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Castilblanco - Badajoz

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España > Badajoz > Castilblanco
27-03-12 14:47 #9835314
Por:svvastica

MeMoRiA
https://olitica.elpais.com/politica/2012/03/23/actualidad/1332526424_970023.html

“Yo, sacerdote, pecador, os pido perdón”

No quisieron esperar más, y a la muerte de Franco, un grupo de viudas e hijos de fusilados se lanzaron a la búsqueda y apertura de las fosas donde los asesinos habían arrojado a sus familiares. En Navarra y La Rioja, arrodillados en la tierra, sin más herramientas que una pala y las propias manos, les acompañaban algunos sacerdotes. Sacerdotes como Victorino Aranguren, Eloy Fernández, Dionisio Lesaca, Vicente Ilzarbe... que ayudaron a aquellas viudas a desenterrar a sus maridos y que en los funerales que oficiaban en su memoria pidieron perdón por el comportamiento de la Iglesia durante la Guerra Civil: “Esta sangre nos salpicó también”, “si decimos que no hemos pecado, hacemos a Dios mentiroso”, “desde aquí, yo, sacerdote, aunque pecador, os pido perdón en nombre de la Iglesia...”.

“Participé en muchas exhumaciones. Era muy impactante. Las viudas decían: ‘Ese es mi marido, que era un poco chambo’, ‘ese otro es el mío, que le puse yo esa medallita...”, recuerda hoy Victorino Aranguren, sacerdote, de 80 años. “Besaban los huesos como si fueran reliquias y me pedían que los besara yo también. Todos tenían el cráneo agujereado por el tiro de gracia”.

Victorino Aranguren
El sacerdote Victorino Aranguren en 1978.

Lo llamaron Operación Rescate. “Les cogimos por sorpresa. Aprovechamos el inicio de la democracia para hacer algo que queríamos hacer desde hacía mucho”, añade. En septiembre de 1971 había hecho un primer intento para que la Iglesia “reconociera el daño causado y pidiera perdón” en la Asamblea Conjunta de Obispos-Sacerdotes, celebrada en Madrid. Aranguren redactó la propuesta, que no obtuvo los votos suficientes (dos tercios) para salir adelante.

Estos curas recibieron presiones y cartas muy desagradables, “de seglares y de curas”, aclara Aranguren. “Nos llamaban sinvergüenzas. Otros sacerdotes nos decían que parecía mentira que no justificáramos la guerra del 36. Muchos estaban convencidos de que había sido una cruzada [en una pastoral conjunta en julio de 1937, los obispos declararon el golpe militar “cruzada religiosa salvadora de España”], algo muy bueno, porque después de la guerra vino un resurgir de las prácticas religiosas, que desde mi punto de vista era un resurgir un poco engañoso. Los obispos estaban ciegos. No veían la falta de libertades. La Iglesia siempre tiene el peligro de apoyarse en el poder, y se apoyó mucho en Franco”.

En aquella asamblea de 1971, a iniciativa de este grupo de sacerdotes navarros, se habló del derecho de reunión, de asociación... “Franco prohibió la segunda edición del libro que salió de aquella asamblea porque decía que en España se estaban violando derechos humanos. Hubo una campaña muy grande de desprestigio hasta que hombres del Gobierno y de la Iglesia enterraron la asamblea”.

En 1974 encargaron a los historiadores Víctor Manuel Arbeloa y José María Jimeno Jurío una lista de fusilados en Navarra. Después crearon una comisión conjunta de sacerdotes y familiares. A veces eran estos últimos los que acudían a los curas para pedir ayuda y otras veces era al revés. “Íbamos a visitar a las viudas, a contarles que podíamos recuperar los restos y celebrar un funeral y veíamos a familias aterrorizadas, absolutamente humilladas, que no se atrevían ni a hablar entre ellas de lo que les había sucedido”, explica Aranguren. A veces, los sacerdotes también hablaban con los asesinos. Aranguren recuerda que tras un funeral en el que dijo que no habían encontrado a todos los fusilados que buscaban, uno de los pistoleros fue a hablar con él. “Vino a verme a las tres de la mañana. ‘Yo estaba allí’, me dijo. Y esa misma noche, con una linterna, me llevó al sitio donde estaba enterrado ese fusilado que nos faltaba. Tenía las manos atadas con alambre”.

"Las viudas me pedían que besara los huesos. Todos tenían el cráneo agujereado por el tiro de gracia", afirma Aranguren

Hasta 1981, estas comisiones de sacerdotes y familiares recuperaron a 3.501 fusilados en 56 pueblos de Navarra y 10 de La Rioja. Tras los funerales se levantaron en los cementerios “monumentos muy similares a los que ya tenían los muertos del bando nacional, que habían sido elevados a la categoría de mártires y héroes mientras los fusilados de izquierdas habían caído en el olvido”, recuerda el sacerdote Jesús Equiza.

Partidas de defunción de los fusilados escritas por el sacerdote Victorino Aranguren
Partidas de defunción de fusilados escritas por el sacerdote Victorino Aranguren

En Arnedo (La Rioja), el párroco se negó en redondo a participar en algo parecido. “Y fueron los sacerdotes navarros los que nos ayudaron y los que celebraron el funeral”, recuerda José Urbano Muro, nieto de fusilado. “Recuperamos los restos de 51 fusilados. Los asesinos eran vecinos. Y el día del funeral, atravesamos el pueblo y la gente bajaba las persianas al paso de los ataúdes. Aún había muchísimo miedo”, agrega.

También eran del mismo pueblo los que mataron a los 29 de Cervera del Río Alhama, entre ellos, tres mujeres y un chaval de 15 años. Las víctimas dejaron “52 hijos sin padres”, recuerda José Vidorreta, que tenía seis meses cuando mataron a su padre, e impulsó en 1977 uno de los primeros homenajes a los fusilados. “El sacerdote Tomás Navarro nos ayudó a trasladar los restos y pronunció un discurso muy emocionante en la plaza del pueblo. Él sí nos ayudó, pero los curas de La Rioja no habían hecho nada para evitar los fusilamientos. Al revés”, dice.

