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Villar de Corneja - Avila

Poblacion:
España > Avila > Villar de Corneja
16-02-09 23:31 #1790191
Por:No Registrado
Robo del lino
LEYENDA DEL ROBO DEL LINO


Transcurría el Año 1846, recién terminada la gran victoria del general Espartero y bajo el reinado de Isabel II, nos situamos en un pequeño pueblo de Ávila llamado Villar de Corneja.

En él vivían nuestras dos protagonistas, María Sánchez, mujer honrada como la que más, conocida como la lavandera puesto que este era su oficio, y por otro lado Paca Díaz, mujer muy querida y apreciada por todos, su oficio era el de pregonera del pueblo. Nuestras dos protagonistas eran muy amigas ya que se conocían desde niñas y ambas vivían cerca de la iglesia.
Por aquel entonces en la casa de Alba lo que antes fue señorío de Valdecorneja hoy palacio de Piedrahita, se encontraban eufóricos por el triunfo del general Espartero momento que aprovecho la hermana Rosario, que vivía en el convento de Piedrahita y era prima de María “la lavandera”, para conseguir que los duques donaran doce madejas de Lino a la iglesia de Villar de Corneja, articulo muy escaso y apreciado como el oro en aquellos años. Estas doce madejas serian destinadas para bordar una túnica para el santísimo un paño para el sagrario y una vitola para Don Venancio, el cura.

Una vez donadas Agustina, el ama de llaves del cura, entregó las doce madejas a María “la lavandera”, ya que era profesional y tenia un don especial para conseguir un blanco como la nieve.

La noche anterior había sido lluviosa, pero la mañana se había levantado con un sol de primavera y María la lavandera, se dispuso a bajar al río Corneja para lavar el Lino, acompañada como de costumbre por Paca “la pregonera” que siempre la ayudaba en estos menesteres y así aprovechaba a lavar su ropa. Preparadas con un cesto muy grande de mimbre, cada una coge de un asa y en la mano que les queda libre llevan la banqueta de lavar y los panetes de jabón casero. De camino al río, Paca le comenta a María, que el agua de este viene muy revuelta por las fuertes lluvias de la noche anterior, lo cual no era bueno para la blancura del Lino y la sugiere que era mucho mejor ir a lavar al pozo de la era del “tío Carmona” que era frecuentemente utilizado por el pueblo para lavar las tripas de los cerdos, en la temporada de la matanza, y en los días que el río traía el agua revuelta se había utilizado para lavar la ropa porque manaba un agua limpia y transparente. Este pozo estaba provisto de una pila muy grande de granito de una sola pieza, con la ventaja de que esta era estaba pegada a la laguna en la que había unas piedras muy grandes y limpias donde tender el Lino. A María la lavandera esta idea le pareció bien y las dos cogieron la ropa de Paca la pregonera y las madejas de lino que llevaba María y se dirigieron hacia la pequeña laguna; pequeña, puesto que era poco profunda aunque llena de ranas, renacuajos y algún que otro pequeño pez que hacían las delicias de las múltiples cigüeñas que de allí se alimentaban.

La mañana estaba tan clara como sosegada; los pájaros no paraban de cantar, atareados haciendo sus nidos, las ranas de la laguna cantaban en coro y las cigüeñas desde la torre de la iglesia machacaban el ajo con sus picos, el verde de los prados brillaba como el terciopelo después de las lluvias del día anterior solamente quebrado por las campanillas que ya estaban florecidas; y algunas flores embarazadas estaban a punto de dar a luz empujadas por la nueva primavera. Todo transcurría tranquilo y sosegado.

Las dos mujeres llenan la hermosa pila de agua limpia, utilizan para ello un caldero de cobre que siempre tenía el tío Carmona al lado del pozo para uso de todo el que necesitara sacar agua.

