Barcarrota - Badajoz

Con relación a Baltasar Garzón es bueno que todo el mundo se tranquilice. Y que tengamos en cuenta varias cuestiones fundamentales. En primer lugar, Garzón no ha sido condenado. La apertura de juicio oral no equivale a una condena, sino simplemente a un proceso en el que se va a ver si pudo prevaricar en el ejercicio de su función jurisdiccional, delito más que grave tratándose de un magistrado en ejercicio. Pero no ha sido condenado y, por tanto, hay que huir de las condenas a priori tanto como de las absoluciones a destiempo.

Segunda cuestión: Garzón no puede ser absuelto antes de ser juzgado. Si hay Justicia en España, y ya lo creo que la hay, el magistrado estrella debe responder ante los tribunales como cualquier ciudadano de a pie, y ya dirán esos tribunales si es inocente o culpable. No debe tener miedo alguno Garzón a la Justicia que él mismo administra si está convencido de que no prevaricó. La verdad se acabará imponiendo más tarde o más temprano. Siempre ocurre de esa manera.

En tercer y último lugar, no sólo sería bueno, sino incluso deseable, que nuestro hombre pueda marcharse una temporada a La Haya como consultor del TPI. El aire nuevo despeja la mente y abre horizontes. Y a Garzón le hace tanta falta ese aire fresco como a nosotros liberarnos una temporada de su abrumadora presencia

DE PASO QUE SE LLEVE A CAMPS PARA QUE AIREE LOS TRAJES