Terminadas las exhumaciones y los funerales, los sacerdotes Victorino Aranguren, Dionisio Lesaca y Eloy Fernández publicaron en una revista de las Comunidades Cristianas Populares Historia de una ignominia y de una rehabilitación algo tardía, donde explicaban aquella experiencia: “Sentíamos en carne viva el largo silencio de la Iglesia (...)aquellos hombres no eran malos, tenían unos nobles ideales republicanos y fueron injustamente asesinados (...). Cuánto dolor hemos palpado en estas familias porque vieron que la Iglesia jerárquica española apoyaba la Guerra Civil, se identificaba con los sublevados contra la República y no impidió estas muertes. Y porque fueron los matones los que frecuentaban las iglesias y se tenían por buenos y católicos, a veces amigos de los curas. No. La guerra civil del 36 no fue una cruzada religiosa, salvadora de España (...). Fue fundamentalmente lucha de intereses económicos contrapuestos (...), cortar brutalmente una revolución social que, corrigiendo deficiencias, podía haber traído una sociedad más justa”.

Eran la excepción. Todavía lo son. El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, es contrario a la ley de memoria histórica. “Si en todas las provincias se hubiera hecho entonces lo que se hizo en Navarra y La Rioja, hoy no seguirían llenas tantas fosas y cunetas”, opina Aranguren. “Es una humillación que sigan ahí. Y una obligación de la sociedad sacarlos. Muchos obispos creen que no debería tocarse este asunto, que es reabrir heridas, cuando es justamente lo contrario”. Este sacerdote cree que el exjuez “Garzón iba por el buen camino” y agrega: “Pienso en la pacificación en Euskadi con ETA y en el ejemplo admirable que dieron esos familiares de los fusilados, que perdonaron a la Iglesia, a los que mataron, a todos. Hay que pedir perdón a las víctimas, y las víctimas tienen que aceptar también ese perdón. Aunque cueste”.
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27-03-12 16:25 #9835854 -> 9835314
Por:swastica

RE: MeMoRiA
Amén.

En otro orden de cosas, algunos son tan inútiles que no tienen imaginación ni para idear un nick para sí mismos.
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27-03-12 21:10 #9837535 -> 9835854
Por:svvastica

RE: MeMoRiA
https://ww.noticiasdenavarra.com/2011/02/18/sociedad/navarra/cinco-curas-fueron-asesinados-y-cincuenta-encarcelados-por-defender-a-sus-feligreses-en-el-36

"Cinco curas fueron asesinados y cincuenta encarcelados por defender a sus feligreses en el 36"

Pamplona. Aunque la historia cuenta que el clero apoyó al bando nacional durante la Guerra Civil, la historia no siempre es fiel a la verdad principalmente cuando se generaliza. Jesús Equiza pretende mostrar cómo muchos sacerdotes navarros, en torno a 400 clérigos, fueron perseguidos entonces por defender a sus parroquianos. No sólo eso, sino que cinco fueron asesinados (Eladio Celaya, Santiago Lucus, José Otano, Victorino Aranguren y Pedro Martínez) y a otros ocho se les condenó a muerte, pena que finalmente no cumplieron por diversas circunstancias.

¿Cómo surge la idea de publicar esta historia?

Por un lado había mucha gente que me pedía que diese a conocer que la rehabilitación de los fusilados en la guerra ya la realizamos a finales de los 70 y principios de los 80. Ahora está habiendo mucho movimiento con el asunto de la memoria histórica por parte de los nietos de las víctimas, lo que llamo la segunda fase de la rehabilitación. Lo malo es que nosotros ya realizamos esa rehabilitación de la mayor parte de las víctimas hace 30 años y, aunque estoy de acuerdo en que sigan recordándolos, no entiendo porqué tienen que obviar lo que nosotros realizamos entonces. Además, también quería dejar claro que el clero navarro defendió, al menos la gran mayoría, a su pueblo y no los delató o formaron parte de las Juntas Locales de Guerra como algunos han querido hacernos creer.

¿Qué es realmente lo que sucedió en aquella época?

Nos han hecho creer que el clero apoyaba a la represión que se hizo por parte de la Alianza Nacional a los republicanos del Frente Popular. Sin embargo, una cosa es decir que estuviesen a favor de que triunfase el Alzamiento y otra muy distinta que apoyaran la represión, que mayoritariamente no lo hicieron. Es el riesgo que supone generalizar el que confunde y limita el rigor histórico.

¿Cuántos párrocos apoyaron a sus feligreses en Navarra?

En torno a 400 curas se comportaron muy correctamente con sus parroquianos. Me consta que tres fueron asesinados y casi con total seguridad otros dos corrieron la misma suerte. Otros ocho fueron condenados a muerte aunque, por unos motivos u otros, lograron salvarse y en torno a 50 fueron encarcelados en el Fuerte de San Cristóbal que por entonces era la cárcel de Pamplona.

¿Qué actitud tuvieron el resto?

En aquella época había 1.031 párrocos en Navarra. 400 se comportaron bien, unos 600 vivieron situaciones más o menos pacíficas en las que no hubo represión, y concretamente 24 actuaron mal, que también están recogidos en el libro con sus nombres y de donde procedían.

¿Cómo se libraron los condenados a muerte?

El por entonces obispo de Pamplona, Marcelino Olaechea, ayudó a algunos de ellos cobijándolos en conventos e intentando que pasara el tiempo. Otros por ejemplo fueron sacados del paseíllo (fila en la que se ponían los condenados mientras acudían al fusilamiento) justo antes de ser ajusticiados por amigos políticos que tenían y que, al verlos en tal situación, no permitieron que se cometieran esas atrocidades.

