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Mombeltrán - Avila

Poblacion:
España > Avila > Mombeltrán
13-12-12 12:28 #10869835
Por:elnombredelarosa

¿¡Es Navidad en Mombeltrán!?
"Navidad, es Navidad.
Es Navidad en La Villa
y también en Mombeltrán.

Julián, ¿adónde vas?
Olvídate de Mariano,
de Soraya y de Cospedal.

Julianico, Julianico,
aunque todo está muy mal.
Yo te ruego y te suplico
ten un poco de piedad.

Julianico, Julianico,
llévame a tu portal.
Donde pega un sol muy rico
y hay un clima tropical.

Navidad, es Navidad.
Hay fiesta en Génova trece
y en Pamplona mucho más.

Don Mariano, Cospedal,
un tal Cervera aparece,
y esto me huele fatal.

Julianico, Julianico,
la razón del sinvivir.
En el fondo es un buen chico
que al infierno quiere ir.

Julianico, Julianico,
vete "pa" el Arenal,
que el coche amarillo
se acaba de atascar.

Navidad, es Navidad.
Que Navidades tan negras
las que se adivinan ya.

Cuando vengas al portal,
los que viven solo del pesebre
se lo pasan fenomenal.

Villanicos, Villanicos,
con o sin portal,
como dice Arturico
que tengáis un "Bon Nadal".

Julianico, soy tu hermano
y te quiero recordar,
que cuando llegue el verano
lo tienes ya que dejar.

No te vayas todavía,
no te vayas por favor.
No te vayas todavía,
que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.

Algo se muere en el alma
si Julián nunca se va.
Y ante todo mucha calma.
Y mañana Dios dirá.

Si ya estoy, ya estoy muy triste,
el gorrión en el cristal.
Y aquel beso que me diste
fue el adiós en tu portal.

Un castillo sin abolengo
me preguntaba: ¿qué, qué tal?
En un día gris marengo,
en mi pueblo Mombeltrán.

Y te has pintado la sonrisa de carmín... Gaviota!!!"


¡Que No Calle La Calle!

¡Por la rebelión cívica de la Villa de Mombeltrán!
Puntos:
13-12-12 14:55 #10870226 -> 10869835
Por:ROTURA-ANAL

RE: ¿¡Es Navidad en Mombeltrán!?
Noooooooo te cansas de escribir siempre lo mismo, para este pueblo de gente down?
Da.da.da.da.da.downnnn
Da.da.da.da.da.downnnn
Da.da.da.da.da.downnnn
Dada,u,dada,u,da,daaaa
Y con eeeeel! down,down,donw,dooooonw

Y fidel... mariconson
Puntos:
20-12-12 20:01 #10889378 -> 10870226
Por:elnombredelarosa

RE: ¿¡Es Navidad en Mombeltrán!?
Ven a la casa consistorial
al llegar la Navidad.
Todo un mundo de ilusión
allí podrás encontrar.
Ven a la casa consistorial
con tus "amigüitos" a disfrutar.
Al llegar la Navidad, dad, dad, dad, dad...

"Y en la puerta del concejo
voy a poner un petardo.
No me lo digas dos veces
porque ciertamente ardo.

Navidad y Nochebuena
con el ínclito tahonero.
Dame ya el tercer disparo
que me muero, que me muero.

Arre Julianico, Julianico arre,
arremángate soy intruso y quiero carne.
Arre panadero, yo voy medrar.
Y si no me enchufas, no vuelvo a votar.

En el cielo hay una estrella
que a los Reyes Magos guía.
Lo del yerno de los reyes
no lo arregla ni su tía.

De Moncloa se largaron
Zapatero y sus okupas
pero como no sube el paro. (Pero, mire usted, está subiendo)
Las estáis pasando pu, pu, pu, pu, pu, pu...
Puros, quiero, quiero puros.
Feliz Navidad y Próspero Año.

Arre Julianico, Julianico arre,
arremángate conmigo alguna tarde.
Arre alguacil, me ha dicho Belén,
que cuando te escucha le pones a cien.

Botellones en Nochevieja
en el despacho del alcalde.
Me da que el próximo año
tendremos también que aguantarle.

Oigo al alguacil en mi casa
mientras me tomo una caña,
para ver que es lo que pasa
en esta aldea de una decadente España.

Arre Julianico, Julianico arre,
arremángate soy intruso y quiero carne.
Arre panadero, yo voy medrar.
Y si no me enchufas, no vuelvo a votar.

