabajo comienza. Por supuesto irse al río a bañarse sin vigilancia estaba prohibidísimo y si no avisabas te podía caer soberana bronca, pero es que si avisabas no te dejaban ir, por lo tanto no avisabas. Mi plan casi siempre salía bien, nos íbamos a bañarnos a escondidas (mojar el culo ya era bañarse) y después a buscar la excusa a casa de la abuela, que te recibía feliz pero que te regañaba al segundo por las horas de llegar, pues ellos ya habían comido, te llenaba la panza de fruta, y antes de las 15h volvíamos al bar, donde la otra abuela tenía el ceño fruncido ¿dónde estábais? en casa de la abuela!! ¿y has comido? nooooooooooooooo (si comías y no avisabas antes...pobre de tí)
La mesa ya estaba puesta, el abuelo sentado, mi madre que venía de su propio bar ya afanándose con la comida, el bar de mis abuelos era el sonido de fondo de las comidas junto con Falcon Crest, intentabas escaquearte de terminar de poner la mesa y te enredabas con algún cliente o con el camarero hasta que el grito te hacía volver a la cocina.
Allí entonces se mascaba la tragedia, mi hermano se sorbía los mocos sobre el plato de sopa con los ojos como dos tomates, la cara de mi madre y de mi abuela pa enmarcarla, yo soy el siguiente objetivo: la hermana mayor
¿dónde habeis estado? con la abuela!!
¿os habeis bañado? nooooooooooooooooooo
¿seguro? que nooooooooooooooooo

Si mi hermano estaba llorando, por algo era, básicamente porque lo habían pillado, cada vez más acorralada intentaba comportarme con naturalidad mientras el enano no paraba de hacer ruiditos. Entonces llegaba el desenlace: mi madre cual CSI profesional, con su propia uña me rascaba la piel del brazo donde se dibujaban caminitos blancos delatores, señal de que SÍ te habías bañado.

Sólo os diré que la siesta la dormíamos calentitos

Y que volvería a esos veranos AHORA MISMO

Rakel, ¡pero que bien haces el recorrido familiar de entonces!
La ternura que se esconde en cada detalle de los que entonces pasaban por nuestras vidas sin ver lo que era la verdadera joya de cada vida: las experiencias infantiles, sencillas, sutiles, con sabor a plato calentito, con las picardias de las que nos creiamos que colaban..¡ya, ya!.
En la distancia, es la añoranza de un tiempo vivido con ardor, cada momento era muy importante, porque cada cosa tuvo un espacio en el corazon. Eso es lo que queda.

Yo tengo una frase, que la empleo cuando quiero parar una pagina de la vida: "CREAR RECUERDOS". Cuando sobre todo estamos con algun niño que nos sigue la corriente, o al contrario, absorber de él lo mejor, contarle algo que nunca olvide. Eso es lo crecera con su altura, el detalle, el olor, el sabor, la caricia, la mentirijilla, la verdad, esos detalles son los que cuando crecemos se idealizan, y se hacen grandes.

No importa lo que sea, pero casi siempre esas cosas, nos ablanda el corazon, nos pellizca el alma, como dirias tu. Nos hace mas sencillos y mas buenos. Ponemos en la distancia la medida del fervor por la vida, y la hacemos mas hermosa. Esas cosas no tienen tecnologia, no tienen vueltas de tuercas, son tal como lo hallamos querido vivir.

Cuando se es mayor, y no se ha aprendido de esas cosas, es cuando el corazon se hace corrosivo, amargante, malo.

Alguien dijo una vez, que para ser un buen hombre, se debio ser un buen niño, con todo lo que conlleva el ser niño, bueno y malo, pero ser niño.

Un abrazo, Rakel, espero verte pronto.

yo recuerdo las comidas de mi abuela paca(la unica que conoci de todos los abuelos)era mi abuela pàterna, una mujer fuerte y risueña que me queria muchisimo y yo a ella, sera porque me parezco a ella segun me dicen.
mi abuela cocinaba como los angeles, con los pobres ingredientes con los que disponia, hacia unas tomatas con habichuelos blancos riquisima, unos gazpachos de poleos en invierno y de tomates en verano que quitaban el sentio, las sopas de tomate... en fin una variedad de comidas que yo aun recuerdo y tengo grabado sus sabores en mi mente,todavi algunas noches sueño con mi abuela y recuerdo su voz y sus risas y cuando despierto me siento tam bien que creo que he estado con ella en verdad

