Zardaín - Asturias

Ha sido necesario que pasen 60 años pero al final los chobos han llegado a Zardaín. En tiempos pasados, el ser humano vivía en armonía con la Madre Naturaleza. Ella nos proveía de todo lo necesario para sobrevivir y las mentes iban evolucionando iban madurando. Llegó un momento que alcanzamos la cumbre de nuestro esplendor, el máximo desarrollo de la conciencia humana. Tiempos en los que florecieron la cultura, el saber, el respeto, la paz. Pero en el interminable ciclo de subidas y bajadas, de idas y venidas, de altos y bajos, llegó el declive. Y así, aquellos hombres y mujeres, fuertes, potentes, sanos, alegres, vigorosos, poco a poco entraron en declive. Es lógico, por lo tanto, que, ante la retirada, ante el desmoronamiento de nuestra falsa seguridad, que la naturaleza recupere su espacio. Y las bestias salvajes, poco a poco van ganando sitio, recuperando lo que un día les perteneció por derecho propio. En los años 80 unos politiquillos, desde algún despacho dijeron aquello de, Asturias Paraíso Natural. Y contraviniendo el más elemental sentido común, que la palabra natural supone, soltaron por los montes unos corzos para solaz y esparcimiento de cazadores. La semilla estaba puesta. Sólo hacía falta que el tiempo hiciese su trabajo. Ya mi vecino Lulo, con una sabiduría ancestral heredada de sus antepasados, me dijo: "Quieren echanos Manolín, non quieren Xente en los pueblos, sólo quieren turistas" ¡¡¡Ay si levantases la cabeza Lulo!!! Y vieses que las cuatro oveas que tu querida y añorada hija, cuidaba con mimo y esmero en la campa debaixo casa, han sido devoradas, masacradas, descuartizadas por los colmillos feroces de unos chobos..... Qué dirías... que harías.... Creo que nada..... Sólo llorar, lo mismo que yo hago. Porque coger una escopeta del 16 y echarnos al monte en busca de esas fieras, está penalizado, está prohibido, y terminaríamos nosotros en la cárcel. Es decir las personas encerradas en la jaula, y las alimañas libres por el campo. Cruel expresión de la triste dicotomía, en que nos ha sumido el progreso, la civilización, la modernidad. Queridos amigos y vecinos que ya fallecisteis, os digo, que os fuisteis a tiempo, antes de tener que ver con vuestros ojos la destrucción de la obra que tanto tiempo costó levantar. Nosotros no tenemos esa suerte. Vamos a ser testigos en directo de la quiebra, del desastre, del hundimiento de nuestra pretendida civilización moderna, segura, aséptica. Sólo queda ya rezar para que el tránsito sea lo más breve posible.