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La Coronada - Badajoz

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España > Badajoz > La Coronada
28-04-11 13:53 #7634992
Por:arrollo el gato

La camarilla ataca de nuevo
Efectivamente atacan morroneando, de todos es conocido lo que me afectan a mi estas cosas, por eso os dedico con todo mi cariño lo siguiente.


CAPITULO I.
El imperio de los imbéciles

El tema de la imbecilidad reviste mucha importancia en el análisis de las organizaciones, por cuanto puede ayudarnos a entender muchos fenómenos que suceden al interior de las empresas y a desentrañar algunas características de los individuos, que han permanecido ocultas hasta este momento. A pesar de su enorme importancia, pocas investigaciones se encuentran sobre la naturaleza de la imbecilidad; quizás, por lo sensible del tema y porque no nos gusta saber que existen muchos imbéciles en la sociedad y que, gran parte de los males que nos aquejan encuentran su explicación en esta característica típicamente humana.


Cuando surge alguien más inteligente que ellos, inmediatamente es detectado por los individuos imbéciles y intentan caer sobre él despiadadamente para destruirlo.

Para ello, emplean todos los medios a su alcance, aunque sean laberínticos, con tal de lograr su objetivo. Es que los individuos imbéciles atacan con el mismo odio a la ciencia con el que Newton la defendía. Las personas inteligentes constituyen un estorbo para sus fines malévolos; por eso, los atacan sin piedad y con sadismo. Las personas imbéciles pasan la mayor parte de su tiempo pensando cómo hacer daño a las personas no imbéciles, obstaculizando el desarrollo normal de las actividades. Aquí radica la importancia de estudiar la imbecilidad, en la búsqueda de caminos que permitan identificar a los individuos imbéciles y, a su vez, conocer su verdadera naturaleza para estar en capacidad de enfrentarlos.

Por qué es importante el estudio de los imbéciles

El estudio de los individuos imbéciles ha tenido poca discusión al interior de las organizaciones, a pesar de que este tipo de personas existen a montones. Se las encuentra por todas partes, en las universidades, en las iglesias, en las empresas, en los sindicatos, en los FOROS DE OPINIÓN; en fin, en cualquier lugar en que uno se encuentre. Poseen la característica de la ubicuidad. Como estas personas son muy dañinas para el desarrollo de las organizaciones y de la humanidad, es necesario reflexionar sobre ellas, a fin de conocerlas y poder combatirlas. Esto es un deber. Si los imbéciles entendieran lo dañino que son para la sociedad, ellos mismos se autoexiliarían y constituirían un mundo paralelo, el mundo de los imbéciles o, al menos, se pusieran un cartel que dijera: “YO SOY IMBECIL, ALEJENSE DE MI” como los hombres - de El Apocalipsis - que tenían la marca de la bestia. Pero, como esto es imposible, los imbéciles no tienen la capacidad de auto conocerse y percibir el mal enorme que provoca su triste existencia y debido, además, que la naturaleza no es sentimental al crear estos seres, estamos condenados a vivir con ellos y peor aún si la teoría del eterno de retorno, que defiende Nietzsche, es cierta; por lo tanto, debemos conocerlos, identificarlos y hacerles frente. Su perversidad y odio son de tal magnitud que derraman hiel por todos lados, cuando son ellos los que deberían consumirla.

Los imbéciles son como un barril repleto de estiércol, con muchos agujeros, que viene rodando en una pendiente y salpicando a los individuos que encuentran a su paso. Se parecen al pantano, que encierra podredumbre; por eso, entre más lejos estén, mejor.

Debemos estar lejos y muy altos de ellos para no escuchar sus voces maldicientes. “Es preciso estar entrenado en vivir en las montañas, afirmaba Nietzsche - en ver por debajo de uno mismo la mezquina charlatanería actual de la política y el egoísmo de los pueblos (Nietzsche, F. 1999, p. 19).

