Navapark - Avila

Para nostalgicos, hay un refran que no es exactamente así, pero dice "las cosas mal empezadas, mal acabadas", esta noticia aparecida en el año 78 en El PAIS, ya dejaba anticipaba como iba a ir el asunto...

03/11/1978

Tres ministerios y el Gobierno Civil de Avila, incapaces de controlar a una constructora
Navapark, una urbanización irregular en Navahondilla

La Comisión de la Sierra -organismo de planeamiento urbanístico de Avila- reconoce que la urbanización Navapark se ha levantado sin licencias de obras ni plan parcial. La delegación de Sanidad, que el agua potable de la misma no es tal, por la gran cantidad de gérmenes que lleva disueltos. El gobernador civil de Avila ordena paralizar las obras y la venta de nuevos chalets. La empresa, Getesa, hace oídos sordos y sigue con sus operaciones, sin que la Administración sepa, o se atreva, a adoptar una postura firme. La urbanización Navapark, ubicada en Navahondilla, muy cerca del límite con Madrid, puede pasar a engrosar la lista de actuaciones urbanísticas irregulares.La historia de Navapark comienza con la creación de una sociedad, Getesa, que promete chalets, destinados a la clase media, con todos los detalles propios del confort standard y arropados por una extensa gama de equipamientos recreativos. Al margen de que -según cuentan los afectados, organizados en una comunidad de propietarios legalizada- no se han realizado las obras mínimas de infraestructura, es la larga serie de gestiones sin resultado lo que les lace dudar de la eficacia, no ya sólo de la ley, sino de la voluntad de quienes deberían velar por su cumplimiento.
Getesa se constituyó en agosto de 1974, y sus socios fundadores son Antonio Pérez Rodríguez, que suscribió el 99% del capital inicial; su esposa, Adoración Fernández, y José García Morales. Una empresa filial de la anterior, Aguas de Navapark, está formada por el primero de ellos, por ManueI Lamas y por Joaquín Argote Alarcón, este último gobernador civil de Zamora, y que además figura como abogado de la primera sociedad desde marzo de 1977. El Ministerio de Industria ya desautorizó las actividades de la sequnda sociedad por no ajustarse a la ley, aunque eso no impidió que la empresa continuara pasando al cobro los recibos del agua. Ha tenido que ser el gobernador civil de Ávila quien enviara una orden expresa prohibiendo a Aguas de Navapark la continuidad de sus actividades.


El agua no es potable
Los compradores comenzaron a dudar de la forma de actuar de Getesa cuando ésta les exigió cantidades que oscilaban entre las 90.000 y las 150.000 pesetas a la entrega de las llaves, aunque dicha entrega no estuviera acordada previamente. Una visita a la Deleización Provincial de la Vivienda de Ávila les puso al corriente que no existía plan parcial alguno, ya que éste había sido denegado por la existencia de infracciones tan graves como el que no hubiera licencias de obras municipales, careciera del permiso oficial del aparcelamiento del terreno, falta de caudal de agua suficiente, inexistencia de depuradoras y hasta nueve irregularidades más.Esto ocurrió a últimos del año pasado. En abril de éste la Jefatura Provincial de Sanidad, a requerimiento de los afectados, informaba que «el agua no es potable bacteriológicamente por la riqueza en gérmenes», y calificaba las condiciones de extracción por pozos, almacenamiento y la existencia de un basurero incontrolado a menos de doscientos metros, como «un peligro sanitario para los habitantes de la urbanización».
En septiembre los compradores han solicitado al Ministerio de Industria la comprobación de que la sociedad haya depositado las cantidades cobradas a su costa en concepto de ITE (Impuesto de Tráfico de Empresas). y que ascienden a unos 2.500.000 pesetas aproximadamente. Aún no han recibido contestación.
En la resolución de la Comisión de la Sierra por la que se deniega la aprobación a la urbanización Navapark se prohíbe también expresamente el anunciarse en la prensa, y se le abre un expediente sancionador. Los anuncios han seguido apareciendo -los denunciantes enviaron un ejemplar de uno de ellos al gobernador civil- y del expediente no se ha vuelto a saber nada. Por su parte, el Ayuntamiento de Navahondilla ha preferido desentenderse del asunto.
Con fecha 31 de agosto, y ante las continuas visitas de los afectados, el gobernador civil de Ávila ordena la paralización de las obras, lo que por ahora tampoco se ha cumplido.
Durante dos días EL PAÍS intentó ponerse en comunicación con el zobernador civil de Zamora para pedirle su versión de los hechos, pero debido a sus quehaceres no fue posible localizarle.
Según ha sabido EL PAÍS, la participación del señor Argote en la sociedad Aguas de Navapark consistía en una acción, por importe de mil pesetas, que fue vendida un mes más tarde de constituirse la sociedad, en marzo de 1977.