María es la primera en lavar el Lino, para que este se secara antes y esmerándose mas que nunca en sacar un blanco como la nieve puesto que era para el santísimo. Cuando termina lo deja en las piedras que hay al borde de la laguna a unos 200 metros del pozo donde se encuentra Paca lavando el resto de la ropa; las dos mujeres que se encuentran solas por estos parajes pueden oír con facilidad las campanas de la iglesia, que hace la función de reloj para la gente que trabajaba en el campo. Marcando las doce del medio día, como era costumbre, María que había dejado el cocido puesto, le dice a su compañera, que se sube a casa a atizar la lumbre pidiéndola que echara un vistazo al Lino que se estaba secando en las piedras.
De camino a casa María se encuentra con Alfonsa, la mujer del sacristán, a la que le dice que había terminado de lavar el Lino que se estaba terminando de secar en las piedras de la laguna mientras sube a atizar el fuego. Alfonsa deseosa de ver tanto Lino junto y lo blanco que había quedado le dice a María que cuando baje a recogerlo, le avise para acompañarla.
Después de terminar de atizar la lumbre baja y recoger alguna que otra cosa de la casa ya que no tenía prisa puesto que Paca estaba al cuidado del lino, María baja a recogerlo no sin antes avisar a Alfonsa. De camino a la laguna las dos mujeres se encuentran con Manolito “el Gafotas”, hijo de Paca “la Pregonera”, éste sube con un cesto lleno hasta los topes de ropa limpia, este les dice que su abuela Vicenta le había mandado nada mas salir del colegio para que bajara mas ropa sucia a su madre y aprovechara para subirse la que ya estaba limpia, y así le quitaba peso a su madre.

Cuando las dos mujeres llegan al famoso pozo del “tío Carmona ” él cual aún existe encontrándose en prefecto estado propiedad hoy en día de Fausto Díaz (nieto de Vicente Díaz descendiente de los Carmonas). Hoy solo se utiliza para dar de beber al ganado, ya que hay agua corriente en el pueblo. También existe la famosa laguna visitada por las cigüeñas frecuentemente.

Las dos muy contentas se encuentran con Paca que estaba terminando de lavar, María y Alfonsa la ayudan a recoger y las tres juntas se disponen a coger el lino de las piedras que ya debería estar seco.
En la cara de las tres mujeres se deja ver el nerviosismo por ver lo blanco que había quedado el mencionado lino, pero al llegar a las piedras la cara de las mujeres cambio por completo al ver que de las doce madejas faltaban cuatro de ellas, el desconcierto entre las mujeres se dejaba notar en el ambiente. María la más nerviosa de todas puesto que era la encargada de las madejas, intenta encontrar al culpable del robo, daba vueltas y vueltas a su cabeza. Sí, el lino estaba a la vista de Paca, y está decía que nadie había pasado en toda la mañana por la laguna. María y Alfonsa solo habían visto a Manolito “el Gafotas” el hijo de Paca al que vieron cuando bajaban, transportando un cesto lleno de ropa limpia. Al menos, eso es lo que él, las había dicho, puesto que el interior no se veía por que iba tapado con un lienzo moreno, todo parecía encajar y estar claro, sobre todo para la mujer del sacristán, Alfonsa cruzo la mirada con María y acuso a Paca con sus ojos. Al volverse, la señalo por detrás con el dedo. María no terminaba de créeselo pero no podía ser otra persona, aunque no dijeron nada delante de Paca. La noticia corrió como la pólvora.

No había transcurrido ni un solo día y ya todo el pueblo acusaba y señalaba a Paca como la culpable del robo y a la que nadie perdonaba que hubiera sido capaz de robar al mismo Dios. Paca había pasado de ser una mujer muy querida, a ser la más despreciada. Intentaba en vano demostrar su inocencia, aunque todos sus esfuerzos no servían para nada, porque todas las pistas acompañaban a su culpabilidad hasta Don Venancio, el señor cura, durante el sermón del domingo lo dio a entender sin pronunciar ningún nombre. Aunque para todos estaba muy claro de quien se trataba, invito a la persona que tuviera en su poder las madejas, a que las devolviera rápidamente bajo confesión puesto que estaba en pecado mortal, porque el lino que había robado donado por los mismísimos duques de Alba, iba destinado al santísimo. Paca abrumada por las acusaciones de todo el pueblo y sin poder acudir a nadie, porque hasta el mismísimo cura creía en su culpabilidad se quedó sola y despreciada ante tal situación. Está cayó enferma, cosa que hizo que el pueblo se alegrara pensando en que era un castigo de Dios. Por otro lado Manolito hijo único de Paca al que cuidaba sola y sin marido, ya que era madre soltera, era también sospechoso del robo. El pueblo malignamente le había puesto el mote de “el niño del Lino”. Manolito que no entendía él porque de este nombre llegaba a casa llorando todos los días y con miedo de salir de ella, cosa que agravaba la enfermedad de Paca.
Ante este estado Paca fue visitada varias veces por don Avelino, medico del pueblo, el cual no encontraba una explicación a esta enfermedad, por lo que creía que se trataba de una nueva enfermedad, no obstante Don Avelino que no terminaba de creerse que esto fuera un castigo de Dios. Como buen profesional que era, aprovechó la visita que le hizo su hermano Don José en los días de matanza, ya que era uno de los mejores médicos de Ávila, que al enterarse del caso de Paca y dado el interés de Don Avelino la hizo un reconocimiento completo. Como era de esperar no la encontró ninguna enfermedad conocida, aunque si encontró una similitud con un caso de un paciente que había tenido de Arévalo, en su consulta del hospital de Ávila, éste paciente que había fallecido a causa de esta enfermedad le habían diagnosticado con un nombre muy raro, que nadie en el pueblo conocía, y que según la explicación que les dio Don José, era como un abandono a seguir viviendo. La única receta que él conocía para esto, era que había que dar al enfermo un cariño especial de los que le rodeaban, medicina muy difícil para Paca después de lo sucedido con el robo del lino.

