Arenas de San Pedro - Avila

He leído el artículo de portada de la Revista de Izquierda Unida y no me he enterado de nada, porque el artículo nada dice, bien porque mi amiga piensa que todos los vecinos estamos al tanto o porque quieren (los de la Asamblea) que nadie lo esté. En una revista profesional, el redactor debiera haber contado de la forma más objetiva posible los hechos y haber dado cancha a que cada parte hubiera manifestado su versión. No lo hace y se acoge a que el asunto está “sub júdice”. Esto puede ser verdad, pero toda la “merde” que inunda el País está “sub júdice” y a la vez está en todos los medios. Me puede decir mi amiga que es un asunto privado y es verdad. En España es difícil en los grandes escándalos establecer la línea de separación entre lo público y lo privado: que Zoe engañe a su marido, o no, es cosa de la pareja, pero Mulas fue el segundo de Zapatero en lo económico y alguna culpa tendrá de a donde hemos llegado.
La solución fue expulsar a Carmen (me ha parecido entender de la lectura del artículo) porque facilitó a la Guardia Civil unos archivos de la agrupación. Sí Carmen no podía disponer de esos archivos por su naturaleza, lo que se debiera haber hecho la Asamblea es otra cosa , aparte de la expulsión ; pero sí Carmen podía utilizar esos archivos para fundamentar su pretensión, la Asamblea ha infringido sus derechos fundamentales ¿ qué pena que la Justicia no pueda garantizar estos derechos en los partidos?
En la Revista se nota que ha disminuido su tono agresivo, aunque en dos comentarios se hace una velada insinuación de que se puede caer en prevaricación. Esto de la prevaricación lo llevo escuchando desde hace tiempo en las revistas y en los plenos. Como tanta gente creo que lo sustancial a la democracia es la existencia de una opinión pública, libre y el miedo acaba por restringirla, a la vez que puede llevar a la inoperatividad a aquellos que han de tomar decisiones, por miedo a caer en ella, pudiendo conducir a la ingobernabilidad. Siento no haber conocido a la Boétie ( es más joven que yo) pero estoy muy de acuerdo con él en que el poder despótico se sostiene en el miedo de la mayoría, en la costumbre de muchos y en la conveniencia (incluida la comodidad ) de bastantes.