que realidad El texto que sigue es un documento de honor, escrito desde el > respeto, la >> buena educación, la amargura y la perplejidad. Su autor es un guardia > civil, don Eugenio Martínez Salido, y le ha sido dirigida al juez > español del Tribunal de >> Estrasburgo, López Guerra. No tiene desperdicio. >> >> «Carta a un Magistrado. A Su Ilustrísima D. Luis López Guerra. >> Desde mi condición de español y guardia civil, tengo el honor de > exponer: >> Que habiendo tenido conocimiento de la sentencia del Tribunal > Europeo de Derechos Humanos, del que Su Señoría forma parte, en el que > se declara no acorde a derecho la denominada «Doctrina Parot», y a > tenor deja abierta la vía de excarcelación a una serie de asesinos, > violadores, psicópatas y delincuentes varios, he de manifestarle mi más > profunda repulsa por este hecho, y ante las dudas que puedan surgirle > ante esta argumentación, quiero matizarla con algunos aspectos > diferenciadores entre Su Señoría v mi propia persona. >> Tanto Su Señoría como yo nacimos en España, y por lo tanto a > efectos legales ambos somos españoles. Pero en la década de los 80, > mientras Su Señoría impartía clases de Derecho Constitucional en la > Universidad, yo vestía el >> uniforme de la Guardia Civil, y pateaba el Pirineo sufriendo las > inclemencias del tiempo, y lo que es peor, la pérdida de compañeros y > amigos bajo la barbarie terrorista. >> Entiendo que su labor fue ardua y necesaria. La formación de > nuestros jóvenes lo requería y no dejo de valorarlo. Pero quizá Su > Señoría no se ha parado a pensar, cuando votó a favor de dejar en > libertad a aquellos que asesinaron a mis compañeros, que mi misión > también fue necesaria. Sólo consistía en jugarme la vida para proteger > a todos los españoles, Su Señoría y sus alumnos incluidos. >> Puedo contarle muchas historias de aquella época. No de oídas, > sino en primera persona, puesto que formé parte de los entonces recién > creados Grupos Antiterroristas (GAR). Puedo contarle cómo fue la > liberación de Orbegozo, del Doctor Iglesias, de Ortega Lara, o cómo se > desarrolló la angustiosa búsqueda >> de Miguel Ángel Blanco. Y lo que es peor, puedo contarle la sensación > que se tiene al recoger los trozos de un compañero de las ramas de un > árbol en Pamplona. >> Sería muy largo, pues son muchas y no quiero aburrirle con > historias pasadas. Sólo quisiera que, si algún día lee esto, se pare a > pensar si los españoles merecemos que individuos como esos vuelvan a la > calle, y si con su voto ha conseguido dejar en libertad a un psicópata > que mate o viole a otra niña. Y si eso ocurriese, que Dios no lo > permita, le quede la necesaria tranquilidad moral y autoestima para > seguir mirando a sus seres queridos y al resto de sus compatriotas. >> Quedo a su disposición como miembro de la Guardia Civil y garante > de la legalidad establecida, aunque no comparta votos como el que Su > Señoría ha emitido en el caso que nos ocupa. >> Eugenio Martínez Salido. Guardia Civil». >> >> Ignoro si el receptor de esta carta admirable y educada ha tenido > la cortesía de leerla. Ignoro si el receptor de esta carta herida y > respetuosa ha hecho por leerla y ha podido terminar su lectura. Ignoro > si al receptor de esta carta valiente y desesperanzada, al leerla en su > totalidad, se le caído la cara de vergüenza. >> Me lo figuro en Estrasburgo, viviendo como un pachá, aparentemente > insensible, pero con la sensación de asco que se experimenta después de > obedecer una orden ignominiosa. Y también ignoro si sus familiares y > amigos van a verlo a partir de ahora con la misma generosidad y > amnistía que una semana atrás. Por mi parte, sólo puedo manifestar mi > alegría por no tener el disgusto de conocerlo. >> >> LA RAZÓN 31/10/2013 Alfonso Ussía >> >> > > > > > -- > Benito Barriga. > |