Mombeltrán - Avila

Gregorio Esteban Sánchez Fernández, conocido por todos como Chiquito de la Calzada, inventó un nuevo humor y un lenguaje propio, incluso antes de los dolores. Un idioma invencible, sin fronteras, universal. Hoy, desgraciadamente, a la edad de 85 años nos ha dicho adiós. O como diría el mismo Chiquito: “hasta luego, Lucas”.

Este país de pandereta, autonomías insolidarias y políticos de pitiminí aprendió pronto a hablar en “chiquitistaní”. Chiquito inventó un lenguaje que daba brillo y cohesión a un estado plurilingüe empeñado en hacer de sus diferencias un abismo. Un idioma que escondía chistes sobre desavenencias matrimoniales, flamenco, hambre, paro, y “salidismo” ibérico.

Un lenguaje que hablan, entienden y ríen andaluces, aragoneses, asturianos, balearicas, canarios, cántabros, catalanes, castellanoleoneses, castellanomanchegos, ceutíes, extremeños, gallegos, madrileños, melillenses, murcianos, navarros, riojanos, valencianos y vascos, todos. Él solo consiguió aunar a todos, cosa que nunca o rara vez han conseguido los políticos en activo, ventajistas o populistas de turno, o jubilados, que pululan por periódicos, radios y televisiones dando y quitando razones que no saben sembrar ni afianzar en la convivencia colectiva para que arraiguen y fructifiquen en una sociedad empática, moderna y solidaria.

El diccionario de Chiquito incluía términos que abarcan conceptos que definen casi todo lo que a veces decimos y, por lo tanto, somos, para bien o para mal, como pueblo. Valga como ejemplo: “Al ataquer, Benetérica, Cuidador, Cobarder, Cuidadín, Diodenal, Fistro, Gloria de mi madre, Gree jander, Guarrerida, Jarl, Nooor, Torpedo, Quietor, Te das cuen, Hasta luego, Lucas,etc.”

Muchas gracias Chiquito, por tu genialidad y por todo lo que nos has dado. Tu recuerdo hace brotar sonrisas en un país de sinrazones. Hoy, sin embargo, España entera llora el deceso de uno de sus ídolos. Ya eres eterno por la gloria de tu madre.

¡¡¡Hasta siempre, Lucas!!! ¡¡¡Hasta siempre, Chiquito!!! D.E.P.


Y por todo ello: ¡No habrá paz para los españoles malvados!