Los imbéciles y mediocres odian a las personas brillantes y pasan toda su triste vida buscando la forma de hacerles daño. Por eso, es imprescindible identificar sus características y su forma de actuar porque éstos siempre ven como enemigos a las mentes brillantes, a los honestos a quienes atacan sin piedad con intención de destruirlos, aunque para ello tengan que destruirse ellos mismos.. Es verdad que los imbéciles y mediocres son dañinos en todo lugar, hasta en su hogar; sin embargo, son más dañinos en instituciones como Foro-Ciudad

Habrá, entonces, que conocerlos y conocerlos bien. Los imbéciles y mediocres que hay en este Foro son los peores que existen. Aunque por lo general, el mediocre y el imbécil de nuestro Foro se identifica fácilmente por su inmensa soberbia y, además, muchos se empecinan en serlo, existen algunos que no es muy fácil su identificación. Estos son los más peligrosos. El conocimiento de ellos hará más fácil la estrategia a emplear y, por lo tanto, los procesos de desarrollo personal y grupal fluirán con mayor dinamismo.

Acostúmbrate – decía Marco Aurelio – a estar bien atento a lo que dice otro, y en la medida de lo posible penetra en el alma del que habla (Libro VI, 53). Ya lo reconocía, también, Sun Tzu, cuando afirmaba… “Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; nunca te encontrarás en peligro en cien batallas” (El Arte de la Guerra, 1963).

El pensamiento central de la enseñanza socrática es la máxima de Delfos "conócete a ti mismo" (nosce te ipsum).

Las palabras de Cervantes, en boca de don Quijote, son estímulos para la acción: ..... así , que casi me es forzoso seguir por su camino, y por él tengo de ir a pesar de todo el mundo, y será en balde cansaros en persuadirme a que no quiera yo que los cielos quieren, la fortuna ordena y la razón pide, y, sobre todo, mi voluntad desea;.....(De Cervantes, Miguel, Segunda Parte. Cap. VI, p. 592). Si Dios mismo los combate, cómo no habremos de hacerlo nosotros, simples mortales: .....Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. (Santiago, 4: 6). Es verdad que debe respetarse la diversidad; pero, también debe protegerse la inteligencia de aquellos que quieren eliminarla. Recordemos a Newton en su defensa contra los ignorantes, el odio con que defendía la ciencia.

El odio puede existir, también, en los grandes hombres, cuando defienden con pasión sus ideales y, sin embargo, no pueden sentir envidia; el imbécil odia para ofender y calumniar y, a la vez, siente envidia ante el desarrollo de las personas. La envidia es propia de mentes obtusas. La incapacidad de tener nobles ideales motiva a los imbéciles a envidiar y a calumniar. La calumnia y la envidia son sus recursos favoritos.

Muchos son los andantes – dijo Sancho. Muchos - respondió don Quijote -; pero pocos los que merecen nombres de caballeros (De Cervantes, Miguel, Segunda Parte. Cap. VIII, p. 60 .


Pero, ¿qué es un imbécil? El concepto imbécil proviene del griego: im=sin y becil=báculo; es decir, aquellos que no tenían bastón. El imbécil no es que no tenga apoyo; se refiere, más bien, a aquella persona que comete un error, a pesar que se le indique. De lo que carecen los imbéciles son de apoyos inmateriales, como la moral, de ideales nobles y de la razón.

En un sentido más moderno, el imbécil es una desviación seria del comportamiento racional y adaptable. Es decir, el imbécil adopta siempre un comportamiento estúpido. La imbecilidad tiene implicaciones cognitivas y morales. La gente inteligente puede comportarse ocasionalmente como estúpida; es decir, como imbécil; pero, el imbécil está inhabilitado permanentemente para comportarse como una persona inteligente.

La estupidez comparte muchas características con la mediocridad, como la difamación, la calumnia, la injuria, la deshonestidad, la vulgaridad, la envidia y la incapacidad de crear y adoptar nobles ideales; algunos hasta consideran sinónimos ambos términos. Sin embargo, el término estúpido encierra las características más bajas de las pasiones humanas.

