Mombeltrán - Avila

El concejal de urbanismo, desarrollo rural, deportes y festejos, pero no evidentemente de cultura, del ayuntamiento de la Villa de Mombeltrán se caracteriza por sus ocurrencias y salidas de tono, amén de su limitada capacidad dialogante acompañada de un carácter tosco y prepotente a la hora de contrastar opiniones y puntos de vista diferentes sobre sus actuaciones. Incluso muchas veces se ha llevado un buen ¡zasca! por intentar pasarse de ocurrente. Al final casi siempre queda en evidencia por no saberse la lección que toca e improvisar más de la cuenta dada su obtusa y cerrada visión de los asuntos que "lleva" entre manos y le llevan irreversiblemente de cabeza.

No son pocos los villanos y visitantes que han chocado con él por la manifiesta falta de actitudes y aptitudes mostradas a lo largo de los dos años y medio que lleva al frente de la concejalía multiusos del ayuntamiento villano. A sus decisiones poco o nada rigurosas, no fundamentadas y casi siempre injustificadas de urbanismo y desarrollo rural -en este aspecto todavía se le espera la primera iniciativa novedosa que aporte valor añadido- se une su afán de protagonismo sustentado en grandes dosis de improvisación o simplemente de favoritismo/determinismo en el resultado final. A todo ello, hay que unir los desastres continuados que lleva demostrados en la deplorable gestión del deporte villano así como en la programación, organización y ejecución de los programas de festejos con los que castiga, desanima y aburre a una gran parte de los villanos y visitantes. Quizá este concejal piense, como aquel otro, que “las intervenciones de los políticos deben ser breves, muy breves, cuanto más cortas mejor, como las minifaldas”, ya que su manera de referirse a los asuntos que le atañen es más propia de un cazurro “tardofranquista” que de un concejal democrático.

Muchos villanos y visitantes consideran que, después de casi dos años y medio de gobierno del populismo panfletario en Mombeltrán, no se han resuelto ninguno de los problemas graves que estaban planteados antes de las últimas elecciones. Por ejemplo, seguimos sin saber cuál es el objetivo perseguido para reflotar/relanzar el pueblo y dejar que parezca/aparezca como un pueblo abandonado, despoblado o en ruinas. De hecho, vivir hoy en Mombeltrán es más difícil, costoso y caro que cuando este grupo de iluminados llegaron al gobierno municipal. Los villanos pagan más impuestos por los mismos o incluso peores servicios que antes. La transparencia en la gestión y las aclaraciones/explicaciones sobre los asuntos conflictivos que preocupan a los vecinos muchas veces son inexistentes o directamente se obvian, gracias al rodillo que les proporciona el pacto nunca suficientemente explicado con la actual teniente de alcalde socialista. De hecho, no sólo no se están resolviendo los problemas del pueblo, sino que, además, el grupo municipal presenta una radical desorganización dentro de sus filas, de la que son prueba algunos enfrentamientos entre sus concejales y las continuas trifulcas con dimes y diretes entre ellos y el entorno que los sostiene o ampara. Por eso es necesario que el alcalde y sus concejales reaccionen y pongan los cinco sentidos en su trabajo y al servicio del bien común de todos los villanos, y no solo de algunos de los más próximos. Muchos villanos piensan que no se puede consentir que un gobierno tan desastroso a mitad de mandato quede completamente impune ante la inoperancia e ineficacia que están constantemente demostrando.

La carambola de hace poco más de dos años y medio se antojaba casi imposible, pero se completó en todas sus vertientes. En principio, para dar vida a un nuevo orden en el gobierno del pueblo, al menos, durante un periodo de cuatro años. Ahora pasado ya el ecuador del mandato, no son pocas las voces villanas que claman frente a los desafíos que no han abordado ni resuelto el equipo de gobierno y sus asesores-peñistas. Su labor se resume, a día de hoy, a poco más que medidas y obras de relleno que poco o nada solucionan al conjunto del pueblo, cuando la repercusión que pueden tener sobre el futuro del mismo es bastante limitada, por no decir, insustancial. Sin duda, ésta no es la ‘rentrée’ que esperábamos de los que venían a transformar la vida y el futuro del pueblo, y que han vuelto a dar desgraciadamente una auténtica lección de falta de estilo, propuestas y elegancia con una imagen reciclada y rancia que nos recuerda demasiado a lo que pensábamos habíamos dejado atrás para siempre. El compromiso virtual de los elegidos con sus votantes no nos debería conducir de nuevo al punto de partida y a las formas deplorables de antaño. ¡Quién se ha dedicado a sembrar la duda empieza a recolectar lo que se merece: un fracaso clamoroso!

Y por todo ello: ¡No habrá paz para los villanos malvados!

El Concejal Multiusos no es el culpable del decepcionante pufo q supone la gestion minicipal.

El Moro es para mandado y si no se le manda pues anda dando tumbos como pollo sin cabeza.
El responsable es el Alcalde.
Y tanto como el Alcalde su grupito peñista.
El milagro se produjo para q en este pueblo quede claro q avin Alcalde nefasto y lamentBle no le puede relevar más q un Alcalde incompetente, inepto y desmemoriado.
Se deben estar frotando las manos los q con sus votitos contribuyeron y contribuiran a ponrr a caciques facciosos a administrar ese Ayuntamiento.