¿Cuáles fueron las zonas más convulsas en Navarra?

La zona de Carcastillo sufrió mucho en aquella época. Previo a la guerra ya habían tenido mucha agitación con el asunto de los comunales, que fueron vendidos a los más ricos, y la vuelta a la vida monástica en el monasterio de la Oliva en 1927, cuyos monjes no fueron bien recibidos por una parte de la población. Había muchos fichados en la zona y con la llegada de la represión, el párroco y el alcalde convencieron a estos para meterlos en la cárcel y así no ser detenidos por los comandos. Además, el párroco salía todas las tardes a la carretera de Pamplona para detener a los comandos que venían de la capital para impedirles que entrasen al pueblo y se los llevaran.

¿El euskera también fue uno de los motivos por los que les persiguieron?

En los pueblos de la zona norte sí. Ser provasquista generó que muchos fuesen considerados peligrosos. Lo que hicieron en esas zonas los párrocos fue animar a los buscados para que pasaran a Francia o Guipúzcoa donde estarían más seguros. El propio párroco de Isaba acompañó a unos cuantos fugitivos por caminos de cabras para dejarlos a salvo al otro lado de la frontera.

Pero también dice que hubo 24 que no estuvieron a la altura...

Sí, la mayor parte de éstos actuó por temor. Tenían un miedo brutal porque estaban informados del mayo de 1936, los sucesos de Cataluña o la matanza de curas en 1931. De todos modos no consta que ninguno almacenase armas o perteneciese a la Junta de Guerra Local, pero si hubo quienes pasaron algún informe negativo o se resistieron a pasarlo positivo.
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27-03-12 21:24 #9837627 -> 9837535
Por:svvastica

RE: MeMoRiA


Andrea Aiape recupera la memoria histórica de Cáseda.

Tras Lodosa, Sartaguda, Mendavia y Cárcar, Cáseda es el quinto municipio navarro en cuanto a proporción de asesinados en la Guerra Civil. La escalofriante cifra de asesinados asciende a más de 51 (51 documentados, pudiendo ser más aun los asesinados indocumentados).

Entre los más de 51 asesinados hubo agricultores, obreros, sindicalistas e incluso el párroco de pueblo, el cual fue ajusticiado por denunciar ante el Obispado los primeros fusilamientos que tuvieron lugar en su pueblo. A Eladio Celaya, el desmarcarse de la línea golpista de la Iglesia Católica y su tradicional apoyo y colaboración con las clases humildes de su pueblo, le costó la vida. El 19 de septiembre de 1936 la familia del párroco recibió un féretro herméticamente cerrado en el cual estaban depositados sus restos (alguna versión cuenta que aquel párroco pudo ser decapitado).

Con este libro, Andrea Aiape pretende homenajear a los más de 51 casedanos asesinados y dejar constancia de su historia en un material para el futuro.

Para realizar este libro de 230 páginas plagadas de documentación, fotografías y testimonios, Andrea Aiape conto con el testimonio de familiares directos de los asesinados como Pilar García, hija de Antero García, fundador y presidente de la UGT local de su pueblo.

Antero García fue detenido por la Guardia Civil el 19 de julio, y el 4 de diciembre del mismo año fue fusilado. Aquel hombre que prestaba infinidad de libros a sus vecinos para que estos los leyese, fue fusilado por el único motivo de pertenecer a la órbita de la izquierda casedana. Su hija aun recuerda el coraje de su madre, y como tanto ella como otras casedanas fueron rapadas y obligadas a ir a misa para regocijo de los fascistas. Aun y todo, esta mujer no habla de venganza ni mucho menos, “porque entonces sería igual que ellos”.
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27-03-12 22:41 #9838190 -> 9837627
Por:svvastica

RE: MeMoRiA
https://avaradelalibertad.blogspot.com.es/2010/05/algunas-cosas-sobre-santiago-lucus.html

Algunas cosas sobre Santiago Lucus.

Una de las características más curiosas de la represión en Pitillas fue la muerte del sacerdote castrense y abogado Santiago Lucus, a quien no tuvieron en cuenta su condición para fusilarlo precisamente en nombre de Dios.


Santiago Lucus vivía en Pamplona con su madre, en la calle Mayor, y tenía fama de simpatizar con la República y los socialistas y de haber predicado a favor de los repartos de tierras. En una ocasión, en un mitin en Carcastillo, tuvo que enseñar su placa de capitán para no ser detenido tras ser denunciado por las derechas. Al comenzar la represión se refugió en unos frailes de Vitoria donde al tiempo fue detenido, trasladado a Pamplona y encarcelado. Una noche fueron a buscarlo y lo fusilaron junto a Victoriano García Enciso, panadero, casi frente a la fuente del Perdón en el término municipal de Undiano.

(Navarra 1936 “De la esperanza al terror”).

No estaban todos. EL sábado 11 de julio del presente año tuvo lugar en la Catedral nueva de Vitoria un solemne funeral, presidido por los cuatro obispos de las diócesis vascas de Vitoria, Bilbao y San Sebastián, en memoria de los 14 sacerdotes (9 guipuzcoanos, 4 vizcaínos y uno navarro), ejecutados por los vencedores de la guerra fratricida que se inició el año 1936.

Pero no estaban todos. Entre los sacerdotes asesinados que se recordaron faltaba Santiago Lucus Aramendía. Como también faltaba un obispo entre los prelados que con su presencia quisieron enmendar el cobarde, por no decir cómplice, silencio de sus predecesores (excepción hecha del exiliado monseñor Mateo Múgica).

Santiago Lucus Aramendía había nacido en Pitillas el año 1898. Hizo la carrera sacerdotal y fue capellán castrense en la guerra de Marruecos. Hizo después la carrera de Derecho Civil y pronto se distinguió por sus ideas societarias y humanistas, lo que le ganó las antipatías de los curas vecinos.