Arre Julianico, Julianico arre,
arremángate conmigo alguna tarde.
Arre alguacil, me ha dicho Belén,
que cuando te escucha le pones a cien."


¡Que No Calle La Calle!

¡Por la rebelión cívica de la Villa de Mombeltrán!
Puntos:
23-12-12 10:15 #10894599 -> 10889378
Por:No Registrado
RE: ¿¡Es Navidad en Mombeltrán!?
Feliz Navidad a todos los villanos y villanas de buena voluntad.
Puntos:
23-12-12 15:46 #10895126 -> 10894599
Por:No Registrado
RE: ¿¡Es Navidad en Mombeltrán!?
Feliz Navidad Y prospero año 2013.

A todos los Villanos Buenos Y Malos .

FELIZ NAVIDAD A TODOS Y PROSPERO AÑO NUEVO 2013

QUE TODO EL QUE NO TENGA TRABAJO LO ENCUENTRE.

QUE TODO EL QUE NO TENGA SALUD LA RECUPERE.

QUE TODO EL QUE NO TIENE AMOR LO ENCUENTRE.

Confundido
Puntos:
23-12-12 18:21 #10895380 -> 10895126
Por:ROTURA-ANAL

RE: ¿¡Es Navidad en Mombeltrán!?
Viva la Borbon:

Felices fiestas a todos y como dicen las viejas de la villa "virgencita que me quede como estoy".

¡Haber que subnormalidades nos suelta este año el consanguineo!.

La del año pasado fué así:

Buenas noches. En Nochebuena, como cada año, me dirijo a todos vosotros para transmitiros mis mejores deseos de paz y felicidad.

Al término de este año difícil y complicado para todos, quiero hablaros con sinceridad y realismo, sin rehuir los problemas que nos aquejan como sociedad.

Quiero hacerlo con la confianza y el optimismo que me inspiran las virtudes del pueblo español, al que quiero con todo mi corazón y al que a lo largo de estos treinta y seis años de reinado he aprendido a conocer a fondo y a admirar con orgullo.

Llevamos varios años sumidos en una severa crisis económica y financiera cuyas causas complejas no son siempre fáciles de entender, pero cuyos efectos negativos son para todos evidentes. Para muchos, tristemente demasiado evidentes por su dureza.

Es una crisis que está llamada seguramente a modificar hábitos y comportamientos económicos y sociales.

Si España ha alcanzado en los últimos decenios las más altas cotas de progreso y bienestar de su historia, ahora hemos de saber reconocer con humildad cuáles han sido los comportamientos en los que, como individuos y como grupo, hayamos podido equivocarnos.

Sólo a partir de este reconocimiento, y con los mejores valores de nuestra sociedad por delante, podremos comenzar a superar esta crisis.

Será necesario para ello un planteamiento global, un enfoque de conjunto cuyas líneas maestras y medidas concretas corresponde diseñar, desarrollar y aplicar a los responsables políticos y a los agentes económicos y sociales.

En este ámbito a mí me corresponde, como Jefe del Estado, animar a esas instancias a trabajar sumando voluntades, no restándolas; acercando posiciones, no distanciándolas; buscando avenencias, no rechazándolas. Animarles a trabajar con diálogo y altura de miras, con rigor y convicción.

Sé, sabemos todos, que el camino de la recuperación no será corto ni tampoco fácil, que exigirá sacrificios.

Por eso resulta tan importante que la sociedad en su conjunto asuma la trascendencia del momento y sepa responder a los desafíos de una situación tan difícil como la que vivimos con el necesario realismo, pero también con mucha generosidad, con mucha solidaridad hacia quienes por sus circunstancias económicas o familiares son más vulnerables.

Vivimos una crisis de naturaleza global que ha puesto de manifiesto la dificultad de que cada país pueda afrontarla aisladamente. Las soluciones exigen establecer de forma coordinada medidas efectivas.

En ese empeño se encuentra la Unión Europea y en él Europa encontrará a España en la vanguardia, como actor destacado que desea seguir jugando un papel relevante. La vocación europeísta de España se hunde en las raíces de la historia de nuestro continente, y nuestro compromiso es tan fuerte e intenso con su futuro como lo es hoy con su presente.

Una vocación europeísta que gana valor y peso con la solidez de los lazos que nos unen con las naciones iberoamericanas y con nuestros vecinos de la orilla sur del Mediterráneo.

La crisis es internacional pero también tiene perfiles nacionales propios. El más doloroso de todos es, desde luego, la elevada tasa de desempleo que sufrimos, moralmente inasumible para un país vertebrado, moderno y solidario como el nuestro.