Transcurridos unos días después de la visita de Don José, Pedro el alcalde se vio forzado, en contra de su voluntad, pero bajo la presión de las mas beatas del pueblo y aun más por Alfonsa, la mujer del sacristán, en cesar a Paca como pregonera del pueblo. Esto fue un verdadero mazazo para ella y una ayuda en su desesperación que no la dejaba ningún entusiasmo por seguir viviendo.
El día de jueves Santo de 1855 y a la misma hora que murió Jesús, nuestro señor, se deja morir Paca que se sentía tan abandonada y despreciada por todos los del pueblo.

Mientras en la casa de los Duques de Alba en Piedrahita sin haberse enterado de nada de lo sucedido, gracias al interés del pueblo del Villar que estaba apunto de percibir un dinero de los Duques, para la reparación del campanario de la iglesia, y por miedo a que no se lo concedieran no habían dicho nada de la desaparición del lino que seguía sin aparecer. Cuando había transcurrido solo unos meses de la muerte de Paca, la pregonera en Agosto de 1855 las cigüeñas ya habían abandonado su nido, con sus poyuelos. Y dan comienzo las obras del campanario. Con la consiguiente demolición del punto más alto de la torre, que cae al suelo junto con un gran nido de cigüeñas, la sorpresa de todos los que están allí se produce cuando entre los restos del nido aparecen la cuatro madejas de lino, todavía en buen estado por el poco tiempo que había transcurrido desde su desaparición. Habían aparecido las verdaderas culpables del robo del lino,
Sin saber que eran para la iglesia, ellas las llevaron a lo más alto de la casa de Dios.

Una desolación cae sobre el pueblo del Villar que había acusado y despreciado injustamente a Paca. Don Venancio el cura, junto con el pueblo se encuentran muy arrepentidos. Él hace uso de su influencia y manda a estudiar a Manolito al seminario de Arenas de San Pedro (Ávila) éste se hizo cura y se marcho a América del sur, estuvo en Paraguay y Argentina.

Las madejas de lino fueron expuestas en una vitrina de cristal junto al confesionario con una foto de Paca para recordar al pueblo y a sus visitantes que no se debe acusar a nadie sin estar seguro de su culpabilidad.
Desde entonces todos los años a la misma hora en que murió Paca “la Pregonera”, el día de Jueves Santo se reza por ella y se guarda un minuto de silencio; se pide a Paca que perdone a su pueblo que fue tan cruel con ella. Cosa que estoy seguro que Paca hace a su pueblo desde el cielo.



¡Sea verdad o mentira;
la copla que aquí narramos
no faltan oídos sordos,
a veces, a los cristianos!

¡Alma que estás en pecado
si esta noche te murieras
piensa bien a dónde fueras




Autor de la leyenda Fausto Díaz



Puntos:
24-11-09 19:10 #3951269 -> 1790191
Por:No Registrado
RE: Robo del lino
creo que es muy fuerte comentar algo sobre el pueblo cuando esas personas que mencionas no pueden defenderse.que por favor deje de una vez al pueblo en paz y se centre en su Colmenar
Puntos:

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