sotul he tenido que quitarme las lagrimas por lo menos 8 veces desde que empece ha leer yo me crie con mis abuelos maternos nunca pase ambre pero tanpoco sobraba
pero lo que abia te sabia a gloria no he buelto ha tener esos sabores nunca ( no olvidemos nunca ha nuestros yayos ) gracias a su esfuerzo somos loque y como somos
gracias sotul por recordar

que bonitos recuerdos al hablar de las abuelas, a mi me encantaba estar con la mia era una persona recta pero a la vez la mas cariñosa del mundo y me gustaba mucho comer con ella daba igual la comida toda estaba buena,garbanzos, fregones amarillos,sopas de patata,y sobre todas las cosas el queso curado lo tenia como mojado y le pasaba la mano decia ella no se pero ahora que ella no esta me doy cuenta cuanto la añoro y a veces cuando como algo que me recuerda a ella cierro los ojos e intento imaginar que estoy en su casa.besos para todas las abuelas.

Joooooo!mI "GUELA"era super,hacia la mejor sopa de cocido del mundo(mi mundo)y como nos pegabamos los primos porque uno queria sopa de estrellitas,otro sopa de letras,otro de fideos..al final sopa de pipas de melon(asi la llamaba ella) con ramita de hierbabuena,era p'a morirse.Y para merendar ,pan con una onza de chocolate.

A mi se me vienen a la memoria tantos recuerdos bonitos de mi infancia,sobre todo cuando pasaba los fines de semana en la huerta que vivian mis abuelos,mi abuelo cuando yo iba se acostaba en un catre, que es una especie de cama echa de palos,con unas escobas encima y poco más y yo me acostaba en la cama con mi abuela,y la luz que habia era la de un carburo.por la mañana me levantaba trempano para salir a la cocina que eran unas paredes de piedra con unos cacharros en las paredes y una buena lumbre en la que mi abuelo manuel hacia unas rebanadas de pan fritas para desayunar ¡y que ricas estaban ¡.y para comer mi abuela preparaba un arroz carretero que es con tomate natural y a la sombra de un moral comiamos y bueno jugando con lo que nos encontrabamos en el campo ,en fin ¡que buenos recuerdos¡ pero que pronto pasa la infancia ,que pena.

No sé cuantas veces he leído vuestras historias,y aunque no quería repetirme,tengo casi la obligación de contar otra de mi misma abuela..

Esas mañanas que me quedaban con ella..cocinaba sobre una lumbre,un caldero tremendo que aun no sé como hacia para aguantar tanto el aceite..
Y allí estaba mi abuela para entretenerme,me daba una patata,y un cuchillo (cortaba tan poco que creo que era el mango de un tenedor) me combencia para hacer o sacar una figura de la patata,un muñeco,que mejor o peor después de mucho trabajo,echaba a ese aceite..
Mis ojos no despegaban su evolución,y luego me engañaba diciendo que a quien le tocara,tenía que comerselo todo...

Joo,siempre me tocaba a mi,la mañana se pasaba y no dábamos ni ruido,y encima súper comido!


Desde entoces mis amigos al irnos de vacaciones,an provado mi agilidad para moldear una patata y sacar,coches,letras,peces...
Solo que con ellos he cambiado que a quien le toca,friega los platos!
Espero que mi hija algún día se lo coma todo!

He leído este hilo (se dice así?)y aunque seguro que las edades de los participantes son distinta, se nota un toque de "saudade",de recuerdos dormidos,pero tan presentes como si ayer hubieran ocurrido.
Yo también conocí a mis abuelas,la materna era una mujer valiente,era viuda desde hacia mucho tiempo y había criado a sus cuatro hijos con esfuerzo y sacrificio.
Algunas noches me iba a su casa y dormía en un cuartito junto a su alcoba,por la mañana cuando yo despertaba olía a café y a pan tostado.El café no era café sino achicoria y el pan era "pan moreno" también se llamaba "negro".Eran otros tiempos.Ahora le llamamos pan integral y pagamos más por él.Bien,ahora viene lo del tocino.
Mi abuela me había puesto encima del pan caliente una lámina del tocino del cocido que ella había guardado en la alacena para ocasiones como aquella, se sentía feliz de compartir con su nieto lo poco que tenía.
Quisiera,si me lo permitíis,hacer,con este hilo,un homenaje de gratitud a todas las abuelas de cualquier tiempo y lugar que renunciaron a todo en favor de sus nietos. Un Saludo

me he acordado que mi abuela metía un trocito de nuez en medio de un higo seco y lo llamaba "casamiento", pues que ganitas de esas bodas, un saludo a todo el mundo y me uno al homenaje a las abuelas

Que rico!!