Al estallar la Guerra Civil en 1936, no se sintió seguro al ver de lo que eran capaces las bandas criminales, como la de El Águila , que iban sembrando la muerte por los pueblos de la Ribera Navarra. Se escondió por algún tiempo en casa del concejal pamplonés García Enciso y juntos intentaron la evasión hacia Bilbao, pero no pudieron pasar de Vitoria. Fueron detenidos y Santiago fue llevado al convento del Carmen, donde, junto con media docena de sacerdotes también detenidos, quedó encomendado a la custodia del prior del convento P. Amalio Echeverría (natural de Arlegi).

Durante el tiempo en que estuvo detenido en dicho convento celebraba diariamente la misa y frecuentaba la biblioteca de los Carmelitas para encontrar fundamentos en la doctrina de Santo Tomás para su tesis contra la pena de muerte.

Pero el día 3 de septiembre un grupo de requetés llegados de Pamplona recogieron del convento a Santiago después de presentar al prior el siguiente documento con membrete de la Dirección General de Seguridad y firmado por el delegado de Orden Público el 3 del 9 de 1936, cuyo original conservado en el archivo de dicho convento dice así:

"Ruego a Vd. se sirva entregar a los portadores de la presente, requetés de Pamplona, al detenido en ese convento don Santiago Lucus Aramendía, para ser trasladado a Pamplona a disposición del Excmo. Sr. Gobernador Civil de dicha provincia. Dios guarde a Vd. muchos años".

Al salir del convento preguntó Lucus al P. Amalio: "¿Cree usted que éstos me van a matar?". El prior le contestó: "Traen una orden de la Junta de Guerra Carlista de Pamplona y los considero católicos, y, como sacerdote, le tratarán bien". Diálogo testificado por uno de los sacerdotes detenidos, quien añade: "Era un hombre hecho y maduro; hablaba del fanatismo religioso que él había conocido en mucha gente; socialista pero moderado, más bien humanista; contrario a las manifestaciones de barbarie de aquellos días".

Fue conducido hacia Pamplona, pero no al gobernador; el mismo día fue fusilado por un escuadrón de requetés junto con el señor García Enciso en Undiano. Quisieron quitarles los zapatos antes de matarlos, alegando entre risas que era una lástima enterrarlos con unos zapatos tan buenos. Pero no lo consintieron y sólo lograron su propósito los asesinos después de darles muerte. Le dijeron al cura que se quitara la sotana, como si quitando la sotana dejara su condición de sacerdote, pero tampoco consintió.

Éstos y otros detalles del fusilamiento pudo contar a los familiares una persona que fue obligada a enterrar los cadáveres; lo mismo que señalar el lugar donde estaban enterrados.

Gracias a la tenacidad de los familiares, en especial de su hermana Micaela y de su cuñado, los restos de Santiago retornaron a su pueblo de Pitillas y entraron en el panteón familiar. Donde no entraron fue en la iglesia parroquial. El injusto silencio de la Iglesia oficial siguió envolviendo la memoria de este sabio sacerdote.

Son muchas las coincidencias que unen a Santiago Lucus con los 14 sacerdotes que fueron recordados en la Catedral de Vitoria: su origen biológico común (Lucus es apellido que proviene de la Baja Navarra), su condición de sacerdote, la identidad política de los asesinos, el olvido, por no decir la exclusión, por parte de las autoridades eclesiásticas. Por eso insisto: no estaban todos. (Publicado por Noticias. de Navarra)

Ciertamente otros pagaron más cara su pertenencia a la minoría. Santiago Lucus Aramendia era un joven cura natural de Pitillas, que fue asesinado en Undiano, según sus verdugos, por simpatizar con las izquierdas.



Y hubo otros que también compartieron el terrible final de muchos de sus feligreses o, simplemente, convecinos como Eladio Zelaia de Azkoien, en Cáseda, y José Otaño de Lerga, en Hernani. La Iglesia oficial nunca los mencionó entre sus mártires, ni abrió causas de beatificación para elevarlos a los altares. Tampoco hizo nunca nada por saber de las vidas ni de la muerte de los 3.400 asesinados por el fascismo en Navarra, aún sabiendo que muchos de ellos fueron fervientes cristianos. En plena orgía de sangre, la Iglesia oficial aplaudió, alentó, denunció, colaboró, arengó desde los púlpitos a las hordas integristas para que actuaran, y hasta participó directamente en los asesinatos. Otros guardaron un silencio cómplice y sólo unos pocos tuvieron la osadía de rebelarse contra aquella barbarie, y sin embargo tenían la razón y el Evangelio de su parte. Han pasado muchos años y no parece que la jerarquía de la Iglesia haya avanzado mucho. Hace dos o tres años, el arzobispo de Iruñea solicitaba todavía el voto para requetés y falangistas. Como para pedir perdón estaba el hombre… Los tiempos pasan ahora factura a la Iglesia. Los figurantes de la película de Helena Taberna, gentes navarras de 2008, no sabían ni santiguarse y hubo que traer un experto eclesial para que les enseñara el "Por la señal..."
Puntos:
27-03-12 23:01 #9838348 -> 9838190
Por:svvastica

RE: MeMoRiA


Pero hay otros que no van a ser nombrados ni muchos menos “glorificados “el día 28 en Roma. Ni siquiera van a ser mencionados en sus propias diócesis, ni tendrán una tumba ni una modesta lápida en las iglesias o parroquias en las que prestaron sus servicios religiosos. Fueron DIECISEIS. Asesinados por las gentes de Franco al entrar en Euskadi.. Y que no fueron mil porque ni el Vaticano ni los Obispos de Europa o América podían aceptar que se estropeara el concepto de Cruzada que tantos dividendos propagandísticos proporcionaron a Franco y a la Iglesia, especialmen a la española. Hasta los Obispos de aquí estarán en Roma el día 28. Pero los 16 sacerdotes vascos asesinados por Franco seguirán con la “DAMNATIO MEMORIAE” que les ha barrido durante las largas seis décadas de cualquier memoria o recuerdo público.
Fueron:

ADARRAGA LARBURU, José, sacerdote diocesano, natural de VILLABONA (Gip), 55 años, adscrito a la parroquia de Hernani, detenido en la cárcel de Ondarreta y ejecutado en Hernani el 17-10-36.

