Casavieja - Avila

Este fin de semana además de seguir con la tradición de acercarme a llevar unas flores a esos seres queridos que un día se fueron, pude recrearme por la Muestra de Artesanía, que sino recuerdo mal el año pasado tuvo lugar en la plaza de San Bartolomé. Me gustó bastante la variedad y los precios, aunque espero que con los años, aumente el número de expositores y el prestigio (poquito a poco, tampoco tenemos prisa, ¿no? dicen que las buenas esencias también se guardan en frascos pequeños). Quizá eché en falta más promoción por los pueblos de alrededor para que un mayor número de personas la conocieran y visitaran.
En mi opinión para próximas ediciones podrían añadirse otros tipo de productos artesanos. En el pueblo hay gentes que aún realizan sus propias matanzas y quesos, vendimian y hacen sus propios vinos, recogen sus aceitunas y las llevan a la cooperativa para sacar el aceite; la panadería hace diversos tipos de pan, bollos y pastas típicas; además, seguro que preguntando a los más mayores del lugar nos dan buena cuenta de algunos platos que hacían nuestras abuelas y bisabuelas para chuparse los dedos.
Respecto al fin de semana, dos pequeñas pegas. Poca gente fue a la castañada, ¿dónde estaban los jovenzuelos y jovenzuelas? con lo sanas que son las castañas... Y el sábado por la noche, hacia las 11 o así quisimos recordar los días de las fiestas tomándonos un chocolatito con churros, pero, la chocolatería estaba cerrada, ¡lástima!
Para terminar, agradecer a los que han organizado y participado en la muestra. Gracias
Un saludo

todo cambia y debemos ir adaptandonos a los nuevos tiempos, aunque no lo comprendamos.

Totalmente de acuerdo con tu pensamiento filosófico y transcendental pero, en la actualidad está resurgiendo un acercamiento de la gente a lo natural, lo rural, lo artesanal y todo ello sería bueno tenerlo en cuenta si queremos que el pueblo tire hacia adelante y no se quede estancado.
Este verano pude disfrutar de varios días de vacaciones por el norte de nuestro país, nada de buenos hoteles en sitios punteros o con renombre sino en pequeños pueblos y aldeas que gracias al esfuerzo de sus gentes han resurgido después de quedarse medio vacíos por la marcha de sus habitantes a las capitales. Y han resurgido, gracias en parte al llamado turismo rural, a la vuelta a los orígenes y a natural. Es mi apreciación, que no tiene porqué ser compartida.