En Málaga hacen "matrimonios" una anchoa con un boquerón en vinagre y un cachito pan...

Que me diga alguien si no recuerda el modo de lavarle la cara de la abuela.
La mía tenía un pañito de algodón, retal de alguna camiseta, lo humedecía con agua y jabón ¡¡y me dejaba la cara y las orejas relucientes!!

Mi otra abuela en las matanzas, supongo que saturada de trabajo y de niños después de comer, nos preparaba una palomita de anís (anís rebajado con agua) y nos obligaba a beberlo delante de la lumbre. Era mágico, dejábamos de dar por el saco al instante y nos quedábamos fritos.

Qué bien nos trataban las abuelas y cuántas cosas nos enseñaron!!

Lástima verlas ahora tan viejitas y tan frágiles, con lo vivas que fueron. Un saludo a todas vuestras abuelas, queredlas mucho que se lo merecen todo!!

A la abuela Tomasa, una abuela sin sonrisas.

Después de leer la ternura de las distintas abuelas, yo ¡mira que le he dado vueltas a ver si me venia a la cabeza la ternura de la mía!...

Mi abuela Tomasa, en la distancia de tantos años, la recuerdo siempre muy seria, muy firme. Para mi era como una educadora, siempre vestida de negro, trabajando, siempre trabajando. La pobre, estaba sirviendo en Madrid, y de vez en cuando, venia a casa a poner un poco de orden. Yo solo veía en ella, el Hada cocinaba muy bien, que batía huevos y huevos para hacer rosquillas fritas, en el fuego bajo de la chimenea de piedra. Quizá los momentos alrededor de la chimenea es el recuerdo mas caluroso que recuerdo de ella. Con ella, el orden al dia, comida caliente y dulces. Cuando no tenia las manos metidas en harina, mi abuela tenia telas. Mi madre las traía de Portugal, lienzos, franela... recuerdo que nos hizo camisones en dos colores naranjas y amarillos, con canesú. Calentitos, muy calentitos. Ahí es donde mi abuela siempre me viene al corazón, con ella, no había frío. En una casa donde los techos eran muy altos, caía agua cuando llovía, pues ella la aprovechaba para ahorrarnos viajes a la Fuente de Las Cuatro Calles.

La costura que ella dominaba, para mi, como una sabia de la aguja, fue para mi unas clases magistrales. Ella en su Singer, yo esperando que se le caigan las agujas, las alfileres, que quedaban entre los ladrillos que formaban el suelo de su salita. Mientras esperaba que algo se le cayera, miraba el baile de sus pies, la aguja de la maquina como subía y bajaba, lo derechito que cosía, el cariño que ponía cuando manejaba las prendas en su maquina de coser. Cualquier cosa en sus manos, se volvía una obra de arte.

Yo quería ser como ella, pero sobre todo, por la facilidad que tenia para llenar unos recipientes de cobre muy grande con magdalenas y frito con azúcar. Ese era el cambio. Si yo le recogía las agujas o alfileres, ella me tenia que dar primero un dulce, no habia trato de otro modo.

Hace unos meses leyendo un libro: La vida entre costuras, (Maria Dueñas), la recordé mucho. Yo aprendí a hilvanar con hilo viéndola, la técnica que usaba para hacerlo derecho, pequeños detalles que dominaba como una ingeniera, a mi me alucinaba. Cuando leía este libro, y la costurera en sus hilvanes, le enviaba a los Ingleses sus espionajes... a mi me recordaba a mi abuela Tomasa, puntada corta, puntada larga, dos cortas, una larga.... ERA MORSE... Cuando lo leia, la protagonista no era la verdadera, era Tomasa, la abuela Tomasa. Me emocione muchas veces leyendo esta libro. La señora Tomasa no sabia leer, y sin embargo su nieta, después de 50 años, la metió en una historia maravillosa, intrigante, como creo que era ella en la realidad.

