Ribera del Fresno - Badajoz

La peña flamenca de Fuente de Cantos ha celebrado, el día tres actual, su tradicional velada de diciembre para cerrar el año, con un cartel de lujo: Antonio Mejías y Amparo Ramos, acompañados por el guitarrista extremeño Francis Pinto.
La velada empezó con las palabras del presidente de la Peña Flamenca de Fuente de Cantos, que hizo un breve recuerdo-despedida en forma de aplauso al hasta ahora y durante mucho tiempo tesorero de la misma, D. Luís Báez Rosario, recientemente fallecido, presentando a continuación a los artistas.

La velada se dividió en dos partes, en las que intervinieron ambos artistas, acompañados por Francis Pinto, que como siempre estuvo excelente en su `papel de guitarrista acompañante. Francis se ha convertido en toda una referencia en la guitarra de acompañamiento, ya con largo recorrido, y se le notó a gusto, por estar en casa, porque en Fuente de Cantos se le quiere y además porque tiene plena sintonía con Antonio Mejías. Se les vio a los dos, cómplices y bien compenetrados. Francis acompaño a Mejías en el último Concurso Nacional de Córdoba, del que ha sido el ganador. El guitarrista extremeño recibió críticas muy favorables por su labor de acompañamiento.

Actuó en primer lugar, en las dos partes, Amparo Ramos, guapa cordobesa de Almodóvar del Campo, que demostró con sus pocos años unos sólidos conocimientos de las formas y el compás de los estilos del flamenco. Hizo en la primera parte: Malagueña de la Peñaranda con abandolaos, Tientos- tangos (muy templado los tientos) y por tangos se acordó de Badajoz, de Granada y de la Pirula en la versión de la Repompa de Málaga. Terminó con un cante de los llamados de Ida y Vuelta, hispano-argentino: la Vidalita-Milonga. En la segunda parte hizo granaina y media granaina, se apretó cantando por siguiriyas y remató por alegrías y fandangos.
Amparo pertenece a esta nueva generación de la técnica y el estudio, que dará su fruto definitivo en el momento que después de terminado el aprendizaje se olviden de ella. Pero dejó una clara evidencia de que siente el cante y sabe decirlo muy flamenco.

Antonio Mejías, hizo en la primera parte un homenaje a su tierra.: Cantiñas de Córdoba, Soleá de Córdoba y los cuatro fandangos de Lucena: Dolores de la Huerta, Rafaelillo Rivas, el Verdial Lucentino y los de Cayetano El Niño de Cabra. En maestro.

En la segunda parte, después de unas palabras alusivas de Paco Zambrano, quiso recordar al maestro Fosforito, con la Soleá Apolá, siguió con cantes de las minas: Minera, Cartagenera y el Taranto recreado por el maestro pontanés: “..las fuerzas me están faltando” y Cabales de Silverio y el Loco Mateo, Tanguillos a petición del público y Bulerías que tuvo que repetir con todos los socios puestos en pié.
Antonio Mejías que había tenido una excelente actuación en el VIII Otoño Flamenco, motivo de su repetición en Fuente de Cantos, estuvo con ganas, entregado y evidenciando un gran momento. Alcanzó niveles de gran brillantez, en cantes tan complicados como las dos soleares que interpretó, en las que demostró un gran dominio de los bajos y en la que se puso de manifiesto, como ya hemos dicho, la compenetración con Francis Pinto. Estuvieron ambos a gran altura.
Después la apoteosis llegaría en los cantes a ritmo. El de Montilla, es un completo dominador de los tonos y el compás y además tiene una gran capacidad de transmisión. Su actuación quedará en el recuerdo de los socios de la Peña Flamenca de Fuente de cantos, como una de las más brillantes y completas. Y como siempre después de la velada, cantes de madrugá, sin el corsé de lo artístico programado.

F.Zambrano.V