La mediocridad es el punto central entre la imbecilidad y la genialidad. El individuo mediocre, si lo comparamos con el imbécil, constituye un progreso. Por supuesto que, igual que la mediocridad, la imbecilidad presenta grados. Hay personas más imbéciles que otras, y está el ultra imbécil. Este es el más peligroso de todos, porque aparte de ser imbécil es mal@

La maldad es lo que más existe en este mundo. Pero, los imbéciles y mediocres de nuestro Foro abusan de su condición. En nuestro Foro, los imbéciles y mediocres están por todos lados, con sus miradas de criminales, eternos fugitivos de la razón y de la dignidad, con sus formas de caminar y hablar propias de los matones del antiguo oeste, con los mismos trajes, con las mismas sonrisas, los eternos despersonalizados, los carentes de originalidad, los sin historia, los inoculadores de odio y toxina, los sicópatas venenosos, los seres sin luz, versión antípoda del individuo, basura reciclada, mentes obtusas, eunucos y lisiados mentales, con pasado infame e ignominioso, mezcla de bestia y de humano, (aunque más de bestia que de humano), pre homínidos que aún no se han distanciado de la línea de los chimpancés; en fin, los dementes terroristas sin nombre, “los tísicos del alma”, el homo demens demens. Ya lo reconocía Marco Aurelio:


La imbecilidad es una fuerza muy poderosa porque todos los imbéciles son unidos y nunca descansan en su lucha contra los inteligentes. Poco a poco están invadiendo todas las esferas de la sociedad, sustituyendo a los no imbéciles y ocupando puestos importantes.

Esto ha llevado a algunas personas a defender la imbecilidad, aunque sea de manera irónica, como el famoso poeta chino Sus, que decía: Toda familia, cuando nace un niño, lo quiere inteligente. Yo, con toda mi inteligencia, he sufrido y he arruinado toda mi vida. Sólo espero que mi hijo sea estúpido e ignorante: llegará a ministro, coronando así una vida plácida.
(Citado por Ponte di Pino, Oliviero, 2000). ¿Y usted también espera que su hijo sea estúpido e ignorante para que pueda triunfar en la vida? ¿Acaso no es posible para las mentes brillantes alcanzar la felicidad en esta vida? No me responda; respóndase a usted mismo y actúe de acuerdo a su respuesta.

Hay casos, también, de personas que adoptan un comportamiento estúpido por razones de estrategia; sin embargo, no pueden considerarse estúpidos. Es una táctica simulada de estupidez que se emplea, muchas veces, para engañar a las personas y sacar provecho de esa situación.

Esta táctica es muy peligrosa. Por ejemplo, una muestra de estupidez para hacer sentir importante a una persona que le gusta ostentar poder y luego aprovecharse, atacarla o burlarse de ella. Hay un proverbio etíope que evidencia esa situación:

Cuando pasa el gran señor, el sabio campesino se inclina profundamente ante él, y en silencio se tira un pedo. Pero, ésta no es un tipo de estupidez pura. La estupidez como táctica es una acción consciente. El acto de un estúpido es inconsciente, debido a la falta de control de la neo corteza que rige el sistema límbico. Las personas estúpidas tienen problemas en la neo corteza y, por lo tanto, carecen de autocontrol y, por eso mismo, su amor hacia los demás es muy débil o no existe. Las personas estúpidas son incapaces de amar; en ellas sólo existen intereses.

Como la existencia de las mentes brillantes es un peligro para la permanencia de los imbéciles en este mundo, están siempre al acecho de aquellas, como perros rabiosos intentarán muchas veces despedazar a las personas honestas y no descansarán hasta ver saciada su sed de sangre. Ponen todo su empeño y necedad en provocar daño en las personas íntegras y se inventarán mil razones para hacerlo.

El rey Salomón ofrece una buena descripción de ellos: Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad. (Proverbios, 26: 11). También, el salmista dice: Volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad. (Salmos, 4: 6). Por eso, no se debe tener compasión con estos fracasados y decadentes; la compasión es debilidad y es preciso que seamos fuertes y valientes frente a estos hemipléjicos del alma; la compasión es una muestra de sadismo y crueldad contra la vida misma, es un atentado contra la selección natural, es una ofensa a la humanidad misma.

La abundancia de tanta putrefacción ya apesta y asfixia y habrá que actuar tenazmente y pronto. Ellos son más, es cierto; pero, cada alma noble vale por miles de ellos. Poner el pie sobre estos gusanos, provocaría asco.

