GARLITOS EN EL LIBRO DE LA MONTERIA

El mo[n]te de la Moraleja e la Foz de Garlitos es todo vn môte, e es muy rreal de Osso en inuierno, e es la bozeria en el camino, que va sobre la Foz; e la otra desde la Moraleja por cima dela sierra fasta la Foz. E son las armadas, la vna enel Arroyo que viene de Nava Çerrada, que entra en la Foz Campiello, e la otra enla Naua, entre la Casa de Gil Gomez e el monte. Estando nos yántado en la Foz de Garlitos, acaescionos, que los nuestros monteros deuisaron vn Osso, e nos dieron mandado, e nos dexamos el yantar, e esto fue vn lunes depues de Pasqua Florida, el qual era un Osso muy bueno ante que’l soltasen, e dieron le bien doze canes. E andando todos con él tomaron con una vanda de puercas, salvo dos que fincaron con él. Desi cobraran le los monteros et dieron le luego unos diez canes, et andido se ladrando por este monte de la Hoz fasta el terçio del día. E paso por los que estavan en la bozeria, e que ladrando se por la Sierra de Almagra que nunca se paro. E llego a la fozeziella de sobre Naua Fermosa, e parose a ladrar; e allí andido muy grant rrato fasta que fue ferido de gran ferida, e esto era ya en poniendose el ssol; Desi tomo Nos alli la noche, que nunca podiemos matar ese día. E desque fue noche, tornose a la foçeziella a ladrar.
E desque aquello viemos, feziemos pasar los monteros de cada parte del monte. E mandamos les fazer muchos fuegos, lo uno, para que nos calentasemos e sofrriesemos el frío de la noche, e lo ál, por que non provase de passar para yr a ninguno de los otros montes que estavan enderredor, por ó sse podiese perder. E enbiamos a todas las aldeas de ý en derredor que nos acorriesen con vianda; e commo Nos ellos acorrieron, así los medre Dios, e estido alli lladrandose fasta la media noche.
E desde la medía noche ayuso fueron dexando los canes, quando dos, quando tres, fasta que non finco con el can ninguno salvo uno que avia las bozes gruesas; que sospechamos que era Natural, uno que guarda Martin Gil, por que esa noche non rrecudio a ninguno de los fuegos do estavan los monteros. E estidolo ladrando fasta la ora de los maytines. E otro dia a la muerte del osso fallaron lo ý.
E desde que fue la ora de los maytines rroyo la trayella Barvada, que estava alli a aquel fuego do Nos estavamos, e fuese para el osso, e començolo a ladrar. Dessi alli mandamos a Johan Tenorio e a Diego Bravo que fuesen a veer sy estavan aquellos dos canes con el osso. E llegaron ý, e fallaron luego vna cama do avie estado un rrato de la noche, e estava llena de sangre. E fueron mas adelante e vieronle por oio salir de otra cama, e Barvada e Natural ladrandolo.
Desý ally en amanesçiendo, raño Valero, un nuestro montero, de vista e de ladradura; e alli llego Pero Fernandez de Sanct Martin con seys canes, e puso gelos. E depues fue el valle ayuso, e fueron los monteros en pos él, del un cabo de la ladera e de la otra. E cargaronlo de canes, e andando fasta el medio dia. E fue morir al colmenar de sobre Naua Fermosa, martes, a medio dia. E por esto, provamos Nos que el buen venado qui lo bien porfiare faziendo los monteros commo buenos, non aura ál sy non morir de mas sabiendo los monteros la tierra. Libro III de la Montería.- Grabados De Mateo Pérez de Alesio y Juan de Arfe y Villafañe 1582 - Imp. Argote de Molina Gonzalo.