Es cierto que, en una coyuntura como la que vivimos, los temas que requieren una solución prioritaria se agolpan ante nuestra puerta, pero si tuviéramos que destacar la máxima prioridad creo que ninguno dudaríamos en señalar la lucha contra el desempleo como objetivo último y cierto.

Ciudadanos, instituciones y administraciones públicas debemos volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y de sus familias.

Con una cifra de parados inaceptable, y que lo es todavía más entre los jóvenes que buscan su primer empleo, quiero rendir un hondo homenaje de agradecimiento y admiración a las familias, cuya generosidad y entrega está siendo clave para que nuestro país mantenga los actuales niveles de estabilidad social.

Todas las medidas que se adopten deben tener como objetivo final la recuperación del empleo, pues esta es la principal palanca que puede dar a cada individuo un horizonte de dignidad y estabilidad, y al conjunto de la sociedad una expectativa de prosperidad.

Estabilidad y prosperidad, en el marco de nuestra Constitución, es lo que esta gran nación española ha sabido construir en paz y libertad a lo largo de las últimas décadas, junto con un Estado de Bienestar necesario para mantener la indispensable cohesión social que la justicia distributiva reclama.

Estos son también nuestros desafíos de hoy. Las herramientas para enfrentarlos con éxito son los valores que han hecho siempre grandes a los pueblos: educación, trabajo, esfuerzo, iniciativa, compromiso, solidaridad, entre otros.

Son los que necesitamos potenciar, tanto colectiva como individualmente, más que nunca en la coyuntura actual.

Junto a la crisis económica, me preocupa también enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones. Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar.

Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos.

No debemos, sin embargo, generalizar los comportamientos individuales, so pena de cometer una gran injusticia con la inmensa mayoría de servidores públicos, y también de empresarios o trabajadores del sector privado, que desarrollan su labor de forma ejemplar y honesta.

De lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad.

La unidad de las fuerzas democráticas y la firmeza de los españoles en la defensa de nuestro Estado de Derecho frente al terrorismo, han demostrado que los proyectos totalitarios no tienen cabida en la España democrática.

Frente a la intolerable pretensión de los terroristas de tratar de conseguir objetivos políticos mediante el uso de la violencia, la amenaza, la intimidación o la extorsión, la sociedad vasca y el conjunto de la sociedad española han defendido su libertad y sus instituciones desde la legalidad, con el sacrificio y la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, la permanente y decidida acción de la justicia y la generosa cooperación internacional.

Ahora es ya tiempo de que los terroristas entreguen sus armas asesinas y desaparezcan para siempre de nuestras vidas.

Esta noche es un momento especial para dedicar un recuerdo emocionado a quienes más han sufrido esta tremenda injusticia, las víctimas del terrorismo.

Nuestra sociedad tiene contraída una permanente deuda de gratitud con el sacrificio y el dolor de todas las personas que perdieron la vida, quedaron mutiladas, fueron extorsionadas o se vieron obligadas a abandonar su tierra. Al evocar su memoria, queremos poner de manifiesto su dignidad y compartir su sufrimiento y el de sus familias, que siempre contarán con nuestro apoyo, solidaridad y afecto.

Este es nuestro firme compromiso, para recordar que su sacrificio no ha sido en vano.

Es el compromiso de una sociedad libre que no se deja amedrentar, que exige justicia y reparación para quienes fueron víctimas de la violencia por no querer someterse a la dictadura del terror.

Hace cinco semanas los españoles, como dueños de su destino y en el ejercicio de sus derechos soberanos, han elegido a sus representantes a nivel nacional en unas elecciones generales que han dado como resultado la alternancia política.

En este nuevo escenario que se abre, la Corona, en tanto que símbolo de la unidad y permanencia del Estado, seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios en favor de una convivencia integradora.

Los actuales son tiempos de gran exigencia. Nos esperan muchas dificultades pero también nos respaldan sólidos valores que nos hacen sentirnos orgullosos de ser españoles, y un pasado reciente de superación que nos sirve de estímulo.

Como os dije la Navidad pasada, “no hemos llegado hasta aquí para dejarnos vencer por las dificultades, para renunciar a nuestras ambiciones de construir un país cada vez mejor”.

Hemos demostrado con creces que, cuando estamos unidos y seguros de lo que queremos, sabemos dar respuesta a los retos más complejos. Los que tenemos ante nosotros lo son, pero no tengo duda de que los españoles sabremos estar a la altura de los tiempos y para ello siempre contaréis con el mayor y mejor hacer de la Corona.