No recuerdo de ella conversaciones ni caricias, sin embargo siempre la he admirado. En el calor que procuraba darnos de niños, me transmitió el cuidado que siempre he sentido por la utilización de los buenos calcetines, sequitos y blandos, sin costuras, comodidad, bien colocados en los pies de los niños. Con 14 años, aprendí a zurcir unos calcetines. Hoy aun lo hago, no por el ahorro, sino que en pequeños detalles, no dejo que las cosas me dominen, prefiero mantener un toque de nostalgia, un respeto por la pobreza de antes, un pequeño orgullo por cada una de las pequeñas luchas conseguida en aquellos tiempos de escasez.

Hay que saber mirar atrás con añoranza si fueron tiernos, y sino fueron tiernos, siempre fue un libro sin letras que nos decía que en lo sencillo, está la Universidad de la Vida.

Vaya para mi abuela Tomasa.

genial regatito! sigamos...

La verdad es que se me hace extraño cada vez que entro en la sala y veo el hueco vacío del sofá donde siempre te esperaba la Melli.
Cuando entro en la casa hago despacito el trayecto del pasillo a la salita, recordando con alegría el recibimiento que te daba cuando te veía entrar, esos dos besos interminables de puro cariño.

Yo por desgracia he estado fuera muchos años y he disfrutado poco de su compañía (desde donde llega mi memoria), pero hay grandes anécdotas y curiosidades, momentos de alegría y tristeza (amargas despedidas)...
Me acuerdo de las aventuras en el desván con mis prim@s, los atracos de las tostadas de la lacena... y la alegría de crecer en un ambiente tan agradable y risueño.

Y hablando de crecer, me acuerdo de esos momentos de transición de niño a "hombre" donde todos nos medíamos en la cocina..."en un par de años doy con la cabeza en la campana..."
Lamentablemente, ingenuos de nosotros, nuestro crecimiento era inversamente proporcional al de nuestra Melli, a quien los años iban consumiendo sin remedio hasta el fatal desenlace de aquellas navidades.

Me gustaría hacer constancia de la gran fuerza de nuestro abuelo, quien nos da ejemplo aguantando estos momentos con su gran entereza. Un beso para tí abuelo, aguanta; y otro muy grande para tí abuela que seguro nos ves y sonríes desde tu sofá del cielo.

yo no soy alcaholica por que dios no ha querío, porque en casa de mi abuela no me acuerdo, pero en la de su hermana cada vez que comiamos allí nos atizaban una copita de "vino quinao", era según nos decían para abrir el apetito, que por cierto a mí todavía no se me ha cerrado.

De todas formas entre la quina y el calcio 20.......

Muy bien Fran-patx,genial lo que cuentas tu también,pensé que solo me podría triste con mis historias,y como comparto tanto la tuya!
Coincidimos en tanto que corriendo me dí cuenta que hablabas de la misma abuela! Nuestro abuelo tiene ya 93 y esperemos que almenos con el nos deje seguir con sus recuerdos!
Un saludo Fran!

Qué hilo más bonito...
Chaaacho, que jartá de hacer pucherossssss.

Sutol ¿hace mucho que no te mando un beso, no?
Pues.... muuuuaaaaakkkkssss, en tó la cara!!!

Gracias Maria! Y que lo digas lo del Hilo..
Hoy,no sè como pero mi madre se a enterado de Todo esto,me a pedido que se lo leyese,y solo pude hacerlo hasta la mitad,pues hemos acabado todos llorando.

Pero bueno,son lagrimas buenas,con el estres que tenemos en estos tiempos!

Quien cuenta mas?

Es invierno, y fuera hace un frío que pela.

Apenas llegas a la encimera de la cocina, pero puedes otear perfectamente los tesoros que hay sobre ella, menos dentro de las cacerolas que guardan su secreto con la tapa puesta. En pijama y con la bata no puedes evitar que tus ojillos recién despiertos busquen algo, todavía no sabes bien qué, pero ahí estás, constante (más bien "en medio") comenzando una mañana de sábado infantil que a esas horas resulta todavía infinita. La cocina huele a calor disipado por la madrugada y a ligero toque ahumado, la chimenea aún no está encendida, aún no has desayunado.

