Mombeltrán - Avila

Son ingleses, hermanos y tienen 10 y 11 años... Juntos atraparon a dos críos de 9 y 11 años, se los llevaron hasta un barranco y, durante una hora y media, "disfrutaron" sádicamente torturando a sus víctimas/prisioneros: los golpearon con palos y piedras, los hirieron con alambres de espino, trataron de estrangularlos con cables, les pusieron botellas rotas en el cuello, los aporrearon en la cara y en los genitales, los obligaron a simular actos sexuales, les quemaron con cigarrillos las heridas que ellos mismos les habían hecho, les cubrieron la cabeza con bolsas de plástico y les prendieron fuego... Si los torturados sobrevivieron fue porque a uno de sus torturadores, el de 11 años, le "dolía el brazo", según confesión propia... ¿El motivo de tanto horror "Es que nos aburríamos. No teníamos nada más que hacer".
Estos sádicos precoces han sido condenados por la Justicia británica a "detención por tiempo indefinido"... Una detención que durará, al menos, cinco años. Y ello a pesar de "atenuantes" como que los hermanos veían en su casa películas pornográficas y de "horror sádico" y que, el mayor, fumaba desde los 9 años el cannabis que cultivaba su padre.
Eso ocurre en Gran Bretaña... ¿Y en España?
Pues en España sucede que, hace seis años, una niña con discapacidad mental, Sandra Palo, fue arrastrada hasta un descampado de Madrid por cuatro menores de edad. La violaron, la machacaron pasándole varias veces un automóvil por encima y, finalmente, la quemaron viva... El cabecilla del tormento y del asesinato se llama "el Rafita" y lleva ya un tiempo en la calle, en libertad vigilada... No muy "vigilada", al parecer, porque ya ha quebrantado la ley cuatro o cinco veces y, en estos días pasados, fue detenido por robar un coche...
Y en España sucede que, ayer, se cumplió un trágico año de la desaparición de la niña sevillana Marta del Castillo... Su asesino confeso está en prisión, a la espera de jucio; pero él y sus presuntos compinches se han mofado todo lo mofable de las fuerzas del orden y de la propia justicia - y de la pena inconsoloble de los padres, pariente, amigos de Marta- despistando, mintiendo, ocultando en paradero de su víctima.
Y eso es lo que ocurre en España. ¿Hasta cuándo?... Esta mañana he escuchado una frase que puede indicar la dirección correcta de las reformas de la Ley que necesitamos imperativamente ante tales bestialidades inhumanas cometidas por menores contra menores, contra niños y niñas como Sandra y Marta... La frase es: "No se trata de castigar más sino de proteger más". Creo que hay que comenzar a caminar ya hacia esa meta tan lógica, tan imprescindible.

A mi lo que más me cuesta comprender es la capacidad que tienen ciertos seres humanos para infligir dolor, con ensañamiento, abuso y escarnio, sobre otros seres humanos, sin sentir el menor cargo de conciencia ni sentimiento de compasión. Esto es algo que me inquieta y me intriga al mismo tiempo. Para mi es algo inconcebible, pero, lamentablemente, la mente humana es capaz de originar comportamientos monstruosamente sádicos.

Yo creo que estos comportamientos son propios de personas que carecen absolutamente de la capacidad de ponerse en la piel del otro, del que sufre o de aquel al que ellos mismos están torturando.

Lo malo es que este tipo de mentes no se dan únicamente en delincuentes comunes o juveniles, sino también en personas aparentemente sanas y respetables desde un punto de vista psico-sociológico, pero que no dudan en tomar decisiones y adoptar actitudes que causan dolor y sufrimiento ajeno, sin inmutarse.