ALBISU VIDAUR, Gervasio; sac.dioc., de Rentería, 65 años, coadjutor de Rentería, en la prisión de Ondarreta y ejecutado a el cementerio de Hernani 7-8/10-36
ARIN OYARZABAL, José Joaquín, sac.dioc. natural de VILLABONA (Gip), 61 años, arcipreste de Mondragón, prisión de Ondarreta, ejecutado en Oyarzun 24/25-10-36.
ARIZTIMUÑO OLASO, José, sac. dioc. de Tolosa (Gip), 40 años, prisión de Ondarreta y ejecución en Hernani 17-10-36.
BOMBIN, Antonio O:F:M;, sac. Franciscano que ejerció largos años en Perú. Prof. En 1936 en el Colegio Seráfico de Anguciana (Rioja) Su cadáver apareció en Laguardia (Alava) zonas ambas controladas por los rebeldes. Fecha de ejecución no determinada.
GURIDI ARRAZOLA, Leonardo. Sac. Dioc., natural de Oñate (Gip.) 40 años, Coadjutor en Modragón, prision de Ondarreta y ejecución en Oyarzun, 24/25-10-36.
ITURRICASTILLO ARANZABAL,Jorge, Sac Dioc., Nat. De Elgeta (Gip), ecónomo de Marín (Escoriaza),prisión de Ondarreta, Ejecución en Oyarzun 7-11-36.
LEKUONA ETXABEGUREN,Martín, Sac.Dioc..nat de Oyarzun (Gip), 28 años, Coadjutor de Rentería, prisión en Ondarreta, ejecución en Hernani,7/8-10-36.
MARKIEGI OLAZABAL,José,,sac.dioc.,nat. De Deba (Gip) 40 años,coadjutor en Mondragón, prisión en Ondarreta,ejecutado en Oyarzun el 25-10-36
MENDIKUTE LIZEAGA,Alejandro. Sac.dioc., nat de Alza (Gip),45 años, capellán en San Sebastián, residente en Hernani., prisión de Ondarreta, ejecutado en Hernani 23/24-10-36.
ONAINDIA ZULOAGA, Celestino. Sac. Dioc., natural de Markina,38 años, coadj. de Elgóibar, prisión en Ondarreta y ejecutado en Hernani 28/29-10-36
OTANO MIGUELEZ; José, C :M :F , sac.claretiano, nat de Lerga (Nab) 38 años. Prisión en Ondarreta, ejecutado en Hernani 23/24-10-36.
PEÑAGARICANO SOLOZABAL, Jose ignacio. Sac dioc.,natural de Markina-Etxebarria, 64 años, prisión de Ondarreta, ejecutado en Oyarzun 27/28-10-36.
SAGARNA URIARTE,José. Sac.dioc., natural de Ceánuri, 24 años, coadj. de Berriatúa, ejecutado en Amalloa, su anterior parroquia 20-10-36.
URTIAGA ELEZBURU,Román de S.José, O.C.D.,carmelita descalzo, nat de Zaldibar (Bizk), 48 años, ejecutado en el momento de la ocupación de Larrea (Amorebieta), 16-5-37
Nuestro recuerdo y gratitud:
-a los 224 sacerdotes y religiosos que pasaron por las cárceles de Araba, Bizkaia, Guipúzcoa, Nabarra, Alicante, Madrid, Palencia, Sevilla…..
-a los que sufrieron destierro durante largos años recorriendo los caminos de 33 provincias españolas
-a los que pasearon su nostalgia por 21 países extranjeros…
-a los 800 miembros del Clero Vasco que, de una forma u otra sufrieron persecución junto a su pueblo…
- a los 114 capellanes de gudaris…
Un recuerdo emocionado a cada uno de ellos. Aunque la Iglesia y sus superiores les hayan condenado a la no existencia permanecen en la memoria de aquel pueblo por el que entregaron su ministerio y su vida.
Puntos:
28-03-12 17:50 #9842031 -> 9838348
Por:svvastica

RE: MeMoRiA
https://ww.alpinoartibai.org.es/castellano/senderos/pr-bi22/josesagarnaesp.htm

Historia sucedida en Larruskain, Amalloa, Markina-Xemein, relativa a un cura que fue fusilado acusado de espionaje, y en cuyo lugar de fusilamiento, 21 años después de su muerte, tuvo lugar un inexplicable fenómeno (1). Como en muchos casos, la acusación de espionaje fue una tapadera para un ajuste de cuentas o venganza entre vecinos.

21 años después del fusilamiento, un viejo manzano caído que estaba en el lugar donde sucedió se puso de pie. El árbol estaba caído pero tenía alguna raíz dento, por lo que seguía vivo. Una noche apareció de pie. Se mantuvo así durante un mes, y todo el mundo lo relacionó con Sagarna y se armó un revuelo de mil pares de narices en la comarca. Los dirigentes franquistas se alarmaron y vino la guardia civil a montar guardia para espantar a los peregrinos. También investigaron si era un montaje, si lo habían enderezado con poleas... pero no encontraron nada sospechoso. Lo intentaron derribar incluso, y no pudieron. Al final se cayó solo, tras 4 semanas exactas.

Hay muchos testigos directos, y hoy en día todavía nadie se lo explica.
Puntos:
28-03-12 18:04 #9842099 -> 9842031
Por:libreta1980

RE: MeMoRiA
Y digo yo ranchero, hablando de todo un poco, porque no no te inventas un nick distinto al de el amigo swastica para seguir copiando y pegando jilip0yeces ¿Te acuerdas cuando alguien intentó imitar el nick de portypormi como le pusisteis el rojerío de la época?

