Villar de Corneja - Ávila

LA SIEGA DEL HENO

SIEGA Y RECOLECCIÓN DEL HENO A MANO HASTA
MEDIADOS DEL SIGLO XX.
Estuvo archivado mucho tiempo en el guardarropas de mi memoria.
El heno se siega sobre mediados de junio dependiendo de los prados si son secos o están en vaguadas húmedas, si la primavera llueve mucho o poco.
¿ Qué es el heno? Es hierba alta entre 40 y 60 centímetros. hay que segarla en un punto de madurez cuando está granada que es cuando tiene más alimento
y merma menos al secarse, pero que no esté seca del todo. De esa manera se queda con la sabia quedando un color verde seco y un aroma que perdura meses, que los animales agradecen en invierno cuando no hay hierba en los prados. Debe estar protegido del agua y del viento para conservar bien las proteínas.
Una vez segada la hierba, se la deja secar tal y como queda al cortarla, dándole al menos una vuelta poniendo lo de abajo arriba, suele ser el secado de uno a dos días, según la humedad del aire la temperatura y el espesor del maraño.
Es importante darle un secado en su punto, es decir que se pueda amontonar sin que fermente la hierba, pero no más de lo necesario para que le quede más sabor y olor, de lo contrario no sería heno sino pasto seco.
¿ CÓMO SE RECOGIA?
Se recogía con rastros de madera de un metro de anchura se hacía un montón llamado marañó se rastreaba unos cinco metros a la derecha y otros cinco izquierda todo lo largo que fuera la finca, juntándolo para facilitar la carga al carro, haciendo cuantos maraños fuera preciso según las dimensiones del prado y dependiendo de la cantidad de hierba que hubiera, es una labor muy pesada. Recuerdo que íbamos todos los de la casa aun que fuéramos niños, era costumbre ayudarse entre las familias y amigos. Se ayudaban unos a otros en estas faenas fuertes, unos días segaban lo de uno y otro día lo del otro de forma que se recogiera en un plazo corto para que no se secara demasiado, y por precaución de las tormentas que es el mayor enemigo del campo. Si se moja por una tormenta se multiplica el trabajo porque hay que darle varias vueltas de secado y además pierde mucha calidad. Era costumbre después de terminar reunirse para merendar cosas de la matanza; jamón, chorizo, lomo, tortillas, sin faltar el vino.
¿ CÓMO SE SEGABA?
El instrumento más usado durante muchos siglos fue la guadaña, o dalle. Aún en nuestros días de 2004 en Asturias y en otras partes del Norte de España se usa cuando el desnivel del terreno no admite maquinaria en explotaciones ganaderas pequeñas.
A principios del siglo xx salieron máquinas de segar. Recuerdo en casa de mis padres una maquina que compró de segunda mano por los años cincuenta que le costó 5.500 pts. Era de dos ruedas metálicas tirada por tracción animal, en la mayoría de los casos por bueyes ya que era muy pesada. Tenía asiento para el segador, un peine de un metro cincuenta de anchura que salía del lado derecho, tenia un mecanismo manual que se levantaba y se ponía vertical para el paso por los caminos, se bajaba ya en el prado. Tenía para regular la altura de siega según las condiciones del terreno, el cual debía ser sin obstáculos, aunque hubiera alguna pendiente no muy pronunciada se podía segar. Yo recuerdo que era todo un acontecimiento un gran adelanto, hacía lo que varios hombres a mano. Años más tarde conocí las maquinas a motor de gasolina eran muy similares sobre todo el peine, también tenían asiento para el segador y el peine lo llevaba delante en lugar de al lado, ya que al no ir delante la yunta se ponía perfectamente, y las ruedas de goma. Más tarde, por los años setenta llevaron por la zona de Ávila empaquetadoras que ataban y hacían alpacas lo cual ahorraban mucho tiempo y esfuerzo físico.

¿DÓNDE LO GUARDABAN?
En muchas zonas se metía en la almealera que es un cercado en redondo en la misma finca para separarlo del ganado. Se ponía un palo en el centro y se hacía la Almela. Se iba echando el heno alrededor del palo pisándolo haciendo un redondo ancho de abajo rematado arriba muy estrecho en forma de piña, luego se peinaba con un rastro para que las pajas quedaran vertical. En el remate se ponía unas ramas de árboles colgando para que el aire no se llevara el heno en la parte superior antes de que se apretara por su peso, de esta forma aunque parece extraño no se calaba nada el heno y se conservaba tal y como se metía, excepto una pequeña capa en el exterior que se quedaba descolorido ó sea, pasto seco por el contacto del agua y el sol pero no se pudría. En algunos casos los menos se hacía en forma de pez. Esto tenia muchas ventajas.
Primero, no transportarlo a donde hubiera para meterlo de bajo de techo,
se necesitaba mucho sitio, que la mayoría no tenía. Lo más cómodo era que cuando llegaba el invierno, se llevaban las vacas u otros animales al prado, si era necesario ayudar al ganado en su alimentación y lo tenia allí sin tener que trasportarlo de nuevo. Cuando se empezaba la almela se hacía por la parte que estaba más resguardada de la lluvia se empezaba por la parte de arriba donde ya era gruesa, se pelaba el heno en línea recta hacía abajo, como un corte de un queso, de esa manera no le pasaba las lluvias y se iba gastando según las necesidades fue un invento nacido de la necesidad, que dio un excelente juego, hasta que vino el invento de las alpacas que redujo un 80% el volumen del heno y la paja, facilitando el trasporte.
Qué alegría en junio ver pasar carros cargados de heno, el olor y la fragancia, de lo que crece de verde.