La abuela te habla, te pide que la ayudes a encender la lumbre y desde lo más hondo de tu ser te sale un síiiiii mudo que se te dibuja en la cara en forma de sonrisa y una ola de fuerza que sale del mismo sitio te dispara en un segundo hasta colocarte frente a la chimenea, lleno de emoción. Comienza el arrugado de papeles que harán de combustible y a la vez de corazón del fuego, después el pasto seco, fino y quebradizo como alambres vegetales, luego los palitos y de fondo algún tronco generoso. La leña de encina se apila en un cesto de mimbre siempre cerca de su destino, alimentar el fuego que en breve nacerá.

Llega el momento mágico, la caja de cerillas. Te descubres atento a cada paso, de forma casi religiosa, estás arrodillado y sin decir palabra buscas con tus ojos la cara de la abuela, esas miradas infantiles que ponen a los que te aman en compromiso, se adivina en tus ojos el deseo, y de pronto la abuela te sonríe y te pregunta ¿quieres encenderla tú? mientras te ofrece la cajíta. Otro chute de adrenalina ¡¡pues claro!! y como si de lo más importante del mundo se tratase, te concentras, repasas mentalmente el proceso, y enciendes la cerilla.
Ese olor a fósforo se te mete en la nariz hasta que pica, pero ahora lo más urgente es llevar a su destino la llama, y con el mismo cuidado con el que llevarías la antorcha olímpica la acercas a su suerte. La primera llama es azúl, y hace mucho humo, pero apenas "los alambres" se doblegan, la llama se vuelve naranja y comienza a atacar las maderas.
Ha sido todo un éxito, y tú devuelves las cerillas como si hubieras conquistado un imperio. Vigilas absorto el proceso mientras te va envolviendo el calorcito y el olor dulzón de la encina quemada que va colocando la abuela con un orden no escrito y que conserva un equilíbrio perfecto.

Te quedas un rato más observando, hasta que ves como mueren todas las ramitas y los leños son lamidos por lenguas de colores que dibujan formas bailarinas que van desgastando su tronco hasta convertirlo en carbones que pasarán del naranja al rojo, del rojo al negro y de ahí al gris, convirtiéndose después en polvo. Junto a los carbones comienza a haber más habitantes, una jarra con leche, otra con agua, bien tapaditas para que no caiga ceniza. La abuela hace entonces con la tenaza un pequeño hueco donde arrastra varios carbones encendidos, y te alcanza un plato y un tenedor largo para que vayas tostando el pan. No sé si os pasa pero las tostadas nunca están más buenas que cuando se hacen a la lumbre. Empleado en tu tarea mareas el pan para dejarlo tostado de modo "excelente" aunque no puedes evitar que se te queme algún borde, mmmmmmmmmm, que olorcito, ¡¡y que hambre!!

La abuela coge con un trapito la jarra de la leche para hacerte el colacao, acaba de poner el café en el agua y al olor del pan tostado se une el del café mañanero, de puchero, como dios manda. Cuando cada uno tiene frente así resueltos los asuntos del desayuno, da comienzo este, cada uno con el sabor de su infancia reflejado en mantequilla casera, tulipán, mermelada de fresa o melocotón, aceite y ajo...

La abuela mientras come habla contigo, te necesita, necesita tu ayuda, ya eres mayor y la tienes que ayudar a hacer algún recado, o a pelar papas, o a algo para lo cual esa mañana de sábado resultas imprescindible. Cuando de tu boca sale el sí, ella se acerca y te besa mientras te achucha, y sientes su olor a jabón, a ropa planchada, a cariño. El olor de la abuela.

Fuera hace frío. Oteas calentito el exterior mientras mordisqueas la tostada. No puede haber sitio más confortable en el mundo, no hay peligros. El tiempo pasa muy despacio, y tú, seguro, sano y salvo no imaginas que ese día, esos sabores, esos olores se te van a quedar prendidos en el alma como alfileres de diamante, tesoro de valor incalculable: tu infancia,

Aquella vez que fuimos niños.

Un saludo a todos, se lo dedico a mis abuelas, que las dos (como todas) tenían chimenea.

añoranzas...cuantas...Yo tambien añoro a aquella gran mujer que freia las patatas con manteca, que nos cortaba el pelo en su corral y que no pasaba una temporada sin que nos tubiera unos higos chumbos preparados para nosotros.
Un gran persona sin duda alguna.
Pero mas que el olor y el sabor de sus patatas añoro esos grandes besos que te dava con tanto cariño cuando te veia y como no sus palabras que tan especial te hacian sentir, " uyy que alto estas..."
Como dice Sutol sabemos que sabias leer, pero no necesitas leernos para saber que estubistes, estas y estaras siempre en nuestros corazones.
Solo me consuela saber que estas en un lugar mejor, donde solo van las personas buenas como tu y desde alli nos miras cada dia, esperandonos sin prisa con una de tus sonrisas en tu rostro, acompañada de esas otras grandes personas que al igual que a ti echo de menos, mi abuelo vicente , mi amigo alfonso y otros tantos y tantos que se fueron.