Luchemos contra estos imbéciles en el campo de los valores, y ya vereis que son unos cobardes. Es que sienten un profundo desprecio por las ideas, por la ciencia, por los valores, por lo verdaderamente humano:

No es la miel para la boca del asno...(De Cervantes, Miguel, Primera Parte. Cap. LII, p. 52 . Es necesario superarlos, la sociedad ya está harta de ellos. Como la inteligencia no es una característica fundamental para la vida (las bacterias no poseen inteligencia y, sin embargo, viven) y los genios están desapareciendo, parece que hay un largo camino por recorrer junto a esta horda de imbéciles. Este constituye un sinsentido de los que habla el Eclesiastés. Aprendamos a conocernos, aprendamos a ser hombres, ya no discutamos cómo debe ser el hombre bueno, ya no busquemos al hombre bueno (como decía Diógenes), seamos nosotros mismos el hombre superado y tengamos fe en nosotros mismos. Aprendamos del mar su proceso de regeneración. Hay que ser un mar- decía Nietzsche, (2000, p. 14) - para poder recibir un río sucio sin ensuciarse al mismo tiempo.


En el siguiente capítulo más. Hay para todos. De vosotros depende


Saludos a la buena gente que son la mayoría.
Puntos:
28-04-11 16:00 #7635896 -> 7634992
Por:TRINCOCRITIA..

RE: La camarilla ataca de nuevo
Arroyo el Gato, no gastes ni un solo segundo más en otra EXPOSICIÓN como la que has hecho, de verdad, con ello no conseguirás cambio alguno en aquellas personas que no estén dispuestas a cambiar, razonar, tolerar...Tú escribe lo que te dicte la razón y olvida las acciones que LES dicte SU conciencia. Yo tengo asumido que es es un honor poder comprobar una buena intervención con docenas de morrones, ASÍ NO HABRÁ QUE DUDAR DE LA INTENCIÓN DE QUIEN OTORGA LOS PIMENTONES. Si hablas de buena literatura, de filosofía, de poesía, etc. y te obsequian con morrones, el lector o lectora no necesita demasiado luz para diagnosticar qué parte es la doliente, si lo escrito por el escribiente o los morroneantes o morreador@s.

Lo único que siento, aunque de lejos, es que hay personas que no se atreven a opinar por no ver su seudónimo morroneado, y, aunque con seudónimo, el dueño sabe que es él, pero no lo demás, y esto último es, o debería ser, lo que el "escribidor" debe tener en cuenta.

Saludos y tranqui, barranqui, COMO PUEDES OBSERVAR L@S QUE OFRECEN MORRONES ESTÁN CEPORR@S PERDÍ@S.
Puntos:
29-04-11 23:31 #7648602 -> 7635896
Por:arrollo el gato

RE: La camarilla ataca de nuevo
IMBÉCIL

Tonto, poco inteligente: no lo quiero, es un imbécil. Persona que molesta haciendo o diciendo tonterías: dile a ese imbécil que se calle. Así denominaban los romanos a los hombres que por sus características no eran aptos para ser guerreros.

Saludos.
Puntos:
29-04-11 23:34 #7648644 -> 7648602
Por:arrollo el gato

RE: La camarilla ataca de nuevo
Distintos modelos de Imbécil....

¿Sabes cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? Pues no ser imbéciles. La palabra «imbécil» es más sustanciosa de lo que parece, no te vayas a creer. Viene del latín baculus que significa «bastón»: el imbécil es el que necesita bastón para caminar.

Que no se enfaden con nosotros los cojos ni los ancianitos, porque el bastón al que nos referimos no es el que se usa muy legítimamente para ayudar a sostenerse y dar pasitos a un cuerpo quebrantado por algún accidente o por la edad. El imbécil puede ser todo lo ágil que se quiera y dar brincos como una gacela olímpica, no se trata de eso. Si el imbécil cojea no es de los pies, sino del ánimo: es su espíritu el debilucho y cojitranco, aunque su cuerpo pegue unas volteretas de órdago. Hay imbéciles de varios modelos, a elegir:



a) El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo o en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque.



b) El que cree que lo quiere lodo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos sublimes, todo a la vez.



c) El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos o les lleva la contraria porque sí, todo lo que hace está dictado por la opinión mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexión o rebelde sin causa.



d) El que sabe que quiere y sabe lo que quiere y, más o menos, sabe por qué lo quiere pero lo quiere flojito, con miedo o con poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para mañana, a ver si entonces se encuentra más entonado.



e) El que quiere con fuerza y ferocidad, en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.



