Las Berlanas - Avila

La TDT, como la piel, quiere cuidar su PH. Eso sí, con una diferencia: mientras a la piel le va bien un PH ligeramente ácido; la televisión está inmersa en la búsqueda de su PH neutro, porque así se lo ha recetado la Comisión Europea (CE). Unos dos millones de españoles (1,8 millones) ven la televisión gracias a lo que se denomina extensión de cobertura, para la que el el Gobierno --a través de las Comunidades Autonómas- facilitó 260 millones. Bruselas consideró ilegales esas ayudas y ahora los gobiernos regionales deben convocar nuevos concursos que "respeten el principio de neutralidad tecnológica".

La ley obliga a los operadores privados a alcanzar un 96% de cobertura de la población (un 98% para la televisión pública). Para que el 4% de la población que vive zonas remotas o de orografía compleja reciba la señal de televisión en las mismas condiciones que el resto de zonas, el Gobierno facilitó ayudas por valor de 260 millones. Ayudas que la CE ha considerado ilegales y ha solicitado que se devuelvan -aún no se ha producido el reembolso-, tras una denuncia presentada por el operador de satélites SES Astra, que consideró que se benefició a la tecnología terrestre. Ante esta situación, algunas comunidades han comenzado a convocar concursos públicos para asegurar la visión de la televisión en estas zonas.

La más rápida ha sido Baleares, que ya ha adjudicado su concurso a una solución de TDT basada en tecnología terrestre. Andalucía y Navarra han publicado los pliegos para la contratación de la extensión de la televisión digital en las zonas remotas y menos urbanizadas, mientras que La Rioja ha hecho público un diálogo competitivo -un procedimiento en el que todo operador puede solicitar su participación-.

En estos tres últimos casos, los pliegos ahondan en el principio de neutralidad tecnológica. "La solución técnica requerida [...] no está condicionada tecnológicamente, pudiendo los licitadores presentar soluciones de difusión por satélite, terrestre o cable, o bien combinación de éstas o cualquier otra solución", recoge el pliego de Navarra. "La solución técnica requerida no está condicionada tecnológicamente", señala también el texto de Andalucía. «La decisión de la Comisión Europea [...] impone a las Comunidades Autónomas la necesidad de convocar licitaciones tecnológicamente neutras [...] No podemos optar por una tecnología de forma previa para ofrecer el servicio de televisión», contempla el diálogo competitivo de La Rioja.

Está previsto que más Comunidades convoquen nuevos concursos para continuar llevando la televisión a estas zonas rurales y remotas. Pero pese a que éstas, en teoría, deben haber estado en contacto con la CE, los concursos convocados no terminan de satisfacer a los agentes implicados. No parece que cumplan con las expectativas de los agentes implicados. Una parte del sector de la tecnología terrestre considera que no respetan la neutralidad y basan su argumentación en que la CE obliga a valorar el coste de antenización de la TDT para el ciudadano como si no estuviera ya antenizado y que obliga a revisar el valor de las redes de difusión de TDT que ya tienen las administraciones. Según sus cálculos, cifran el coste por vivienda en la extensión de la TDT (solución terrestre) en torno a los 45 euros y unos 500 euros por hogar con el satélite. Añaden que la infraestructura ya está desplegada y existe una inversión acumulada.

Otra parte del sector opina que se sigue favoreciendo a la tecnología terrestre -esgrimen que se siguen realizando inversiones en tecnología terrestre en las zonas de extensión de cobertura sin respetar el principio de neutralidad tecnológica- y ponen como ejemplo el concurso de Andalucía: que se ha dividido en dos lotes y que ha dejado fuera los centros emisores dependientes de los Ayuntamientos. Preguntado por los concursos, Luis Sahún, director general de SES Astra Ibérica,opina: "Es significativo que sólo unas pocas regiones hayan convocado nuevos concursos públicos para la difusión de televisión digital de forma neutral y valorando el impacto de adaptar los sistemas de recepción de los usuarios contemplando los costes pasados y futuros en un periodo de 10 años para cualquier tecnología propuesta. Esperamos que esta comparativa trate de forma neutral todos los costes de adaptación de los sistemas de recepción, incluyendo el coste de mitigar las interferencias". A su juicio, el satélite sería una opción mucho más rentable que la tecnología terrestre.

Pese a que la solución para la TDT más remota no excluye el cable, el cobre o la fibra óptica, la tecnología terrestre y el satélite despuntan como las opciones con más posibilidades. Todo pese a que el "principio de neutralidad tecnológica" se ponga en cuestión.

osea que estais confomes