Para Miguel. Ahora Ahora como un ángel apareces y me rodeas sin decirme nada. Ángel que yo cuidara tantas veces sin saberlo, callada. En todo lo que miro permaneces como el aire feliz de la mirada. Me parezco a tu ausencia y te pareces a mí resucitada. Porque viniste cuando me moría a devolverme a vivas caridades; porque mi noche muda se hizo día por gracia de tu voz iluminada, en esta eternidad con que me invades yo que no era, soy tu enamorada. |