Todos estos tipos de imbecilidad necesitan bastón, es decir, necesitan apoyarse en cosas de fuera, ajenas, que no tienen nada que ver con la libertad y la reflexión propias. Siento decirte que los imbéciles suelen acabar bastante mal, crea lo que crea la opinión vulgar. Cuando digo que «acaban mal» no me refiero a que terminen en la cárcel o fulminados por un rayo (eso sólo suele pasar en las películas), sino que te aviso de que suelen fastidiarse a sí mismos y nunca logran vivir la buena vida esa que tanto nos apetece a ti y a mí. Y todavía siento más tener que informarte qué síntomas de imbecilidad solemos tener casi todos; vamos, por lo menos yo me los encuentro un día sí y otro también, ojalá a ti te vaya mejor en el intento... Conclusión: ¡alerta! ¡en guardia!, ¡la imbecilidad acecha y no perdona!

Saludos.
Puntos:
30-04-11 18:51 #7653486 -> 7648644
Por:arrollo el gato

RE: La camarilla ataca de nuevo
Capítulo II
Categoría de personas.

Para desarrollar esta parte me apoyaré en el libro de Oliviero Ponte di Pino (2000). Hace muchos años, la humanidad podía agruparse en dos grandes categorías. Así, en el libro chino de las transformaciones, el I Ching, se clasifica a los hombres en superior (el que practica los preceptos y las reglas del libro) y después a los demás, los que, por destino, están condenados a la ruina.

En la Biblia (Proverbios y Salmos), se mencionan dos grandes categorías humanas, el sabio y el necio.

Con el desarrollo de la sociedad, dos categorías no fueron suficientes para clasificar a la humanidad. Maquiavelo, en su muy famoso libro El Príncipe, clasifica a los hombres en tres categorías:

“Porque hay tres clases de cerebros, uno que comprende por sí mismo, otro que discierne por lo que se le dice y un tercero que no entiende ni por sí ni con la ayuda ajena, siendo el primero superior en todo, el segundo excelente y el tercero inútil (Maquiavelo, Nicolás, cap. 22)”.

Confucio hablaba de cuatro categorías: los que nacen dotados de una gran inteligencia; aquellos que han adquirido muchos conocimientos con esfuerzo y estudio; luego están los que, a pesar de haber dedicado mucho esfuerzo al estudio, poseen poco conocimiento y, finalmente, se encuentran aquellos que, careciendo de inteligencia y sin haberse esforzado por estudiar, permanecen toda su vida en la más absoluta ignorancia.

El historiador y crítico francés, Hyppolite-Adolphe Taine (citado por ponte di Pino, 2000, p. 74), en su ensayo De l’intelligence (1870), también establecía una clasificación de cuatro grupos. Cuatro especies de personas hay en el mundo: los enamorados, los ambiciosos, los observadores y los imbéciles; los más felices son estos últimos.

Más recientemente, el italiano Carlo María Cipolla, historiador de la economía y escritor, en su Allegro ma non troppo, afirma que la humanidad se clasifica en cuatro clases (en Ponte di Pino, 2000):

1. Los desgraciados que sólo buscan el propio provecho y al final, en cambio, sus acciones acaban aprovechando a otros;

2. Los inteligentes, que obtienen ventajas para sí y para los otros;

3. Los bandidos, que sólo buscan su propio provecho;

4. Los estúpidos, que perjudican a todos, de forma imprevisible y a ciegas.

Otros aseguran, entre los cuales se encuentra Oliviero Ponte di Pino (2000), que no bastan esas cuatro categorías para comprender a la humanidad, y en el esfuerzo de clasificar a las personas en base a los grados de estupidez, hubo necesidad de crear las camarillas.

Pareciera que éste, el de las camarillas, es el lugar preferido en el que se refugia la mayoría de individuos estúpidos. Desde entonces, las camarillas han crecido significativamente. Es que como dicen por todas partes: No hay ningún necio que no encuentre su compañero.

Saludos.
Puntos:
30-04-11 18:58 #7653536 -> 7653486
Por:primavera.15

RE: La camarilla ataca de nuevo
¿¿¿¿ Remolon Remolon Remolon Remolon Remolon Remolon Remolon Remolon ????
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