El trastecito viejo 24 de Diciembre, triste pero sereno, espera tras el cristal el abuelito viejo Aumenta su soledad el tropel de recuerdos que martillean la mente de todo el que llega a viejo. Van pasando ante sus ojos, como nebulosa blanca, todas las horas vividas y, hasta ahora olvidadas. Su primera niñez cuando, tirachinas en mano, aterraba la plazuela persiguiendo a los gurriatos. Y la niña pequeñita, con su babi y sus trenzas, a la que hacía llorar a la entrada de la escuela. Las excursiones al río, a pescar peces y ranas, buceando en la corriente desnudos de cuerpo y alma. El primer amor. El primer beso. La primera decepción. Y aquella maldita mili que marchitó su ilusión. Su boda. Su primer hijo. Y aquella niña rubita por la que hubiera entregado a trozos toda su vida. Y luego, la soledad, pues su querida María una fría noche de Enero por la muerte fue vencida Un puñal afilado y frío que le clavó el mes de Enero y va de acá para allá como un trastecito viejo. Absorto en sus pensamientos, esperando al que no llega, cuando una voz cariñosa la anima desde la puerta ¡Abuelo! ¡Ven a cenar que los tuyos vendrán luego! Y se va pasito a paso como un trastecito viejo. Homenaje a todos los ancianos a los que tantos les debemos para que nunca se sientan solos y tirados ¡Como un traste viejo! |