La emigración femenina a la ciudad desequilibra el censo en los pueblos Diario de Avila 08/10/2009 Medio rural La provincia registra una ‘masculinización’ de su medio rural. Los últimos datos recogidos por un estudio de La Caixa revelan que sólo el 38% de las adultas jóvenes viven en los pueblos Juan Carlos Huerta-Abargues Casi uno de cada cuatro habitantes de la provincia es mayor de 69 años (el 23,3%. -25.442 personas-), una tasa de envejecimiento muy por encima de la media nacional (16,4%) y ligeramente superior a la regional (22,2%), según un estudio reciente de la Fundación la Caixa titulado La población rural de España. De los desequilibrios a la sostenibilidad, coordinado por Luis Camarero, doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED. Esta elevada edad media de los habitantes de los pueblos abulenses conlleva altas tasas de discapacidad, un hecho que se ve agravado por la dispersión de infraestructuras y de los servicios asistenciales del entorno rural, según los apuntes valorativos del citado trabajo. Del mismo se desprende también otro hecho importante: la «creciente masculinización de las zonas rurales españolas. En Ávila, la proporción de sexos es de 82 mujeres por cada 100 hombres, en Castilla y León es del 81,9% y la media española es del 87,6%». Una de las principales causas de esta acrecentada desproporción de sexos es la creciente emigración de las mujeres a los núcleos urbanos, «especialmente, la de aquellas pertenecientes a la generación soporte, estratégica para la sostenibilidad económica y social del mundo rural, por hallarse en edad activa, reproductiva y al cargo del cuidado de menores y mayores dependientes». Estos nuevos registros han producido cambios importantes en las estructuras familiares de los municipios rurales. «Las tasas de los hombres que viven solos y de los hombres no emancipados que aún viven con los padres llegan actualmente al 12% y al 30%», respectivamente. Además, según las mismas fuentes, un 76,8% de las mujeres que habitan en estos municipios convive con la pareja, y un 70% tiene hijos, mientras que solo el 51,6% de los hombres vive en pareja y únicamente el 45,4% tiene descendencia. La emigración femenina a las ciudades y poblaciones semiurbanas se ve alentada por las oportunidades educativas y laborales que éstas ofrecen, además de las mejores condiciones en cuanto a prestación de servicios básicos y de transportes, que permiten conciliar con mayor facilidad la vida laboral y familiar.
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