Cabeza la Vaca - Badajoz

Hoy, al entrar en el taller de tu marido, la añoranza y la tristeza se han apoderado de mí, recordándote. La soledad pesa en ese patio, sin tí. Tus plantas a la entrada, las que siempre estaban en tu casa, me hiceron sentir una profunda melancolía. Todo me ha hecho evocar a tu persona, y a la gran perdida que hemos sufrido los que te teniamos y te tenemos un gran cariño; porque nadie muere mientras permanece en nuestros corazones.
Desde aquí quiero rendirte un pequeño y humilde homenaje. Ojalá y todo ésto no hubiera más que un mal sueño.
Solo dedicarte un poema de Alberto Cortez, porque sé que te gustaba y porque expresa todo lo que yo quiero decirte, y no se.

Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

Cuando un amigo se va,
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.

Cuando un amigo se va,
una estrella se ha perdido,
la que ilumina un lugar
donde hay un niño dormido.

Cuando un amigo se va,
se detienen los caminos
y se empieza a rebelar,
el duende manso del vino.

Cuando un amigo se va
galopando su destino,
empieza el alma a vibrar
porque se llena de frío.

Cuando un amigo se va,
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.

Cuando un amigo se va,
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el tiempo lo ha vencido.

Cuando un amigo se va,
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

Una gran pérdida,entrañable mujer, trabajadora,inteligente,hay que ver como la vida se nos va de un dia para otro sin más.
Tú y los tuyos nos habéis dado todo lo que puede dar una persona, la amistad,la compresión y la ayuda en tiempos difíciles.
Siempre te recordaré.

Alberto Cortés, para ti.

Precioso video. Me ha hecho llorar. Isabel estará feliz, al saber cuantos la recordamos, aún sin ser de su familia.

Al autor/a del primer mensaje me gustaría decirle que el poema de Alberto Cortez es precioso y no por ser tan conocido deja de ser emocionante cada vez que se lee, o se escucha.

Pero el contenido de su mensaje, expresando el recuerdo y el dolor por el tremendo vacío dejado por la desaparición de una amiga querida es infinítamente más hermoso y sobrecogedor.

Bienvenido el aire fresco de la sensibilidad donde tan a menudo se enseñorean la disputa y los rencores.

Y que Isabel tenga en el Cielo paz y felicidad eterna y a nosotros se nos niegue hasta no estar a la altura, tanto de la su bondadoso recuerdo, como de la exquisita sensibilidad de la persona que tan maravillosamente lo ha reflejado.

Aún sin ser familiar,hay gente que sentimos la pérdida de seres queridos como és el caso, y lo "bonito" de esto es,aún en la pérdida, la unión y el sentimiento que es inevitable.

La vida pasa y somos,a veces,lo peor.Nos llevamos mal, somos egoistas,
hipócritas,envidiosos,¿por naturaleza?.

Yo he sentido la pérdida de gente,como todo el mundo,y hay casos que realmente te emocionan.En el pueblo nos conocemos todos,no daré nombres,pero es cierto que la vida es injusta la mayoria de veces.

En estos casos,bueno,en todos deberiamos ser más humildes.

Y la familia que siga unida.

Os quiero lo que no podéis imaginar.

A la familia Fabián Romero.

Ojalá puedas ver desde donde estés, lo que todos te queremos.
Tú valentía,tu entrega, tu sensibilidad, tu humanidad, tu disponibilidad etc. han dejado una huella difícil de olvidar.
Ahora tendremos que aprender a vivir sin tí, así que intentaremos hacer lo posible para que te sientas orgullosa y veas que tu esfuerzo y tu trabajo no fueron en vano.

"NO SE PIERDE LO QUE MUERE, SE PIERDE LO QUE SE OLVIDA"
(Nunca te olvidaremos Isabel.)

Isabelita:
Estés donde estés, quisiera darte las gracias por haberme tenido entre tus amigos. Recuerdo las charlas contigo de cualquier tema que se terciara. Para mí, fuiste una gran esposa, una gran madre y una gran amiga.
Un beso donde estés

Nunca pensé que esto pudiera pasar, que no fueras a recuperarte. Siempre quise creer que no íbamos a perderte, y quizás mis pocos años me hicieron ser optimista. Sin embargo, la realidad fue un duro mazazo para todos los que te queríamos, y tu ausencia, me ha echo sentir por primera vez en mi vida una gran pérdida.
Para mí, eras más que familia. Eras el símbolo de mi niñez, el vínculo con una infancia tremendamente feliz. Mis mejores recuerdos de niña tienen como escenario tu casa, y tu huerta, acompañados de tus inolvidables y cariñosas regañinas.
Tu pérdida me ha hecho comprender que conforme vas creciendo, vas dejando atrás cosas irrecuperables. Contigo, se fueron los lazos con mi infancia, esos que aún intentaba aferrar con fuerza en algunos momentos.
Sin embargo, quiero seguir siendo optimista a pesar de todo. Por eso, me siento tremendamente afortunada, y muy agradecida. Deberia darte las gracias no una, sino mil veces, porque tu tuviste buena parte de culpa de que haya sido una niña inmensamente feliz, y eso me haya convertido en la persona que soy. Me alegro muchísimo de haber tenido la suerte de haber formado parte de tu vida, y que tú hayas formado parte de la mía.
Jamás dejaré de recordarte. Un beso enorme.

Más que nunca ahora te recordamos todos los que te queríamos, Tía Isabel. Tal vez parezca una tontería que yo siga escribiéndote aquí como si tu pudieras leerlo, pero creo que en el fondo, de alguna manera, estás con nosotros y te enterarás de todo lo que aquí pongo. Bien digo que nos acordamos más que nunca de ti porque, al menos yo no dejo de pensar en lo orgullosa que estarías en estos momentos. Tu hija más pequeña ha traído al mundo a una criaturita maravillosa, pequeñita pero preciosa, que tendrá el gran honor de llevar tu mismo nombre. Qué feliz habrías estado, diciendo cosas de la zagala, buscandole parecidos con todos y pasando tiempo con tu nueva nieta.
Sin embargo, no me embarga un sentimiento de tristeza al escribir esto, sino de alegría. Una alegría inmensa porque una luz preciosa ha llenado la familia, una luz que sólo puede corresponderse a la llegada de un nuevo miembro a ella. Sé perfectamente que desde donde estés, que supongo un sitio precioso y donde te hayas reencontrado con todos aquellos que perdiste y que querías, nos cuidarás a todos. Sé que velarás por la pequeña Isabel, y ella, como todas las mujeres de tu familia, será fuerte, valiente y extraordinaria, y honrará y llevará con orgullo tu nombre.
Felicidades a toda la familia, porque se nos ha ido una Isabel, irreemplazable sin duda, pero nos llena de alegría la venida de la pequeña.