Son muchos los mensajes que quisiera hacer llegar a todos y a cada uno de los sectores y colectividades que integran nuestra sociedad. Sabed que todos estáis en mi corazón y en mi pensamiento.

En esta noche, quiero dar las gracias especialmente a tantos españoles que en los últimos meses se han interesado por mi salud, felizmente recuperada.

En este tiempo, he podido apreciar, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona en el servicio a los españoles y a España, a su democracia, a su Estado de Derecho, a sus libertades, a su unidad y su diversidad, y a la defensa de sus intereses en todo el mundo.

Os reitero mis mejores deseos en esta Navidad y para el año que pronto comienza.

Estemos unidos. España lo merece y lo necesita. Buenas noches.

Buenas noches. En Nochebuena, como cada año, me dirijo a todos vosotros para transmitiros mis mejores deseos de paz y felicidad.

Al término de este año difícil y complicado para todos, quiero hablaros con sinceridad y realismo, sin rehuir los problemas que nos aquejan como sociedad.

Quiero hacerlo con la confianza y el optimismo que me inspiran las virtudes del pueblo español, al que quiero con todo mi corazón y al que a lo largo de estos treinta y seis años de reinado he aprendido a conocer a fondo y a admirar con orgullo.

Llevamos varios años sumidos en una severa crisis económica y financiera cuyas causas complejas no son siempre fáciles de entender, pero cuyos efectos negativos son para todos evidentes. Para muchos, tristemente demasiado evidentes por su dureza.

Es una crisis que está llamada seguramente a modificar hábitos y comportamientos económicos y sociales.

Si España ha alcanzado en los últimos decenios las más altas cotas de progreso y bienestar de su historia, ahora hemos de saber reconocer con humildad cuáles han sido los comportamientos en los que, como individuos y como grupo, hayamos podido equivocarnos.

Sólo a partir de este reconocimiento, y con los mejores valores de nuestra sociedad por delante, podremos comenzar a superar esta crisis.

Será necesario para ello un planteamiento global, un enfoque de conjunto cuyas líneas maestras y medidas concretas corresponde diseñar, desarrollar y aplicar a los responsables políticos y a los agentes económicos y sociales.

En este ámbito a mí me corresponde, como Jefe del Estado, animar a esas instancias a trabajar sumando voluntades, no restándolas; acercando posiciones, no distanciándolas; buscando avenencias, no rechazándolas. Animarles a trabajar con diálogo y altura de miras, con rigor y convicción.

Sé, sabemos todos, que el camino de la recuperación no será corto ni tampoco fácil, que exigirá sacrificios.

Por eso resulta tan importante que la sociedad en su conjunto asuma la trascendencia del momento y sepa responder a los desafíos de una situación tan difícil como la que vivimos con el necesario realismo, pero también con mucha generosidad, con mucha solidaridad hacia quienes por sus circunstancias económicas o familiares son más vulnerables.

Vivimos una crisis de naturaleza global que ha puesto de manifiesto la dificultad de que cada país pueda afrontarla aisladamente. Las soluciones exigen establecer de forma coordinada medidas efectivas.

En ese empeño se encuentra la Unión Europea y en él Europa encontrará a España en la vanguardia, como actor destacado que desea seguir jugando un papel relevante. La vocación europeísta de España se hunde en las raíces de la historia de nuestro continente, y nuestro compromiso es tan fuerte e intenso con su futuro como lo es hoy con su presente.

Una vocación europeísta que gana valor y peso con la solidez de los lazos que nos unen con las naciones iberoamericanas y con nuestros vecinos de la orilla sur del Mediterráneo.

La crisis es internacional pero también tiene perfiles nacionales propios. El más doloroso de todos es, desde luego, la elevada tasa de desempleo que sufrimos, moralmente inasumible para un país vertebrado, moderno y solidario como el nuestro.

Es cierto que, en una coyuntura como la que vivimos, los temas que requieren una solución prioritaria se agolpan ante nuestra puerta, pero si tuviéramos que destacar la máxima prioridad creo que ninguno dudaríamos en señalar la lucha contra el desempleo como objetivo último y cierto.

Ciudadanos, instituciones y administraciones públicas debemos volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y de sus familias.

Con una cifra de parados inaceptable, y que lo es todavía más entre los jóvenes que buscan su primer empleo, quiero rendir un hondo homenaje de agradecimiento y admiración a las familias, cuya generosidad y entrega está siendo clave para que nuestro país mantenga los actuales niveles de estabilidad social.