Te echamos de menos abuela, dejastes un vacio muy grande e nosotros.

TE QUIERO javi

hoy rcuerd a mi abuela...ojalá y sintiera su mejilla junto a la mia susurrándome nieta que guapa vás! desde aqui ese susurro quiero sentirlo y quiero decirle en silencio pero...con la voz más alta del mundo.. Abuela te quiero! te añoro! pero te siento junto amí. jamás olvidaré como poner una manga ni como poner mis manos en la tela ala hora de coser y mermar lo que me sobra pues asta el último mento permanecias con una tela en tus manos, me dejastes tantos recuerdos que he aprendido mucho de ti y desde aqui quiero decirte que no te preocupes de quién pela ahora al abuelo pues..he de dccirte que yó, que sigo tus consejos en todo como cuando me decias mientras cocinabas que no era más limpio el que limpiaba si nó el que no ensuciaba,siempre conserbaré tú máquina pues quiero que sepas que de lo poquito que coji eso siempre vá junto amí, pues con tu recuerd me dás fuerzas a seguir mirándo ese sofá donde permanecias mirando todo lo strenaba que tú eras la primera en opinar, un besazo melli de tu nieta amalia.

Bueno,creo que me habeis llegado al alma con estas cosas de las abuelas la verdad por loqued veo soy mayor que vosotros por lo menos que muchos y yo la verdad me recuerdo mucho de las dos abuelas aunque aunque era bastante chico cuando murieron,mi abuela paterna la tenia mas cerca y ella es la que siempre nos proporcionaba aquellas matanzas de entonces y nos hacia aquellas cachuelas,pruebas,aji-limoji o sexadas todo como os podeis imajinar para chuparse los dedos,algunas cosas las seguimos haciendo en casa muy lejos de san vicentepero claro no nos saben tn buenas como las que se hacian entonces,pero de mi abuela materna aunque somos nueve hermanos creo que soy el que mas estube con ella me llevaba todos los veranos con ella a la era y dormia con ella a mi abuelo no lo conoci tambien durante el año pero en especial en el verano,las migas y sopas de tomate o patata o gazpacho eran para chuparse los dedos y aunque las seguimos haciendo en casa no parecen que saben tan buenas pero tambien tengo que recordar las sopas claras de mi madre creo que no las hay en el mundo,en fin no quiero estenederme porque estaria todo el dia gracias por vuestros recuerdos o añoranzas,pero los que estamos lejos del pueblo parece que las recordamos mas un saludo para vosotros y todo san vicente de un sanvicenteño

He vuelto a repasar este hilo de las AÑORANZAS, y cuando he terminado de releerlos todos tranquilita, he llegado a la conclusión que atenemos algo en común todos, que cuanto mas avanzamos en tecnología, el alma se nos va vaciando de cosas sencillas, un tocinito, una sonrisa, esa sopita de la abuela, esa ternura que irradian las abuelas que nos hicieron sentirnos príncipes, porque ellas eran para nosotras las MAGAS, las REINAS, podían con todo, irradiaban luz, y solo conocían muchas la mecha de un candil.
Cuando se leen estas cosas no cabe duda, "la ternura y la añoranza está muy lejos del egoísmo, de la soberbia, de los malos rollos...". Me imagino a cualquiera de los niños de antes que escribimos aqui nuestros recuerdos, una tarde de merienda con pan y tocinito, aceite y azucar (eso era mi merienda cuando la habia), la onza de chocolate de dimelo1, que felices eramos cuando desconocíamos los rencores y las malas cosas de la vida.¡QUÉ BONITO ES SER NIÑO CON ABUELOS! ¿No os acordáis de lo bien repeinados con el pelo mojado para aplastar bien los remolinos?, pues eso con un bocadillo... a merendar todos en las sillitas bajas, en la puerta de casa, que dure...y todo eso sin tecnologías, todo simple y hermoso.