Ahora tu dedicas a hacer lo mismo y nadie se ha pronunciado con ningún comentario todavía, excepto el mismo swuastica verdadero, eso habla de mucho ti, de lo que eres, de lo que quieres, de lo que has venido a buscar en le zenit de tu carrera y de lo que te pretendes llevar.

Que ers ya muuuuu grande hombre.
Puntos:
28-03-12 20:43 #9842912 -> 9842031
Por:ranchero123

RE: MeMoRiA
Libretilla,
a eso solo puedo
responder
aquello de:

¡Pero qué
GANSO
eres,
Libretilla..!


Tú échame,
hombre,
que tengo
buenas espaldas... Mal o muy enfadado Mal o muy enfadado Mal o muy enfadado
Puntos:
29-03-12 00:30 #9844329 -> 9842031
Por:svvastica

RE: MeMoRiA
https://ww.periodistadigital.com/old/1193138.shtml

Así, los obispos piden "un ejercicio de purificación de la memoria", que recuerde, "de modo especial" a "aquellos presbíteros que, habiendo sido ejecutados por los vencedores, han sido relegados al silencio". Y cita los nombres de los 14 sacerdotes "ejecutados" por el bando franquista: Martín Lecuona Echabeguren, Gervasio Albizu Vidaur, José Adarraga Larburu, José Ariztimuño Olaso, José Sagarna Uriarte, Alejandro Mendicute Liceaga, José Otano Míguelez C.M.F., José Joaquín Arín Oyarzabal, Leonardo Guridi Arrázola, José Marquiegui Olazábal, José Ignacio Peñagaricano Solozabal, Celestino Onaindía Zuloaga, Jorge Iturricastillo Aranzabal y Román de San José Urtiaga Elezburu O.C.D.

"No contaron con una celebración pública de exequias", afirman los obispos vascos, ni se consignó su fallecimiento en el Boletín Diocesano. "Deseamos prestar un servicio a la verdad, que es uno de los pilares básicos para construir la justicia, la paz y la reconciliación. No queremos reabrir heridas, sino ayudar a curarlas o a aliviarlas. Queremos contribuir a la dignificación de quienes han sido olvidados o excluidos y a mitigar el dolor de sus familiares y allegados", afirma el texto, que sin embargo incide en que es preciso "pedir perdón e invitar a perdonar".

Por ello, y como "signo visible" de dicha purificación de la memoria, la Iglesia católica vasca toma tres decisiones: en primer lugar, celebrar "un funeral conjunto, con mención y reconocimiento especial de quienes en su día no lo tuvieron. Presidido por todos nosotros, tendrá lugar el sábado 11 de julio en la Catedral Nueva de Vitoria a las doce del mediodía. A esta celebración queda invitado todo el pueblo de Dios y, particularmente, los familiares de las víctimas y los presbíteros de nuestras diócesis". En segundo término, publicar una reseña en el Boletín Oficial de cada diócesis "recogiendo los datos de la vida y muerte de quienes fueron ignorados.". Finalmente, incluir los nombres de los asesinados "en los registros diocesanos de s
acerdotes fallecidos y en los libros parroquiales correspondientes".
Puntos:
29-03-12 00:54 #9844430 -> 9842031
Por:svvastica

RE: MeMoRiA
https://ww.1936-1939.com/?p=3667

Pues bien, a todo los afirmado anteriormente, a nivel nacional y según las últimas investigaciones, con nombre y apellidos, fechas y lugares, los seminaristas, novicios, monjas, sacerdotes, frailes y obispos asesinados por el Frente Popular se aproximan a los 7.000.

Y en el territorio del Frente Popular jurisdicción del gobierno vasco se asesinó a 43 sacerdotes diocesanos, 8 sacerdotes religiosos y 8 frailes, en total 59.

Desde septiembre de 2006 se puede consultar la documentación de los archivos vaticanos concerniente a la Guerra Civil española, como son el correspondiente al pontificado de Pío XI años 1922 a 1939, los del Nuncio en España el arzobispo Federico Tedeschini años 1921 a 1936, y especialmente por ser lo que en gran parte se va a tratar en este escrito, los informes del obispo Ildebrando Antoniutti, que fue nombrado por Pío XI como su representante en la zona nacional y como tal actuó desde julio a octubre de 1937.

Una investigación del archivo ha sido elaborada en una importante síntesis por Santiago Martínez Sánchez. Mons. Antoniutti y el clero vasco (julio-octubre de 1937). Universidad de La Rioja, 2007.

Antes que nada hay que decir, que el obispo y representante vaticano Antoniutti fue y sigue siendo persona despreciada por los secesionistas y la mayoría del clero vasco.

La misión del prelado no pudo comenzar más desafortunadamente, pues pretendía pasar la frontera a la zona nacional el 27 de julio de 1937, con el permiso de la embajada española en Roma; es decir, con el visto bueno del Gobierno del Frente Popular, o lo que es lo mismo, que el Vaticano todavía no había reconocido al Gobierno de la España nacional.

El 14 de agosto de 1937 visitó por primera vez a los clérigos vascos encarcelados en el convento de El Carmelo, de Bilbao, informando seguidamente al Vaticano que había 81 clérigos acusados de secesionistas: 63 sacerdotes seculares, 13 carmelitas descalzos y 5 pasionistas. En ese informe señalaba, que la actitud nacionalista de algunos de ellos no iba a facilitar una labor de clemencia.

De esos 81 clérigos, un sacerdote secular y un carmelita descalzo y capitán castrense estaban condenados a la pena capital, y otros tres más, entre ellos un afiliado al PNV, a la pena capital que había solicitado el fiscal pero cuyas sentencias no eran definitivas. Ninguna de esas penas fueron ejecutadas y como se verá más adelante, el último asesinato de un sacerdote secesionista fue el 16 de mayo de 1937.

