El del micro lo conoceís, ¿no?. Es Victor, el alma del local. Un tío que le va la marcha y ayuda mucho al ambiente. Buen muchacho. ¿Y a los otros?. Ya tienen sus años, para que os deís cuenta del movimiento que hay en el pueblo. No hay quien pueda con ellos. Ahí los teneís, de cocineros y cocineras, guisando las chirigotas con las que todos se divirtieron. En la calle un frío que pelaba. Los disfraces de este año estaban diseñados para aguantar la noche. No se veía nada por ningún sitio que se mirara. El frío tuvo la culpa. Los bares a tope hasta la siete de la mañana y el martes se acabó la fiesta con el entierro de la pescadilla. !A esperar otro año! !Y vosotros que lo veaís!