Hola: a mi abuela Dolores y para los conocidos y vecinos fue la señá Dolores.La recuerdo mucho , tengo fotos de mi abuela y para siempre no la olvidaré.No era muy alta , estaría por el 1,50 de altura, pero una bondad,una felicidad,una sonrisa siempre y eso que lo pasó bastante mal.
Cuando aquellos años y hablo de los 1967 que yo me acuerde y algunos más después.Pues mi abuela se dedicada al estraperlo de café por aquel entonces , no se me olvidará nunca la habitación y el sitio donde lo tenía escondido, si es que aunque estaba escondido , aquello olía que no veais.
Seguramente que muchas de vuestras Abuelas compraban a mi señá Abuela Dolores.
Lo de las migas,del tocinito,de la onza de chocolate,las perronillas, el buche , que siempre guardaba uno para cuando iban mis padres al pueblo, cuando estaban de vacaciones.De todo esto uno no se puede olvidar.Y si enciman lo recordais en este tema , pues eso las lagrimitas , me llenan el corazón.
Un saludo de un paisano vuestro y seguir como sois.
No cambies nunca.
La calle donde estaba mi Abuela Dolores , es C/ Campomanes la que hace esquina.Recordarselo a vuestros antecesores.

¡Qué bonito todo lo que contáis!.. ¡Y cómo lo contáis!Yo también he llorado mientras leía...pero eso es sano. Señal de que sigue vivo el niño que llevamos dentro.
¡Gracias Sutol! Leí el hilo el año pasado cuando lo iniciaste y, como Regatito, al verlo de nuevo no he podido resistirme a esa segunda lectura,lenta, reflexiva, y que va sacando de dentro recuerdos y más recuerdos que hasta ese momento parecían olvidados o dormidos en el barullo de esta vida que parece atropellarnos con su rapidez. Todo es aquí y ahora: YA. Entonces no, todo era como el café a fuego lento: ¡Cuánto tardaban en pasar las horas, los días,.!

Yo,como Raquel,también tuve de pequeña las vivencias de un bar-restaurante y me pongo en su piel cuando cuenta sus historias. Los domingos, después de misa de 10, ayudábamos a pelar las gambas que habían llegado la noche antes en el tren desde Huelva y hacían falta cuando llegase la gente al tapeo: las pequeñas para los ajillos, las más gorditas para rebozarlas ("con gabardina" las llamaban). Así que cuando podía me escabullía para irme a casa de mi abuela paterna: Yo era su 1ª nieta y mis tí@s todavía estaban solter@s. Todo el trajín de mi casa allí era tranquilidad ¡Qué grande la cocina! ¡Qué rico el pan con aceite! En un trozo que partía de un pan redondo con cuatro esquinas (que se le hacían con unos cortes) y parecía una flor. La salita, donde comíamos y echábamos el rato, tenía detrás de la puerta en una repisa pequeñita, una imagen de Santa Catalina (no sé porqué). Cómo la familia de mi abuela era de Cáceres también estaba la Virgen de la Montaña y el clarinete que tocaba mi tío en la banda.
Mi abuela leía y escribía muy bien para lo que era normal entonces. Le leía y le escribía las cartas a todas las vecinas. Tenía además una capacidad especial para contar cuentos, historias, chascarrillos,....Eso era lo que más recuerdo de ella cómo me entretenía las horas y las horas hasta que la cansaba. ¡¡Pero tenía tanta paciencia!! Se fue a vivir a Madrid con sus hijos en busca de una vida mejor y desde entonces comencé a añorar el momento en que venía a "dar una vuelta al pueblo".
Mi otra abuela vivía con nosotros pero murió cuando yo tenía 9 años.De ella recuerdo: sus comidas, sus refranes, su orden, su seriedad. Había sufrido mucho con la guerra y se le quedó para siempre escrito en su rostro. Perdió a su marido y a un hijo de 21 años y la marcó para siempre. Un recuerdo cariñoso para las dos.

Aqui está el Hilo de las AÑORANZAS. Fué muy bonito seguirlo. nOS HICIMOS NIÑOS Y NIÑAS de repente.

Es un pasado que nunca olvidaremos, ni en el presente ni en el futuro.
Nunca se nos borrara de nuestra mente.Fue muy bonito todo,aunque fueron malos tiempos,aquí seguiremos y eso es lo que nos queda.
saludos para tod@s.

preciosos relatos para leer en una mañana de domingo y asi alegrarse el dia, me encanta el amor que se siente en este hilo