Antoniutti remitía continuos informes al Vaticano, dando toda clase de detalles y relación completa de los clérigos presos: nombres y apellidos, fecha de la ordenación, cargos eclesiásticos, fecha de su ingreso en la cárcel, acusaciones contra ellos y relación de los 164 desterrados y exilados en Francia, Bélgica e Inglaterra.

También enviaba telegramas cifrados al Vaticano, como el remitido el 7 de septiembre de 1937, en el que se mostraba muy pesimista, porque los militares de Franco protestaban contra la propaganda que los clérigos vascos exiliados desarrollaban en Francia.

(Al respecto y como ejemplo el lector debe saber lo siguiente. Cierto sacerdote secesionistas vasco en mayo de 1937 fue detenido y enviado a la cárcel y después de dos semanas en prisión, fue obligado a firmar un papel que acreditaba que era puesto en libertad, y acto seguido le metieron en un coche con rumbo a la frontera francesa. El sacerdote pasaría el resto de su vida escribiendo artículos y libros contra la dictadura de Franco, y eso fue escrito como testimonio por él mismo).

El 7 de septiembre de 1937 Antoniutti envía un extenso informe donde acusa a los militares de Franco, que debido al secesionismo del clero y como venganza, habían cargado contra muchos indefensos ciudadanos.

Del clero vasco dice que era bueno, pero que gran parte fue seducido por la engañosa propaganda de un nacionalismo exagerado, hasta el punto de llevarles a aliarse con los comunistas, y que al menos unos 400 clérigos estaban afiliados al PNV.

Que los dirigentes católicos vascos habían demostrado una inconsciencia inexplicable al aliarse con los comunistas, con la esperanza que después de la victoria final se respetaría una República católica de Euskadi, cuando precisamente con ese gobierno vasco habían sido masacrados cuarenta sacerdotes vascos y miles de los mejores ciudadanos católicos.

El 21 de septiembre de 1937, de los 81 clérigos encarcelados en El Carmelo, 54 firman su “respetuoso acatamiento y sincera sumisión cristiana a la Autoridad constituida del Gobierno Nacional del Generalísimo Franco, (…) de una España grande con sus regiones”, y que aceptan sin condiciones el “juicio y dictamen de la Iglesia sobre la unión guerrera del nacionalismo vasco con los rojos”.

En su último escrito de 3 de octubre, Antoniutti era pesimista respecto a que los clérigos exiliados pudiesen volver, “porque habían intensificado sus actividades separatistas, de acuerdo con los comités de refugiados del gobierno vasco en el exilio, hablando y escribiendo y actuando de manera poco correcta”.

Ese mismo mes Antoniutti finalizó su misión al ser nombrado Encargado de Negocios de la Santa Sede en la España nacional, y hasta su marcha en junio de 1938 siguió intercediendo por el secesionista clero vasco.

Fueron asesinados por ser secesionistas:

1. José Adarraga Larburu, sacerdote diocesano, nacido en Villabona (Guipúzcoa), fusilado en Hernani (Guipúzcoa) el 17 de octubre de 1936.

2. Gervasio Albisu Vidaur, sacerdote diocesano, nacido en Rentería (Guipúzcoa), fusilado en Hernani el 7 u 8 de octubre de 1936.

3. José Joaquín Arín Oyarzabal, sacerdote diocesano, nacido en Villabona, fusilado en Oyarzun (Guipúzcoa) el 24 ó 25 de octubre de 1936.

4. José Ariztimuño Olaso, sacerdote diocesano, nacido en Tolosa (Guipúzcoa), fusilado en Hernani el 17 de octubre de 1936.

5. Leonardo Guridi Arrazola, sacerdote diocesano, nacido en Oñate (Guipúzcoa), fusilado en Oyarzun el 24 ó 25 de octubre de 1936.

6. Jorge Iturricastillo Aranzabal, sacerdote diocesano, nacido en Elgueta (Guipúzcoa), fusilado en Oyarzun el 7 de noviembre de 1936.

7. Martín Lecuona Echabeguren, sacerdote diocesano, nacido en Oyarzun, fusilado en Hernani el 7 u 8 de octubre de 1936.

8. José Marquiegui Olazabal, sacerdote diocesano, nacido en Deva (Guipúzcoa), fusilado en Oyarzun el 25 de octubre de 1936.

9. Alejandro Mendicute Liceaga, sacerdote diocesano, nacido en Alza (Guipúzcoa), fusilado en Hernani el 23 ó 24 de octubre de 1936.

10. Celestino Onanindía Zuloaga, sacerdote diocesano, nacido en Marquina (Vizcaya), fusilado en Hernani el 28 ó 29 de octubre de 1936.

11. José Ignacio Peñagaricano Solozábal, sacerdote diocesano, nacido en Marquina-Echevarría (Vizcaya), fusilado en Oyarzun el 27 ó 28 de octubre de 1936.

12. José Sagarna Uriarte, sacerdote diocesano, nacido en Ceánuri (Vizcaya), fusilado en Amalloa-Marquina (Vizcaya) el 20 de octubre de 1936.

Respecto a este sacerdote he de decir que hace unos años, una sobrina suya y alcaldesa por el PNV decía que su tío no estaba metido en política y que fue por venganza falsamente acusado por uno del pueblo.

El secesionista diario del PNV, Euzkadi, el 8 de noviembre de 1936 escribía en su portada:

“Mártires de la patria.

Un mártir más de nuestra causa. Uno más a la lista interminable de los que murieron por Jaugoikua y por Lagi-Zarra. José de Sagarna fue advertido por unos amigos de que los facciosos rodeaban Berriatua y que presentían un grave peligro para él.

Los facciosos irrumpieron inopinadamente en el pueblecito y el joven sacerdote apenas tuvo tiempo para esconderse en un caserío de las inmediaciones.

Allí estuvo oculto apenas quince días. Alguien supo dónde se encontraba: alguien de alma ruin que no tuvo escrúpulos y lo delató a los facciosos y que permitió a éstos aprisionarlo.

