Barcarrota - Badajoz

Ahora que ya ha pasado la marea de comentarios sobre el dedo alzado de Aznar, se impone una reflexión más sosegada. Es lo que ofrece EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en estas líneas, recordando el trayecto que va de la peseta a la crisis y el insustituible papel del ex presidente en él.

aznar al parecer ha sorprendido a todo el mundo. Resulta que es un grosero. Nadie se había dado cuenta, y el hombre ha tenido su epifanía a casi dos décadas de saltar a la fama. Qué injusticia.

el caso es que Aznar hace en realidad mucho más que el gesto grosero que todo el mundo ve. El acto de Aznar entra dentro de un contexto histórico. Y hoy todo el mundo sabe que sólo existe un contexto: la crisis.

sería completamente injusto excluir a Aznar del presente, por eso el ex presidente se ha reivindicado a sí mismo con su gesto. Aznar fue el hombre que introdujo a España en el euro. A simple vista, esto no es malo, al contrario, hay que ver lo bien que nos ha ido a todos con la moneda única europea. Otra cosita es cómo se logró que nos aceptaran en el entonces llamado ‘club del euro’. Un poco de memoria.

había lo que se bautizó como “criterios de convergencia”. Consistió en que había que tener un PIB y unos activos financieros que se marcaban en Bruselas. España no los cumplía ni por casualidad. Pero para algo estaban ahí Aznar, Rato, Montoro y todos los grandes lumbreras del PP.

aznar cambió la Ley del Suelo, con lo que todo lo que se pisaba se podía ocupar de edificios, se creó un gran acuerdo financiero entre la banca y la industria del ladrillo, y se lanzó como un caballo loco la economía improductiva. Por supuesto, se llegó a cumplir con todos los criterios de convergencia. Es lo que se llamó el milagro español, y que Aznar resumió en la frase “el milagro soy yo”.

el problemilla medioambiental pasó a un segundo lugar. Incluso la UE tardó unos años en avisar. Ya estaba Zapatero en el poder, cuando la UE decidió explicar a España que esto no podía seguir así, y que lo del Levante español era una aberración. Se ve que la Costa del Sol se daba por perdida.

luego vino la prórroga en forma de productos financieros inverosímiles acoplados a la burbuja inmobiliaria. Esto se prolongó hasta que se descubrió el pastel en EEUU y se vino abajo todo en una reacción en cadena (no en un efecto mariposa, como dicen los pijos que no tienen ni idea de física). En España, al caerse la industria financiera-inmobiliaria, el milagro se ha revelado como una auténtica mierda que ha dado lugar a millones de parados y un país desfondado y deprimido tras una década de desmedido ánimo de lucro.

ahora que hemos llegado hasta aquí conviene reactivar la figura de Aznar en la Universidad de Oviedo. El contexto. Aznar desmanteló la peseta para imponer el euro sin ningún otro criterio que el de convergencia y el premio al enriquecimiento rápido. Rápido como la blitzkrieg. Después se desplazó hacia la ex presidencia con el ánimo encendido. Ahí sigue, haciendo discursos por un lado y dedicado a sus negocios por otro, pero todo muy bien combinadito. Su personaje cada vez más recuerda a Jesús Gil: ultraderechismo revanchista, mala educación, soberbia inexplicable y grosería intelectual todo en uno.

después, sus negocios. Parece que el hacerse amigo de Bush le ha venido muy bien para cultivar ciertas amistades en el sector empresarial de la extrema derecha mediática, por ejemplo, y de ahí, a otros negocios. Es evidente que Aznar, que conoció la tasa Tobin en su paso por el gobierno, aplica rigurosamente la idea en su práctica. Al parecer, a nadie le resulta chocante que un ex presidente de gobierno se dedique a mediar en transacciones internacionales a cambio de un tanto por ciento; el mismo que la teoría de Tobin sugería que fuera para la inversión en desarrollo y en la práctica de Aznar se lo embolsa él mismo.

¿se entiende mejor ahora el gesto de Aznar? Es fácil. El hombre que comenzó el ciclo de ruina de este país retirando la peseta e introduciéndolo en el euro por la puerta falsa, se monta en el dólar y, tras alzar el brazo en la intimidad, alza el dedo en público a los estudiantes cuyo futuro no es ni de mileuristas: “volveos a la peseta, muertosdehambre”. Efectivamente, despejada la naturaleza de la prosperidad económica relámpago, queda la verdad: el milagro era él.