Todas las medidas que se adopten deben tener como objetivo final la recuperación del empleo, pues esta es la principal palanca que puede dar a cada individuo un horizonte de dignidad y estabilidad, y al conjunto de la sociedad una expectativa de prosperidad.

Estabilidad y prosperidad, en el marco de nuestra Constitución, es lo que esta gran nación española ha sabido construir en paz y libertad a lo largo de las últimas décadas, junto con un Estado de Bienestar necesario para mantener la indispensable cohesión social que la justicia distributiva reclama.

Estos son también nuestros desafíos de hoy. Las herramientas para enfrentarlos con éxito son los valores que han hecho siempre grandes a los pueblos: educación, trabajo, esfuerzo, iniciativa, compromiso, solidaridad, entre otros.

Son los que necesitamos potenciar, tanto colectiva como individualmente, más que nunca en la coyuntura actual.

Junto a la crisis económica, me preocupa también enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones. Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar.

Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos.

No debemos, sin embargo, generalizar los comportamientos individuales, so pena de cometer una gran injusticia con la inmensa mayoría de servidores públicos, y también de empresarios o trabajadores del sector privado, que desarrollan su labor de forma ejemplar y honesta.

De lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad.

La unidad de las fuerzas democráticas y la firmeza de los españoles en la defensa de nuestro Estado de Derecho frente al terrorismo, han demostrado que los proyectos totalitarios no tienen cabida en la España democrática.

Frente a la intolerable pretensión de los terroristas de tratar de conseguir objetivos políticos mediante el uso de la violencia, la amenaza, la intimidación o la extorsión, la sociedad vasca y el conjunto de la sociedad española han defendido su libertad y sus instituciones desde la legalidad, con el sacrificio y la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, la permanente y decidida acción de la justicia y la generosa cooperación internacional.

Ahora es ya tiempo de que los terroristas entreguen sus armas asesinas y desaparezcan para siempre de nuestras vidas.

Esta noche es un momento especial para dedicar un recuerdo emocionado a quienes más han sufrido esta tremenda injusticia, las víctimas del terrorismo.

Nuestra sociedad tiene contraída una permanente deuda de gratitud con el sacrificio y el dolor de todas las personas que perdieron la vida, quedaron mutiladas, fueron extorsionadas o se vieron obligadas a abandonar su tierra. Al evocar su memoria, queremos poner de manifiesto su dignidad y compartir su sufrimiento y el de sus familias, que siempre contarán con nuestro apoyo, solidaridad y afecto.

Este es nuestro firme compromiso, para recordar que su sacrificio no ha sido en vano.

Es el compromiso de una sociedad libre que no se deja amedrentar, que exige justicia y reparación para quienes fueron víctimas de la violencia por no querer someterse a la dictadura del terror.

Hace cinco semanas los españoles, como dueños de su destino y en el ejercicio de sus derechos soberanos, han elegido a sus representantes a nivel nacional en unas elecciones generales que han dado como resultado la alternancia política.

En este nuevo escenario que se abre, la Corona, en tanto que símbolo de la unidad y permanencia del Estado, seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios en favor de una convivencia integradora.

Los actuales son tiempos de gran exigencia. Nos esperan muchas dificultades pero también nos respaldan sólidos valores que nos hacen sentirnos orgullosos de ser españoles, y un pasado reciente de superación que nos sirve de estímulo.

Como os dije la Navidad pasada, “no hemos llegado hasta aquí para dejarnos vencer por las dificultades, para renunciar a nuestras ambiciones de construir un país cada vez mejor”.

Hemos demostrado con creces que, cuando estamos unidos y seguros de lo que queremos, sabemos dar respuesta a los retos más complejos. Los que tenemos ante nosotros lo son, pero no tengo duda de que los españoles sabremos estar a la altura de los tiempos y para ello siempre contaréis con el mayor y mejor hacer de la Corona.

Son muchos los mensajes que quisiera hacer llegar a todos y a cada uno de los sectores y colectividades que integran nuestra sociedad. Sabed que todos estáis en mi corazón y en mi pensamiento.

En esta noche, quiero dar las gracias especialmente a tantos españoles que en los últimos meses se han interesado por mi salud, felizmente recuperada.

En este tiempo, he podido apreciar, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona en el servicio a los españoles y a España, a su democracia, a su Estado de Derecho, a sus libertades, a su unidad y su diversidad, y a la defensa de sus intereses en todo el mundo.

Os reitero mis mejores deseos en esta Navidad y para el año que pronto comienza.

Estemos unidos. España lo merece y lo necesita. Buenas noches.
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