“- A mí me mataréis –dijo cuando los fusiles le amenazaban mortalmente- pero el ideal por el que me lleváis a la muerte no lograréis extirparlo en los corazones de los hombres de esta amada tierra. Ese ideal prevalecerá.

- Soy, y no lo oculto, nacionalista vasco –contestó con gallardía”.

13. Román de San José Urtiaga Elerburu, carmelita descalzo, nacido en Zaldibar (Vizcaya), fusilado en Amorebieta (Vizcaya) el 16 de mayo de 1937, y fue el último clérigo asesinado por el bando nacional en las Vascongadas.

Existe otros tres casos de clérigos fusilados y que algunos añaden a la lista como “curas vascos”:

14. José Otano Miguelez, sacerdote claretiano, nacido en Lerga (Navarra), fusilado por secesionista en Hernani el 23 ó 24 de octubre de 1936.

15. Santiago Lucus Aramendia, sacerdote castrense, nacido en Pitillas (Navarra), era conocido por sus ideas izquierdistas, y en alguna ocasión y para no ser detenido por la policía se identificaba con su carné de teniente. Detenido en Vitoria fue llevado a Pamplona y fusilado en la cuesta de El Perdón el 3 de septiembre de 1936.

16. Antonio Bombín, sacerdote franciscano que ejercía de profesor en Anguciana (La Rioja). Sólo se sabe que su cadáver apareció en Laguardia (Álava), y como ambas zonas estaban controladas por los nacionales se les imputan a éstos su asesinato.

Otros clérigos fusilados:

17. Mauricio Santaliestra Palacín, ex escolapio y sacerdote, miembro del Comité de Guerra de Grado (Asturias), fusilado en Avilés (Asturias) el 12 de diciembre de 1937.

18. Alfredo Santirso Álvarez, sacerdote fusilado en Gijón (Asturias).

19. Pedro Julve Hernádez, párroco de Las Cuerlas (Zaragoza).

20. Francisco Jaime Cantín, párroco de Almohaja (Teruel), fue detenido y trasladado a la prisión de Teruel el 25 de julio de 1936, y fusilado a últimos de agosto o primeros de septiembre de 1936.

21. Jeroni Alomar Poquet, párroco de la mallorquina Llubí, era de familia acomodada y le gustaba la buena vida, de carácter caprichoso y exaltado, y según su obispo un sacerdote poco ejemplar. Parece ser que la familia desde hacía tiempo tenía problemas por cuestiones de tierras , y aprovechando el momento antiguos enemigos comarcales le tendieron una trampa, induciendo a Jerónimo a que ayudase a tres desertores a cambio de dinero. Fue detenido y defendido por su tío alférez de complemento en el juicio celebrado el 12 de mayo de 1937, y fusilado en Mallorca el 7 de junio de 1937.

Puede que Jerónimo fuese un contradictorio y un provocador, pues se cuenta de él que cuando pasaba la bandera de Falange saludaba con el puño cerrado, y que cuando iba a ser fusilado gritó : “¡Viva Cristo Rey!”. Con todo y con eso, Jerónimo no tenía las manos manchadas de sangre ni incitó a nadie a que se las manchara.

22. Andrés Ares Díaz, párroco del coruñés Val de Xestoso, Monfero. Se negó a entregar el dinero de la iglesia a los nacionales, por lo que fue acusado de guardarlo para ayudar al Socorro Rojo. No pudiendo demostrar sus acusaciones le encarcelaron, pero fue sacado de la prisión y fusilado en Barallobre el 3 de octubre de 1936.

23. José Pascual Duaso, párroco de Loscorrales (Huesca). El proclamado alcalde en mayo de 1933 pertenecía al Partido Republicano Radical Socialista, y lo primero que hizo fue multar al cura José por celebrar un entierro católico, y después ordenó el derribo de una antigua cruz de piedra. Ese mismo sujeto, una vez que el pueblo cayó en zona nacional, en septiembre de 1936 se afilió a Falange junto con otros dos amigos que también habían militado en el PRRS. Dueños del pueblo y como el sacerdote les resultaba incómodo, escribieron al Obispado de Huesca alegando una serie de mentiras y solicitando el traslado del párroco. Como el obispo no les contestó, el 22 de diciembre de 1936 se presentaron los tres en la casa de José y el antiguo alcalde le asesino de tres tiros.

Los tres asesinos pasaron tres años en la cárcel y después fueron puestos en libertad, pero jamás volverían al pueblo.

24. Pablo Sarroca Tomás, nacido en Vic-Bigorre (Francia), pertenecía al clero castrense desde octubre de 1917, pero estaba sometido a disciplina eclesiástica por su irregular comportamiento sacerdotal. Era teniente y durante la Guerra interrogaba a los detenidos en la checa de los Servicios Especiales de Prensa y Propaganda de Madrid, checa que dirigía el presidente de las Juventudes de Izquierda Republicana y por dos meses jefe del SIM, Prudencio Sayagües. Pablo fue detenido al finalizar la Guerra y se le abrió juicio militar en mayo de 1939, y el juzgado militar de Alcalá de Henares de Madrid le condenó y fue fusilado el 11 de noviembre de 1940.

Como no podía ser de otra forma, en la lista no podían estar ex sacerdotes y ex religiosos secularizados hacía años, como el caso del ex socialista, republicano y hermano Matías Usero Rey-Torrente, o el anarquista Ramón Quiñones Barragán.

Tampoco debía figurar el comandante castrense del ejército del PNV, José María Korta Uribarren, que fue abatido en el frente de Asturias en marzo de 1937.
Puntos:
29-03-12 12:02 #9845609 -> 9842031
Por:libreta1980

RE: MeMoRiA
premio a la originalidad en tu nick, pero que manipuladores sois lo llevais en la sangre no os lo podéis raspar.
Puntos:

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